ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

DERECHO DEL TRABAJO

torreshernandez1 de Junio de 2015

7.869 Palabras (32 Páginas)195 Visitas

Página 1 de 32

El movimiento obrero y la revolución mexicana

La revolución mexicana se desarrolló en medio de las contradicciones particulares de un país semicolonial. A nivel internacional surgían las relaciones capitalistas de carácter imperialista que convivían en México con formas de explotación semifeudales (incluso semi esclavistas). México estaba entrando al mercado mundial como un abastecedor de materias primas de un modo absolutamente subordinado con las potencias centrales.

Antes de la fase imperialista el capital exportaba mercancías a los mercados de la periferia, en su fase superior también se exportan capitales. Los grandes bancos llevan sus filiales a la periferia y establecen un control, por medio del crédito, de la industria, el comercio y del beneficio de ellas

La exportación del capital financiero-industrial plantea por un lado una dependencia económica de la burguesía nacional con respecto al imperialismo pues todos los préstamos para el desarrollo de proyectos productivos industriales y agrícolas tienen que pasar por el beneplácito de la burguesía internacional. Así los terratenientes locales o pequeños empresarios se convierten en socios del imperialismo.

En el mismo tono, las empresas nacionales que quieren funcionar y necesitan materias primas extranjeras son totalmente dependientes del mercado internacional.

El país se industrializa, pero lo hace en función de satisfacer las necesidades de ese mercado mundial y tomando como base a la oligarquía terrateniente local que es la única que tiene posibilidades de acoplarse a esa lógica de explotación. De este modo la burguesía porfirista nace reaccionaria dado que preserva formas de explotación ancestrales y las pone al servicio del capital trasnacional

Estas son las bases en las que se desarrolla la revolución mexicana de 1910-1940. Tomamos estas fechas porque es el comienzo de una intervención de las masas, en un primer momento campesinas y después de los trabajadores que luchan instintivamente por transformar sus condiciones de vida. En una primera fase (1910-1920) es la pequeña burguesía la que asume posiciones de dirección ante las debilidades políticas del impetuoso movimiento revolucionario campesino. En un segundo momento (Maximato y cardenismo) este movimiento de las masas de trabajadores es contenido por caudillos que construyen una variedad de estado bonapartista, el cual se balance entre las clases para generar condiciones de desarrollo capitalista.

Cárdenas se vio forzado a una confrontación abierta con el imperialismo norteamericano e ingles, planteando la nacionalización del petróleo mexicano como una palanca para desarrollar una burguesía nacional fuerte y con cierta independencia del capital extranjero.

La Revolución permamente

En los 30 años que gobernó Porfirio Díaz se llevaron a la practica hasta el limite las ideas económicas liberales de Benito Juárez, este comenzó el proceso de incorporación del capitalismo como forma de producción hegemónica en el país, con las leyes de reforma se sentaron las bases para, por un lado, permitir un proceso de acumulación originaria de capital con la desamortización de tierras de la iglesia (tenemos que recordar que la iglesia era el terrateniente más grande del país) y comunales de los indígenas.

La inestabilidad que vivió el gobierno de Juárez imposibilito que él mismo desarrollara hasta sus últimas consecuencias este proceso de inserción capitalista, Díaz hereda esta tarea y la única forma de hacerlo era por medio de una dictadura dentro de la cual se permitiera una explotación salvaje e intensiva tanto de los campesinos como de los trabajadores.

La apertura que se tuvo con respecto al imperialismo permitió la industrialización y proletarización acelerada del país. Este proceso de proletarización se desarrollo de forma desigual, las zonas del norte del país, donde eran mejores las condiciones para la extracción de minerales estos ex campesinos se incorporan a las relaciones salariales capitalistas. En las zona del centro se desarrollan industrias eléctricas, más para el golfo tenemos una franja de textil muy importante sin embargo las relaciones en esta zona no son netamente capitalistas pues en muchas ocasiones los obreros no eran libres de comprar los productos que ellos prefieren con su salario, esto lo impedía la tienda de raya o las contrataciones por deuda.

El ferrocarril también fue un factor importante en este proceso; donde llegaba el tren los campesinos eran arrebatados de sus tierras e incorporados forzosamente a la obra.

No obstante, la gran mayoría de la economía era campesina, las grandes haciendas eran prácticamente el centro donde giraba toda la economía, en las ciudades lo que predominaba era el pequeño artesano, como en la economía mercantil.

El profirismo articuló todos estos modos de producción precapitalistas en la dinámica de acumulación burguesa en centros conectados con el mercado mundial.

