DISTRIBUCION DE LA RIQUEZA
mirandarojithaz24 de Marzo de 2014
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INDICE
Introducción……………………………………………………………3
Desarrollo………………………………………………………………4
Delimitación del tema
Recolección de datos
Planteamiento de un problema
Ficha de información
Hipótesis y objetivos
Perspectiva teórica
Argumento
Conclusión
Bibliografía
INTRODUCCION
La distribución de las riquezas es la división de las utilidades entre los factores que la producen, es decir es el reparto de los productos obtenidos en la industria entre los elementos que concurren a su formación. Lo que se distribuye, sin embargo, no es generalmente el producto mismo, es su precio, porque aquél no admite la descomposición en partes. También porque dada la división del trabajo, cada cual consume cosas distintas de las que produce. Por eso la distribución suele verificarse por medio de la moneda, y no es en realidad un fenómeno que pueda separarse del cambio, sino uno de los fines que este cumple.
Es probable que desde comienzo de la historia, indudablemente en nuestro tiempo y a partir de la revolución industrial de principios del siglo XIX, exista el problema de la justicia económica en dos aspectos: uno, en el reparto de las utilidades al capital y al trabajo, el otro, en la diferencia de remuneraciones a quienes trabajan en una misma empresas.
Estos dos temas, que son considerados como muy importantes en la economía social, no han encontrado una solución que satisfaga a quienes aportan su dinero y a quienes aportan su trabajo a una empresa y son causa de descontento, intranquilidad, agitación, odios y huelgas de uno y otro sector, e incluso revoluciones que han producido la muerte de millones de personas.
Es indudable que en la apropiación y reparto de la riqueza, ya sea de la natural creada por Dios directamente, o de la artificial creada por el hombre, nos separamos unos de otros hasta llegar a la violencia interindividual y guerra social en una nación y entre las naciones.
Ante el problema planteado han surgido hasta hoy dos doctrinas que pretenden resolverlo, que son la liberal y la colectiva estatista, social o marxista.
La doctrina liberal-no la de Adam Smith, considerando el fundador del liberalismo económico, sino la de sus discípulos, que en esta materia no siguen exactamente a su maestro-privilegia al capital frente al trabajo, al que considera para su remuneración como un costo de producción. Esta apoya la idea de que todo capital o medio de producción social debe pertenecer al Estado, con el efecto de que la remuneración a los trabajadores queda entregada exclusivamente a sus servidores quien remunera generosamente a sus servidores ideológicos, pero muy avaramente a los otros.
DESARROLLO
Siempre ha sido tema de estudio cómo se distribuyen los ingresos o la riqueza en un país y en el mundo, debates sobre este tema se agudizan en épocas de elecciones, ya que cada candidato desde los sectores que lo apoyan plantean, entre otras, esta problemática, sugiriendo proyectos en sus propuestas, es decir ha sido, es y seguirá siendo tema de preocupación y análisis de todos los sectores de la sociedad.
Podemos definir que la distribución de la riqueza o de los ingresos es la forma en la cual el producto total generado por un país se reparte entre los trabajadores y los empresarios. El modo en que se reparte está determinado por las políticas económicas que determina el Estado, que son las que influyen en las posteriores decisiones que toman las empresas y las conductas que adoptan los hogares.
Existen tres factores que inciden de mayor a menor en la distribución del ingreso o riqueza en un país: a) El Estado es el que determina la política económica que se debe seguir; b) Las empresas, que también deciden con la facultad autónoma que les corresponde, y c) Los hogares, en su carácter de unidades de consumo.
De los tres el que mayor gravitación tiene en la distribución de la riqueza es el Estado, que a través del dictado de normas, como las que priorizan la inversión productiva o especulativa, incide en la determinación de salarios mínimos, determina los impuestos que gravan las ganancias y su distribución, impone trabas a las importaciones de bienes o servicios para favorecer la producción local, congela precios de la canasta básica de alimentos y de combustibles, entre otras, que inciden en esta ecuación.
La capacidad autónoma de decisión de las empresas también tiene límites y los mismos los fija el Estado, cuando las políticas implementadas priorizan y estimulan el salario o ejercen una altísima presión tributaria que no les permite a los empresarios iniciar procesos de reinversión productiva
También el Estado incide directamente orientando el consumo de los hogares mediante la implementación de políticas fiscales (impuesto a las ganancias) que se adapten a sus objetivos, ya sean incentivando o desalentando el mismo.
