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Crisis 1929

yordanisp2011 de Marzo de 2015

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La crisis del capitalismo de 1929 y su impacto en la economía venezolana

Tomando en consideración la publicación del Sr. José Sequera en su blog(1) con relación a “La gran depresión de 1929, el caos (2009) dentro de la Crisis Sistémica del Capital y la absurda teoría de la conspiración”. A continuación, presento el impacto de este hecho, en nuestra economía, para ese período.

Uno de los hechos más importantes ocurridos en la vida económica del capitalismo fue la crisis de 1929 – 1932, que se originó por la sobreproducción en relación con la capacidad de consumo, de allí que se produjo un estancamiento económico que generó ruinas, quiebras, suicidios de empresarios, cesantía de obreros, hambre. Esta crisis que comienza a fines de 1928 se prolongó hasta 1935, cuando se inicia la fase de recuperación económica del mundo capitalista.

Durante la crisis los países industrializados disminuyen drásticamente sus importaciones y aquellos países como Venezuela, cuya economía dependía del mercado exterior y de las exportaciones, sufrieron con gran rigor la crisis del sistema económico mundial.

En nuestro caso la crisis se manifestó en los siguientes aspectos:

a) Disminución notable de las exportaciones. En 1929-30 el valor de las exportaciones había alcanzado los 742.8 MMBs, en 1932-33 éstas eran sólo de 584.9 MMBs., es decir una disminución de 21,3% en tres años.

b) Las exportaciones agrícolas fueron las más perjudicadas en 1927-28 se exportó por valor de 129 MMBs, para 1932-33 el valor de las exportaciones agropecuarias tan sólo alcanzó a 58.9 MMBs., es decir, hubo una caída del 55% del valor de las exportaciones con respecto al año precedente de la crisis.

c) Las importaciones bajaron de 401.3 MMBs en 1929-30 a 126.8 en 1933-34, es decir, una caída de cerca al 70% del valor de las importaciones.

d) Las empresas petroleras despiden a más de las dos terceras partes de los obreros y empleados.

e) El ingreso público también sufre una fuerte caída al pasar de 263.8 millones en 1929-30 a 153.9 millones en 1932-33, es decir, una caída del 41.7%.

f) Disminución notable de las exportaciones. En 1929-30 el valor de las exportaciones había alcanzado los 742.8 MMBs, en 1932-33 éstas eran sólo de 584.9 MMBs., es decir una disminución de 21,3% en tres años.

La crisis de 1929 tuvo repercusiones que se extendieron por todo el globo, es muy común escuchar comentarios relacionados con los acontecimientos políticos derivados tanto en Europa como en Estados Unidos. No obstante resulta muy interesante revisar sus repercusiones políticas en América Latina.

Debemos recordar que el desarrollo del capitalismo latinoamericano, salvo en raras excepciones como México, no vivió procesos de carácter revolucionario. La burguesía que se gestó sobre la base de la convivencia de los terratenientes y los capitales imperialistas, era brutalmente reaccionaria y durante mucho tiempo trató de preservar las relaciones serviles aún en el marco de la producción de mercancías para el consumo internacional.

La posguerra significó una época dorada para la burguesía oligárquica latinoamericana, no obstante la crisis del 29 significó un duro golpe para este modelo de explotación capitalista. "En Argentina el ingreso por habitante disminuyó cerca de 20% entre 1929 y 1934 y sólo en 1946 recuperó el nivel alcanzado antes de la crisis; en Uruguay, todavía en 1943 tal ingreso era inferior al de quince años antes; en Chile, en 1937 el producto interno bruto aún no había recuperado, en términos absolutos, el nivel de 1929" (Agustín Cueva, El desarrollo del capitalismo en América Latina., Pág. 173)

México no vivió una excepción; apenas en 1929 se había logrado recuperar el nivel de producción del periodo inmediato anterior a la revolución. La nueva sacudida del 29 generó una ambiente explosivo que se manifestó en el auge de lucha de clases de los treintas.

En general una crisis genera miedo e inmovilidad en las masas trabajadoras, no obstante en el caso latinoamericano el efecto fue un severo shock que tuvo profundas repercusiones políticas.

Las masas latinoamericanas recién habían construido sus propios partidos comunistas y en muchos casos como en Cuba, México, Chile, Centroamérica, estaban en vías de convertirse en partidos de masas. No obstante, la degeneración estalinista significó un obstáculo que no pudieron salvar.

