DIFERENDOS MARÍTIMOS Y LAS AGUAS DEL SILALA ENTRE BOLIVIA Y CHILE

ENSAYO SOBRE LOS DIFERENDOS MARÍTIMOS Y LAS AGUAS DEL SILALA ENTRE BOLIVIA Y CHILE

Por: Fernando A.  Vaca Suárez

I.  PROLEGÓMENOS Y ANCLAJE HISTÓRICO DEL CONFLICTO CHILENO-BOLIVIANO.

Bolivia, país soberano desde el 6 de agosto de 1825, nació libre e independiente con algo más de 2 millones de kilómetros cuadrados de superficie y con una extensa frontera territorial con 5 países vecinos.

Chile, país trasandino y con una de las mayores longitudes de costa marítima en el océano Pacífico en el subcontinente sudamericano, es nación vecina de Bolivia desde la consolidación de la soberanía de ambos países con respecto a los territorios ocupados por la corona española en los años precedentes.

La lógica de los límites geográficos entre ambos países, en sus orígenes, respondió al mentado principio del  “Utis Possidetis de 1810;  de modo que Bolivia siempre consideró como propio el territorio sudoeste entre el límite arcifinio del río Loa con el Perú hasta el paralelo 27 con Chile, aunque éste consideraba su límite por el grado 23:

“En rigor, este territorio estuvo organizado, primeramente como una provincia, Atacama, dentro del Departamento de Potosí, entre 1825 y 1829 (gobierno del Mariscal Sucre); como una provincia independiente, Litoral, entre 1829 y 1839 (gobierno del Mariscal A. de Santa Cruz); como un distrito —Distrito del Litoral—, entre 1839 y 1867; y como departamento del Litoral, entre 1867 y 1884 (creado por el gobierno de Mariano Melgarejo).”^[1]

Las relaciones político-fronterizas entre ambas naciones datan desde el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación entre Bolivia y Chile suscrito en 1933, pero se tornaron particularmente hostiles a partir de la Confederación Perú-Boliviana de 1936, considerada por Chile como un peligro a los intereses chileno-argentinos, finalmente disuelta en 1939. Por otra parte, la denominada “Cuestión del Paposo” renueva la pugna por la definición de la pertenencia jurisdiccional de Atacama cuyos anales se remontan al dominio de la corona española de dichos territorio, y que dio origen a efímeros  incidentes bélicos entre ambos países. Esta relación logra circunstancialmente distensionarse con el Tratado de Alianza Defensiva y Ofensiva de 1865, suscrito entre Ecuador, Perú, Bolivia y Chile como mecanismo de defensa en la llamada “guerra hispano-sudamericana” por efecto de una ofensiva española contra los países del Pacífico sur, repelida por  éstos con victoria.

Este último Tratado, además de consolidar geopolíticamente algunas relaciones entre los países signatarios, impulsa a Chile y a Bolivia a determinar sus fronteras comunes, de tal modo que la suscripción del Tratado de Límites entre Bolivia y Chile del 10 de agosto de 1866 fija el paralelo 24 Sur como la frontera entre ambos estados, dejando indefinida la frontera oriental chilena.

Finalmente, Bolivia y Chile firmaron un nuevo tratado limítrofe, el 6 de agosto de 1874, y un protocolo adicional el 4 de julio de 1875. Este nuevo acuerdo establecía el límite territorial en el mismo paralelo 24°S pero eliminaba la medianería o mancomunidad de derechos establecida en el tratado de 1866, sobre los productos provenientes de la explotación y los derechos de exportación percibidos sobre minerales extraídos en el territorio comprendido entre los paralelos 23ºS a 25ºS, con excepción del guano. En cambio, Bolivia se comprometía a no incrementar los impuestos a las personas, capitales y negocios chilenos en la zona durante 25 años.​ También se establecía que quedarían libres y exentos del pago de todo derecho los productos naturales de Chile que se importasen por el litoral boliviano entre los paralelos 23°S y 24°S; en reciprocidad serían igualmente liberados los productos naturales de Bolivia que se introdujesen al litoral chileno entre los paralelos 24°S y 25°S.

​Como podemos apreciar en este último Tratado, las actividades económicas y usufructos se habían intensificado en el Litoral boliviano toda vez que la explotación del salitre y el descubrimiento de reservas guaneras y minerales como la plata se tornaban cada vez más importantes. La historia indica que poblacional y económicamente quien había desplazado sus movimientos hacia territorio boliviano fue Chile, mientras que Bolivia presentaba una suerte de desinterés geopolítico en la región, provocado entre otros factores por sus conflictos políticos internos.

Hasta aquí, y por ambos Tratados,  está claramente reconocida la territorialidad boliviana y su soberanía sobre el Departamento de Litoral; en consecuencia ¿Qué fue lo que provocó la “Causa Bellis” entre ambos países y la consecuente pérdida del territorio nacional a favor de Chile?.

Las causas son diversas cuanto difusas, porque  las fuentes históricas chilenas, peruanas y bolivianas, con sus propios criterios y bases, algunas veces subjetivos, tienden a minimizar culpas propias y superlativizar culpas ajenas.

En general, se señala como “punto de quiebre” el incumplimiento del tratado de 1874 por parte del gobierno boliviano de Hilarión Daza en 1978, quien impuso un impuesto de 10 centavos al quintal de salitre exportado por las salitreras chilenas en territorio boliviano, lo que según argumentos chilenos dejaban a sus intereses en franco desequilibrio para competir con las salitreras en Tarapacá de propiedad peruana. Por otra parte, la suscripción de una alianza entre Bolivia y Perú convenida de manera subterfugia en 1873 como mecanismo de defensa, con la posible incorporación de Argentina, fue luego vista por Chile como una velada intensión armamentista en contra suya.

Por el lado boliviano y peruano, se argumentan que los intereses económicos chilenos y británicos estarían siempre propendiendo a geopolíticas expansionistas chilenas al norte de su territorio.

Sin embargo, utilizando el argumento de la violación del Tratado de 1874 por parte de Bolivia, Chile, sin previa declaración de guerra, toma territorio boliviano el 14 de febrero de 1879. De ahí en más, se operan varias batallas entre la fuerzas de Chile y la Alianza Perú- Boliviana, con el resultado conocido de la victoria chilena, que incluso toma suelo peruano, y que concluye para Bolivia con el Pacto de Tregua del 4 de abril de 1884 y un Ajuste de Paz posterior dado que Chile, tácitamente, había desconocido el concepto de “Prenda Pretoria” al disponer la creación de la Provincia de Antofagasta en 1887 y 1888 respectivamente  en el territorio que había sido definido como de simple tenencia u ocupación.

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