La masa salarial
La participación de los salarios en la distribución de los ingresos entre los años 1950 a 1974 en nuestro país se ubicó en una media del 44,5%, es decir del total de la riqueza o los ingresos en estos períodos, un promedio del 44,5% de los mismos le correspondió a los trabajadores, destacando que en el año 1974 este porcentaje ascendió al 48% (tercer gobierno de Perón antes de su muerte). A partir de ese año (1974) se inicia un descenso en la participación de la masa salarial en los ingresos del país que llegó al 22,56% en el año 1982, este período se caracterizó por la aplicación de políticas de fuertes ajustes en la economía y la represión de los movimientos sindicales y sociales.
A partir del gobierno democrático del doctor Ricardo Alfonsín comienza nuevamente a crecer la participación del salario de los trabajadores respecto al ingreso del país, las mediciones se sitúan en una media del 30% entre 1983-1989.
En el período 1989-1999 (Menen) las mejoras no son significativas, situando la participación en un mínimo del 28% y un máximo del 33%.
Durante el gobierno del doctor De la Rúa (1999-2001) la participación se mantuvo por debajo del 30%, período en el que no se notó ninguna reactivación.
Y el período 2001-2003, con la crisis que padecimos, este porcentaje bajo al 20,92, para iniciar una recuperación a partir del gobierno del doctor Néstor Kirchner, que llego a superar el 25% en el 2006.
A partir del año 2007 la economía de nuestro país siguió creciendo y por supuesto la participación de la riqueza lo hizo de la misma forma, pero en estos dos últimos años el crecimiento fue disminuyendo con pocas posibilidades de volver a crecer a las tasas que lo hicimos anteriormente.
Son muchos los analistas que opinan que si la redistribución de la riqueza se hace bien, la misma contribuye al crecimiento, y es en estos momentos que nuestra economía no está creciendo lo suficiente, es necesario analizar las causas por las que a pesar de existir una agresiva política redistributiva no logramos aumentar el crecimiento.
Recientemente dos economistas del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefidar), Jorge Gaggero y Darío Rosignolo publicaron un ensayo en el que analizan distintas variantes para mejorar la redistribución de los ingresos, sugiriendo realizar modificaciones fiscales, titulado: “Simulación de los efectos distributivos de cambios en el gasto público y los impuestos”. En este estudio analizan cómo los diferentes impuestos y gastos que realiza el Estado modifican la distribución primaria del ingreso, por ejemplo: demostraron que el 20% de personas más ricas de nuestro país recibe el 42,6% de los subsidios a la electricidad y el gas y al 20% más pobre le corresponde solamente el 6,4%.
Si vamos a hablar de redistribuir los ingresos es necesario que el Estado comience por mejorar a los que menos tienen.
Simetrías entre ricos y pobres
EEUU representa el 6% de la población mundial, pero consume el 48% de la riqueza total del planeta.
La cuarta parte de la población del Norte consume el 70% de la energía mundial, el 75% de los metales, el 85% de la madera y el 60% de la comida
Entre 2,5 y 3 miles de millones de personas (sobre)viven con menos de US$ 2 diarios y 1,2 mil millones con menos de US$ 1 diario.
El 15% de la población mundial, que vive en los países ricos, consumen el 56% del total mundial, mientras que el 40% más pobre consume solo el 11% del total (Africa consume 20% menos de lo que consunía hace 25 años)
En un país donde la educación y los servicios sanitarios, entre otros, todavía dejan mucho que desear, la desigualdad en el ingreso –una de las mayores del mundo– va aparejada de una desigualdad equivalente en la calidad de vida. Paradójicamente, sin educación de calidad y buenos servicios básicos se antoja difícil revertir este grave problema.
En un país donde la educación y los servicios sanitarios, entre otros, todavía dejan mucho que desear, la desigualdad en el ingreso –una de las mayores del mundo– va aparejada de una desigualdad equivalente en la calidad de vida. Paradójicamente, sin educación de calidad y buenos servicios básicos se antoja difícil revertir este grave problema.
La riqueza
México es una nación con mucha riqueza. Ocupó el décimo tercer lugar en la lista de los países con mayor Producto Interno Bruto1 (pib), con un billón
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