Descubrimiento y Conquista

Descubrimiento y Conquista

Para ubicar el porque de la conquista, debemos situarnos en el año 711, cuando los árabes, inspirados en el Islam (que comenzaría a difundirse por ahí del siglo VII por obra y gracia de Mahoma) comenzaron una política bélica y expansionista contra los gobernantes visigodos de la región. En 722 comenzaría la Guerra de Reconquista, la cual duraría un chorro, hasta 1492 tras el matrimonio de los reyes Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, monarcas de los reinos más poderosos de la península, y la toma de Granada, el último bastión de los árabes.

La bronca después de la Guerra de Reconquista es que las arcas de los reinos estaban vacías, por lo que el 31 de marzo de 1492 firmaron un decreto por el que se expulsaba a los judíos de España, obligándolos a vender sus posesiones, y les prohibía sacar sus riquezas de España.

Pero además, se les apareció un navegante de nombre Cristóbal Colón, quien les propuso una ruta alterna para llegar a las Indias Orientales sin pasar por el mar Mediterráneo que estaba controlado por los turcos desde 1453. A Isabel le pareció buena idea y financió el viaje. Colón zarpó del Puerto de Palos en agosto de 1492, y llegaría a las islas de San Salvador, Cuba y Haití el 12 de octubre de 1492. Durante los siguientes 14 años hizo distintos viajes.

Hacia fines del siglo XV se comenzó a gestar un expansionismo del Imperio Español que los llevaría a conquistar las islas caribeñas descubiertas, comenzando por la isla de “La Española” (actual Haití y República Dominicana), aunque su posesión más importante sería la isla de Cuba, la cual fue conquistada en 1515 por Diego Velázquez y Pánfilo de Narváez, y sería su punto de partida para la conquista de las demás regiones de América.

Por ello, el 8 de febrero de 1517, se envió la primera expedición a la América continental, encabezada por Francisco Hernández de Córdoba. Llegaron a lo que actualmente es Isla Mujeres y bordearon la Península de Yucatán, donde fueron atacados por tribus mayas, aunque consiguieron escapar. Siguieron bordeando la costa hasta llegar a los dominios de Akimpech (Campeche) en la desembocadura del río Champotón, donde sí les fue espantoso, ya que varios hombres murieron y otros fueron heridos como el propio Hernández de Córdoba.

El 25 de enero de 1518 se envió la segunda expedición a cargo de Juan de Grijalva, quien siguió la ruta de Hernández y llegó a los dominios de un señor llamado Tabs Coob (Tabasco), en donde decidieron desviar la ruta e ir tierra adentro, hasta llegar al cauce del río Grijalva. Ahí recibió una primera comisión de Moctezuma II, la cual le entregó lujosos regalos. Una vez recibida esta comisión, decidió regresar a Cuba.

Ya con la codicia por las nubes, se decide organizar una tercera expedición al mando de Hernán Cortés quien tenía dos misiones a cumplir:

- Los pueblos que se conquistaran debían cristianizarse y obligarlos a rendir vasallaje.

- Obtener la mayor cantidad de oro posible.

Pero grupos contrarios a Cortés convencieron a Velázquez para suspender esta expedición, por lo que Cortés se decide a zarpar antes de lo previsto, y así el 18 de febrero de 1519 sale del puerto de San Antón, y llegó a Cabo Catoche, en donde encontraron a dos náufragos:

- Jerónimo de Aguilar: Gracias a sus conocimientos de la lengua de maya, se unió a la expedición de Cortés, y sirvió como traductor.

- Gonzalo Guerrero: Ya se había casado con una indígena, y establecido una familia por lo que decide quedarse.

La expedición siguió su camino hasta que en Centla son atacados por un grupo indígena, quienes al ver la superioridad española deciden pactar la paz y darles obsequios a los españoles. Uno de esos obsequios fue una indígena llamada Malintzin (Malinche o Doña Marina para los españoles), quien al conocer las lenguas mayas y náhuatl sirvió como traductora, al complementar su conocimiento con el de Aguilar.

Al margen del Río Grijalva, Cortés recibe por primera vez a los emisarios de Moctezuma II, quienes regalaron oro y vestimentas a Cortés, creyendo que se trataba del dios Quetzalcóatl, quien había regresado a gobernar. Ante esta situación, Cortés decide impresionar a los emisarios la potencia de sus armas y la destreza de sus jinetes.

Pero a ver, Cortés había desobedecido a Velázquez. ¿Cómo hizo para librarse de su autoridad? Ah, pues Cortés tenía cierto conocimiento en leyes, lo que le permitió idear la fundación de un Ayuntamiento (la Villa Rica de la Vera Cruz) en donde sus vecinos, reunidos en Cabildo (quienes en realidad eran sus propios soldados), en nombre del rey, lo nombraron como “justicia y capitán general”. Inmediatamente, Cortés escribió una carta de relación al Rey, en donde informaba esta situación. Para asegurarse que nadie lo delatara con Velázquez, mandó quemar los barcos, para evitar que alguien regresara a Cuba.