La revolución que inicia en 1910 tiene entre los actores fundamentales a la pequeña burguesía norteña que tienen aspiraciones políticas que la dictadura les negaba, los intentos de Madero por negociar con Díaz dejan claro las aspiraciones de este sector de la burguesía nacional.

De parte de la base los que participaron en masa fueron los campesinos, algunos eran pequeños propietarios empobrecidos, peones acasillados, desposeídos, obreros (la minoría), etc.

Las aspiraciones de este sector en lucha eran muy variadas, la gran mayoría aspiraba al reparto agrario, esta es la gran bandera del Plan de Ayala de Zapata, la cual en el fondo es una consigna burguesa, no obstante la gran burguesía mexicana era a la vez terrateniente y no tenía ningún interés en el reparto.

Es entonces cuando se reinicia la lucha, ahora contra Madero el cual perece aplastado entre las ruedas de molino que representan la reacción porfirista y el movimiento campesino revolucionario.

Hay un periodo de doble poder que es acentuado con la entrada de los ejércitos campesinos a la ciudad de México en 1914 y con la huida cobarde de los constitucionalistas, esta situación no podía durar por mucho tiempo, alguna de las dos fuerzas tenía que vencer.

El campesinado revolucionario estaba en pugna abierta con la oligarquía y la burguesía nacional, sin embargo estaban imposibilitados para llevar la revolución al triunfo, en más de una ocasión Marx señalo la imposibilidad de que un proyecto campesino se convierta en hegemónico en una sociedad dada. A la larga por muy revolucionario que sea un movimiento campesino o asume el proyecto burgués o el proyecto proletario. En el caso de los villistas y zapatistas estos lucharon lo mas que pudieron contra la burguesía pero la falta de una alternativa obrera los llevo al desgaste..

Al triunfo de Obregón se tuvo la necesidad de organizar mínimamente la economía y generar cierta estabilidad social, el problema es que la burguesía seguía dividida, existía una que pugnaba a que se instrumentara nuevamente una dictadura para recuperar la paz, era la burguesía ligada a los terratenientes, por otro lado existían sectores de la burguesía norteña y del ejercito que quería llevar adelante el proyecto de un capitalismo más “moderno”.

Así la instauración de un estado bonapartista era lo único que garantizaba una cierta estabilidad entre las dos alas de la burguesía, los campesinos, las nacientes organizaciones de trabajadores y sus demandas.

Todo este periodo turbulento sentó las bases para la delimitación y acentuación de un capitalismo dependiente, corrupto e incapaz de jugar un papel revolucionario, estas “virtudes” las mantiene hasta ahora.

La única clase que podía haber jugado el papel de dirección de los campesinos, llevar adelante las tareas democrático nacionales que había dejado inconclusa la débil burguesía nacional e ir más allá de conservar las reformas que se pudiesen haber logrado e ir hacia el socialismo eran los trabajadores.

Los trabajadores antes de la revolución.

El número tan reducido de la clase obrera mexicana, su dispersión por todo el territorio nacional y su incipiente organización mutualista les impidió jugar un papel de vanguardia en la revolución, ni siquiera se puede decir que existiera un programa que pudiera agrupar a los trabajadores a nivel nacional.

Durante el periodo de Díaz el proceso de industrialización se asentó, con esto el desarrollo de un movimiento obrero organizado en grandes industrias tenia relativamente poco tiempo, la organización tradicional dentro de los trabajadores previos a la revolución eran de organizaciones mutualistas las cuales no asumían ningún papel político o de clase, se reducían a hacer colectas entre los mismos trabajadores para apoyar a un trabajador enfermo o cuando alguien moría, etc.

Además de estos factores hay otro que logro mermar la participación cohesionada de los trabajadores; la represión. Durante la dictadura las leyes anti obreras eran muy fuertes y la represión ante las luchas era salvaje, los casos más emblemáticos son las huelgas de Cananea y Rio Blanco donde los obreros, en el primer caso, fueron duramente reprimidos por exigir la igualdad de salarios que los trabajadores norteamericanos que laboraban en la mina, y en el segundo por apoyar una huelga que se desarrollo en todo el sector textil de la zona centro del país contra los reglamentos de trabajo.

A la par de estas dos conocidas luchas y su brutal respuesta, se desarrollaron cientos de movilizaciones obreras las cuales fueron aplastadas o dispersadas por la fuerza. Mientras le movimiento obrero luchaba por organizarse el gobierno hacia

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (50 Kb)
Leer 31 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com