Después de shock que significó en un primer momento la crisis las masas se levantaron por todo el continente, no hubo un solo régimen estable en toda América:

En México la radicalización del movimiento llevó a la construcción de frentes de lucha obreros y campesinos de carácter nacional y a movilizaciones proletarias inmensas; el partido comunista, aún sumergido en enfermedad sectaria logró integrar frentes de masas como el Comité de Defensa Proletario y después la Central de Trabajadores de México, en cuyas consignas figuraba la lucha por el socialismo.

En El Salvador la radicalización llevó al crecimiento del Partido Comunista de Centroamérica que en pocos años pasó de decenas a miles de activistas. Lamentablemente el joven partido, victima de las directivas extremistas de la Internacional Comunista, se vio arrastrado por los acontecimientos sin poder ponerse al frente de la insurrección de 1932. Cuenta Roque Dalton que una flota de barcos norteamericanos esperaba frente a las costas para actuar en el caso de que el ejército salvadoreño no fuera capaz de aplastar la insurrección comunista. No fue necesario, debido a la falta de preparación la insurrección fue derrotada y sus dirigentes, así como más de 30 mil trabajadores, la mayoría del campo, fueron ejecutados en una de las masacres más crueles que hasta ese entonces se tuvieran memoria.

El Nicaragua la lucha de Sandino obligaba al retiro de las tropas norteamericanas, no obstante los militares "nacionalistas" encabezados por Somoza no dudaron en traicionar al "general de hombres libres" y asesinarlo para sumir a Nicaragua en una larga noche dictatorial. Nuevamente los Estados Unidos dieron su beneplácito; Roosevelt, no sin una dosis de realismo. Afirmó: "sí, Somoza es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta"

En Brasil la crisis social se había desatado también durante los años veintes, periodo durante el cual se desatan insurrecciones por parte de jóvenes oficiales, los tenentes (tenientes). La más conocida, debido a que se transformó en un movimiento que recorrió gran parte del territorio brasileño y no logró ser aplastada por el ejército, fue la dirigida por el capitán Luis Carlos Prestes. Al final estalla la revolución de 1930 que pese a la forma que esta asume, sí logra trastocar para siempre la dirección política que la oligarquía brasileña ejercía desde la época colonial, es cierto que el proceso de 1930 surge como un conflicto entre diversas facciones de la oligarquía y que al final surge Getulio Vargas como la figura que la burguesía nacional emplea para capear el temporal. No obstante el proceso no se detiene en 1930, la crisis política se profundiza y ello incluyó la mal orquestada insurrección comunista dirigida por Prestes en junio de 1935. La salida bonapartista de 1937 con la proclamación del Estado Novo, marcó el final de un proceso y una derrota muy costosa que pudo ser evitada. Nuevamente el Partido Comunista Brasileño tuvo gran responsabilidad al actuar en el momento equivocado por las razones equivocadas, facilitando al gobierno de Vargas el combate a los comunistas y al conjunto del movimiento obrero.

En Chile las convulsiones sociales cestadas a lo largo de los años veintes desembocan en la república socialista de junio de 1932 presidida por Carlos Dávila. Lamentablemente, el Partido Comunista de Chile consideraba que todo aquello que no fueran ellos mismos, era reaccionario, lo que facilitó el asilamiento de la república socialista la cual fue aplastada con un golpe de Estado en septiembre de 1932 encabezado por Arturo Alessandrí. Cierto es también que el Gobierno de Dávila no hizo nada para entregar armas al pueblo ni existía una organización política de masas que fungiera como estructura fundamental de una transformación social, por lo que el gobierno de Dávila se vio suspendido en el aire. No obstante es evidente que el proceso se da en los marcos de un proceso revolucionario a nivel continental y un triunfo en Chile o en cualquier otro país en ese momento hubiese modificado toda la situación. Al final, a pesar de la derrota el elemento más importante de aquel episodio fue la necesidad de un partido marxista, como lo pretendió ser en sus inicios el Partido Socialista creado poco después.

En Cuba mientras tanto, la revolución también da la cara. Ya durante los veintes el marxismo cubano enfrentó la dictadura de machado construyendo al Partido Comunista y varios sindicatos. El asesinato de Mella en México no paró la revolución, en 1930 las manifestaciones de decenas de miles de trabajadores exigiendo poner fin a la dictadura se suceden una tras otra. Así llega el año de 1933. Con la mayoría en los sindicatos y con decenas de miles de militantes, el PC tenía la clave de la situación, no obstante cometió error tras error; en primer

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