Defensa De Boquerpn
omarferx26 de Mayo de 2014
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DEFENSA DE BOQUERON
1. ANTECEDENTES.
INTRODUCCIÓN.
En la memoria de los bolivianos ha quedado grabada con cincel de hierro la gran epopeya y gloria de la defensa del fortín Boquerón en la guerra internacional frente al hermano país del Paraguay, donde el soldado Boliviano demostró su garra y valentía heroica jamás vista en la historia republicana, donde exactamente seiscientos veintiún (621) combatientes compuestos por soldados de diferentes lugares del país, es decir, vallunos ,altiplánicos, orientales, del campo y la ciudad al mando del legendario Tte.Cnl. Manuel Marzana hicieron frente al cerco de más de seis mil soldados paraguayos retroalimentados con tropas frescas del 8 al 29 de septiembre de año 1932, veintiún días sin alimentos, sin agua, sin medicamentos con muchos muertos y heridos, al final sin municiones, cerco humano enemigo temerariamente roto dos veces por otro héroe, Germán Busch, que al final extenuados, sin haber dormido muchas jornadas casi al filo de la locura marcaron esta leyenda denominada la epopeya del Boquerón, página gloriosa que sigue motivando la admiración de propios y extraños, pese a haber transcurrido cerca de ochenta (80) años.
Boquerón fue el tercer fortín paraguayo tomado por los bolivianos dentro del marco de represalias por la retorna de la laguna Pitiantuta. Establecido como vanguardia, a 60 km al sudoeste de Cacique Ramón (Isla Po'i), y 143 km de punta riel de Puerto Casado.
2. DESARROLLO.
LA TOMA DE BOQUERÓN
Luego del primer ataque boliviano, en 1928, la guarnición aumentó en efectivos, llegando a completar el de un escuadrón. En esa época se dio comienzo a la organización defensiva de la plaza consistente en una zanja continua, trazada en la periferia del fuerte, pero sin cerrarse en reducto, sino abarcando solamente el sector que da vista al gran cañadón, o sea, mirando al sur y suroeste.
El destacamento boliviano que debía tomar Boquerón salió del fortín Muñoz (actual General Díaz) bajo la comandancia del teniente coronel Luis Emilio Aguirre. Estaba compuesto por un escuadrón del regimiento Lanza, un batallón del Campos y otro del Campero.
Al amanecer del 31 de julio de 1932, los paraguayos notaron la presencia de fuerzas enemigas desde varias direcciones. Eran alrededor del millar de hombres que avanzaban incontenibles, apoyados por artillería y una escuadrilla aérea.
Durante dos horas la guarnición paraguaya de Boquerón resistió denodadamente, mientras las tropas bolivianas acortaban cada vez más la distancia. En momentos en que iba a producirse el asalto, las fuerzas paraguayas abandonaron Boquerón simulando una desordenada retirada hacia Isla Po'i.
Días antes del ataque, la oficialidad del fortín, al mando del teniente Eulalio Facetti, había concretado un ingenioso plan de defensa del fortín, concebido durante a comandancia del teniente Heriberto Florentín: una fortificación simulada, ubicada en un primer plano, y otra, también simulada, a orillas del bosque cañadón de por medio, al norte del fortín, con excelente visión hacia el mismo, a manera de emboscada. Cuando se acercaron los atacantes, los hombres de la guarnición del fortín se dirigieron a sus puestos de combate y desde allí se dispusieron a recibir a los infatuados atacantes con un ala de fuego sorpresiva y fulminante que destruyo a la columna, aniquilo a más de un centenar, abatiendo, inclusive, al propio jefe del destacamento, comandante Aguirre.
Aprovechando el desconcierto inicial, los paraguayos escaparon y los bolivianos capturaron el fortín. Ante la muerte del comandante Aguirre, tomo la jefatura de fortín el teniente coronel Manuel Marzana Oroza.
BOQUERÓN: PREPARATIVOS PARA EL ATAQUE.
Para ejecutar la orden del Presidente Eusebio Ayala, el teniente coronel Estigarribia instaló su puesto comando en Isla Po'i, convertido en Villa Militar, situado a 80 km de Punta Rieles y a 60 de Boquerón.
En pocos días, este fortín se convirtió en sitio de agrupación de reservistas. En sus alrededores se instalaron campamentos militares, grandes talleres, depósitos de materiales, etc.
En una reunión con sus oficiales, el teniente coronel Estigarribia dio a conocer su estrategia, la que iba a sostener a lo largo de los tres años de lucha: "Vamos a entrar en una guerra de comunicaciones, en la cual el ejercito que logre dominar las comunicaciones del enemigo será el vencedor".
Para realizar el ataque al fortín Boquerón, todo el mes de agosto, las fuerzas paraguayas fueron concentrándose en Villa Militar.