Continuaron su viaje hasta llegar a Cempoala, en donde el “Cacique Gordo” acordó la protección militar de los españoles, a cambio de hombres, provisiones e informes. Los indígenas de Cempoala se convirtieron al cristianismo. Desde Cempoala y hasta Tlaxcala no encontraron oposición alguna. En Tlaxcala se enfrentaron a una férrea defensa orquestada por Xicoténcatl, aunque lograron derrotarlos, tras lo cual los tlaxcaltecas se aliaron y dieron hospedaje a los españoles. Allí Cortés recibió una embajada de Moctezuma con más regalos y una invitación de no seguir su camino a México-Tenochtitlán, pero esto sólo logró incrementar la codicia de Cortés.

Los españoles partieron hacia Cholula, en donde fueron bien recibidos por los habitantes, pero los tlaxcaltecas convencieron a Cortés de que se tramaba una conspiración en su contra, por lo que los españoles atacaron a la población en la llamada “Matanza de Cholula”.

8 de noviembre de 1519: Primera entrevista Cortés-Moctezuma. A su llegada a México-Tenochtilán, los españoles fueron hospedados en el Palacio de Axayácatl. Moctezuma y Cortés pasaron varios días hablando de sus pueblos, pero comenzaron a crearse tensiones al momento de abordar el tema de la religión, y también por la desconfianza entre españoles e indígenas. Las tensiones llegaron a tal grado que Cortés decidió apresar a Moctezuma.

Por otro lado, una expedición comandada por Pánfilo de Narváez llegaba de Cuba para regresar a Cortés. Éste deja encargado a Pedro de Alvarado, y parte rumbo a Veracruz para combatir (y vencer) a Narváez. Mientras tanto, Alvarado había permitido a los mexicas celebrar a su dios Tóxcatl en el Templo Mayor. Al oír tanto alboroto dentro del templo, Alvarado y sus hombres entraron y comenzaron una masacre, que se conocería como “Matanza del Templo Mayor”. Las tensiones habían comenzado la guerra entre aztecas y españoles.

Cortés regresó en junio de 1520 para encontrarse con un ambiente de malestar y tensión, y se refugió con sus hombres en el Palacio de Axayácatl, donde fueron sitiados por los mexicas. Ante el descontento general, Cortés pidió a Moctezuma salir al balcón para pacificar a su gente, sin embargo fue recibido a pedradas por su gente, matándolo. Otra versión maneja que Cortés asesinó a Moctezuma al ya no serle útil. Tras la muerte de Moctezuma, los mexicas designaron a Cuitláhuac como su nuevo tlatoani.

El 1 de julio de 1520 Cortés y sus soldados, tras repartirse el botín de guerra que habían adquirido hasta el momento, evacuaron la ciudad por la noche, y trataron de huir por la Calzada de Tacuba, donde fueron interceptados y atacados por los mexicas. Muchos hombres, armas, caballos y riquezas cayeron al lago. Cerca de Popotla se quedaron a descansar, donde se dice que Cortés lloró la derrota, en lo que se conoce como “La Noche Triste”. Tras este desastre, los españoles regresaron a descansar y planear un nuevo ataque contra los aztecas a Tlaxcala.

Mientras los españoles planeaban la estrategia, en México-Tenochtilán se desató una epidemia de viruela que cobró cientos de miles de vidas, entre ellas la de Cuitláhuac, por lo que se nombró a Cuauhtémoc como el último tlatoani mexica.

A comienzos de 1521, las tropas españolas se establecieron en Texcoco. Con ayuda de los señoríos de Xochimilco, Mixquic, Ayotzingo y Texcoco cercó la ciudad, cegando el acueducto de Chapultepec, bloqueando las calzadas y cualquier otra salida de la ciudad. Hasta que finalmente el 13 de agosto de 1521, Cortés capturó a Cuauhtémoc mientras trataba de huir en un bergantín. Tras 70 días de sitio, Cortés decidió que la ciudad era inhabitable, por lo que estableció el gobierno virreinal en Coyoacán.

Cortés fue nombrado capitán general y gobernador de México-Tenochtitlán, cargo que le sería ratificado mediante Real Cédula en 1522. Gracias a este cargo, Cortés tendría el control del gobierno, la administración pública, el ejército y la justicia. Para apoyarse, Cortés nombró subalternos de entre sus amistades. Mientras tanto, los pueblos de indios seguirían siendo gobernados por su cacique, y podrían crear sus propias leyes (autonomía legislativa, para que se oiga más elegante).

Para regular las relaciones entre indios y españoles y aclarar los derechos y obligaciones de los encomenderos (ya veremos de qué se trató la encomienda), Cortés emitió las Ordenanzas de Buen Gobierno.

En 1524, Cortés se lanzó a la conquista de las Hibueras (actualmente Honduras) dejando algunos oficiales a cargo

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