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Crecimiento Urbano De La Zona Metropolitana De Guadalajara Jal.


Enviado por   •  25 de Junio de 2012  •  3.595 Palabras (15 Páginas)  •  1.401 Visitas

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Crecimiento Urbano de la Zona Metropolitana de Guadalajara Jal.

Época prehispánica

Los principales grupos indígenas de Jalisco, fueron los coanos, tecuexes, cocas y cazcanes. Estas etnias tuvieron una religión y sus respectivos dioses ante los que se rendían. Igual que en México Tenochtitlan, con sus propias expresiones, se adoraba a Huitzilopochtli primero, y a Quetzalcóatl, a Xipetótec, a Tláloc, a la diosa Tonan, y muchos más, para quienes se hacían sacrificios humanos. La forma de gobierno entre aquellos pueblos no era igual para todos, sino que cada lugar escogía su manera de gobernarse.

Propiamente en el centro del Valle de Atemáxac, en el cual se encuentra hoy la ciudad de Guadalajara, no había gente viviendo, sólo había en los alrededores, como los tecuexes que habitaron Mezquitan y Tonallan (hoy Tonalá), el reino más importante de la región.

No obstante, al hacer las excavaciones para el estacionamiento que está bajo la explanada frente al templo Expiatorio, se encontraron algunos materiales arqueológicos, que pueden ser el principio de alguna novedad interesante.

Hacia el Este existía Tonallan, y otro pueblo nombrado Tetlan (Tetlán). De igual modo, en los extremos del Valle, se encontraban las cabeceras de Zapopan, Atemajac, Zoquipan, Tesistán, Coyula y Huentitán. Éstas tenían su propio idioma, cultura y religión. En cuanto al culto religioso, fueron siempre parecidas entre ellas en toda Mesoamérica.

Antecedentes de las cuatro fundaciones

Hacia 1521 Hernán Cortés ya había conquistado la capital del imperio Azteca, sin embargo pidió a Nuño de Guzmán la exploración y la conquista del Occidente de Nueva España. Nuño de Guzmán fue acompañado por 500 soldados españoles y 15,000 mexicas sometidos, los mexicas eran utilizados como guías y trabajadores en las minas que se fueran encontrando. El interés era dominar las tierras de los grupos Caxcanes, que estaban del otro lado de la Barranca de Huentitán. Nuño de Guzmán derroto a los caciques de la región y, como no existían grupos indígenas poderosos en esa región, decidió ponerle a las tierras conquistadas Guadalajara, en honor a la ciudad española de Guadalajara.

Nochistlán

Guadalajara en un principio estuvo en la Mesa del Cerro (a la orilla de Nochistlán en la provincia del Teúl), hoy conocida como San Juan. La fundó el 5 de enero de 1532, Juan Cristóbal de Oñate quien al efecto había sido comisionado por Nuño de Guzmán. Este deseaba contar con una ciudad que le sirviera para asegurar sus conquistas y a la vez poderlas defender de la belicosidad de los naturales. La Villa de Guadalajara la fundaron 42 vecinos; el nombre de Guadalajara lo tomaron en recuerdo de Guadalajara, España, cuna de Nuño de Guzmán.

Poco duró la Villa en este sitio, con la anuencia de Guzmán, Cristóbal de Oñate, Miguel de Ibarra y Sancho Ortiz, el 19 de mayo de 1533, proyectaron mudarla de lugar en donde hubiera más agua, mejores medios de comunicación y menos tolvaneras.

Tonalá

Después de una deliberación con los vecinos y ante la negativa de Cristóbal de Oñate de establecerse en Tlacotán, deciden fundar la villa en Tonalá donde permanecieron durante dos años. Nuño de Guzmán recibió el título de Marqués del Valle de Tonalá, y los habitantes de la villa interferían en sus planes, por lo que a fines de 1534 los echó del lugar.

Tlacotán

La fundación en Tlacotlán ocurrió en 1535. Desafortunadamente, en esta última colonización, los españoles llevaban una mala vida debido a la carencia de alimentos en el área y la total falta de actividades económicas excepto del otro lado del barranco de donde se encontraban los colonizadores. Sin embargo, los españoles se negaban a adentrarse a esos terrenos debido a que existían allí, una fiera población de indígenas llamados Caxcanes, quienes estaban comandados por Tenamaxtli. Los indígines pronto entraron en pleito con los Españoles por esas tierras y así empezó la Guerra del Mixtón (llamada así por un peñón del mismo nombre).

Fundación en el Valle de Atemajac

Finalmente los 63 peninsulares sobrevivientes (13 andaluces, 16 castellanos, 6 extremeños, 9 montañeses, 8 portugueses y 11 vascos) entre los que se encontraban Juan Cristóbal de Oñate, Antonio de Mendoza, Miguel de Ibarra, el desleal marqués Nuño de Guzmán, hallaron un lugar seguro contra el ataque de los pobladores del lugar en el valle de Atemajac (en un sitio llamado Tetlán por los nativos). El martes 14 de febrero de 1542 fundaron Guadalajara por cuarta y definitiva vez. En agosto llegaron a la villa el título de ciudad y el escudo de armas.

San Juan de Dios

Este es el barrio más antiguo de la ciudad de Guadalajara, ya que nació simultáneamente con la fundación de ésta. Fue también la primer zona industrial y agrícola, ya que toda la banda oriental del río fue dividida en grandes solares, que los primeros pobladores españoles transformaron en huertas.

Juan de Zaldívar puso un molino de trigo en el área ocupada hoy por el Templo de San Juan de Dios, y despertó tanto la admiración de los naturales, que le llamaban a Guadalajara "El Molino". Los propietarios iniciales de la zona fueron Nuño Beltrán de Guzmán , Cristóbal de Oñate, Diego Vázquez, Juan Michel , como entre otros. Finalizando el siglo XVI, ya había en el río San Juan de Dios cuatro molinos de trigo.

En 1551, el primer obispo de la Nueva Galicia, Pedro Gómez Maraver, construyó una humilde capilla o ermita llamada de la Santa Veracruz, así como una cofradía de nombre Sangre de Cristo y Santa Veracruz. En 1557, se puso en servicio también el primer hospital, atendido por los de la cofradía, tareas que tuvieron bajo su responsabilidad hasta el 11 de julio de 1606, fecha en que los religiosos de San Juan de Dios se hicieron cargo de dicho hospital.

Para finales del siglo XVI, el hospital tenía una sala de treinta varas de largo por seis de ancho, en ella cabían dieciséis camas. El 3 de mayo de 1726 se comenzó a construir la nueva Iglesia, y se concluyó el 8 de marzo de 1749. Los juaninos permanecieron en el templo y en el hospital hasta 1820, año en que el rey de España suprimió la Orden. Durante la guerra de los Tres Años, fue utilizado el convento como cuartel y al ser abierta la actual calle Javier Mina, desapareció la mayor parte del convento, quedando en pie solamente el ala derecha del viejo claustro que conserva

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