Para contrarrestar la que se consideraba cierta posibilidad de un ataque de gran envergadura, el general Carlos Quintanilla, comandante boliviano en el Chaco, instaló en el fortín Saavedra la VII División de Infantería boliviana, para respaldar a la VI División de Infantería de su ejército, además de proponer a su gobierno el ataque al fortín Nanawa, al sur, y al fortín Rojas Silva, al este. El primero fue descartado y se llevó adelante el segundo, capturando el fortín casi sin combatir, el 6 de septiembre.
Al día siguiente, los 5.000 hombres del Primer Cuerpo de Ejército paraguayo, comenzó a marchar rumbo a Boquerón por los dos caminos que convergían a aquel punto desde el este. Prisioneros tomados en escaramuzas anteriores en un lugar denominado Huijay (rebautizado Puesto Carayá), el comando paraguayo sabía que el fortín estaba ocupado por aproximadamente 1.200 hombres. Cinco mil paraguayos, consideró, eran más que suficientes para arrollarlos en pocas horas.
En la Villa Militar, el Teniente Coronel Estigarribia disponía de 9.500 hombres.
LA DEFENSA BOLIVIANA DE BOQUERÓN
A la muerte del teniente coronel Luis Emilio Aguirre, había asumido el mando de la guarnición de Boquerón el teniente coronel Manuel Marzana Oroza, un oficial sereno y modesto, Era uno de esos soldados para quienes "una orden que se da es una orden que se cumple".
La consigna que tenían los defensores bolivianos de Boquerón estaba expresada en el radiograma del Estado Mayor General Boliviano: "El Capitán General ordena y la Patria pide no abandonar Boquerón de ninguna manera, prefiriendo morir en su defensa antes de dar el parte de retirada. Quebrantar la ofensiva paraguaya en este punto será suficiente para desmoralizar al enemigo y sobre todo para dar un desmentido ante América de otra propaganda paraguaya sobre la incapacidad de nuestras tropas".
La posición de Marzana, ante esta consigna fue: "Hijos, vamos hacer respetar el uniforme que vestimos. Ningún soldado debe retirarse hasta haber quemado el último cartucho". Y así seria.
Desde que fue tomado el fortín, el teniente coronel Marzana, secundado por el mayor Germán Jordán y los oficiales de su destacamento, organizaron la defensa de la plaza abriendo trincheras, despejando campos de tiro, construyendo nidos de ametralladoras, colocando alambradas y destacando patrullas a los alrededores.
Las fuerzas de que disponía Marzana antes de iniciarse la batalla no era de 1.200 hombres como calculaba Estigarribia, sino que estaba conformado por "un teniente coronel comandante de batallón, 1 mayor, 4 capitanes, 7 tenientes, 14 subtenientes, 2 médicos, 1 enfermero, 1 chofer, 320 soldados del regimiento Campos, 40 soldados del regimiento 16 de Infantería, 24 soldados del regimiento Lanza y 30 de artillería, haciendo un total de 449 personas armadas de 350 fusiles, 13 ametralladoras pesadas, 27 ametralladoras livianas, 2 cañones Krupp con 130 granadas, un cañón Schneider, con 66 granadas y 2 ametralladoras antiaéreas con su dotación".
Otros autores, por su parte, sostienen que la cantidad de los defensores bolivianos de Boquerón ascendía a unos 800 hombres "si se tienen en cuenta los refuerzos que llegaron hasta el fortín durante los combates".
LA SITUACIÓN DE BOQUERÓN
La guarnición de Boquerón tenía como misión asegurar la defensa del sector central del dispositivo boliviano en el Chaco meridional. Aseguraba también la defensa de cuatro puestos instalados en los alrededores: Ramírez, al oeste; Lana y Cabo Castillo, al sudoeste; y Yucra, al sur, con 258 hombres del Regimiento de Infantería 16 Castillo, 57 del Regimiento de Caballería Lanza y 80 hombres de artillería y servicios (aquellos fortines, una vez caídos en poder de los paraguayos, serán rebautizados como Teniente Fernando Velázquez, Teniente Luis Camperchioli, Teniente Guillermo Arias y Capitán Oscar Rivas Ortellado, respectivamente).
Al sur del fortín se encontraban los fortines Arce, Alihuatá y Rojas Silva, sostenidos por un batallón del RI 14 Florida y una fracción del RC5 General Lanza. Los dos primeros, una vez en poder del Ejército paraguayo, serán rebautizados con los nombres de Doctor Gaspar Rodríguez de Francia y Mayor Ruperto Zenteno, respectivamente.
En el sector norte estaban los fortines Platanillos y Toledo, en poder de los bolivianos, sostenidos por el Destacamento Peñaranda, formado por el R14 Loa, el R15 Campero y fracciones del RC5 Lanza, con un total de unos 500 hombres.
El 8 de septiembre, aviones de exploración y centinelas de puestos avanzados dieron la voz de alarma a los bolivianos de que los paraguayos se estaban acercando a Boquerón.
BOQUERÓN: LA GRAN BATALLA
Cinco mil hombres de las tres armas del Ejército paraguayo estaban
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