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EL ARTE Y CULTURA DURANTE LA REVOLUCION MEXICANA


Enviado por   •  18 de Marzo de 2013  •  Tesis  •  1.933 Palabras (8 Páginas)  •  1.975 Visitas

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EL ARTE Y CULTURA DURANTE LA REVOLUCION MEXICANA

El siguiente trabajo de artistas durante la revolución , desde el arte, defender el orden social y los derechos de los hombres. Para ello realizaremos algunas apreciaciones sobre sus trabajos a fin de mostrar los modos de representación que eligieron para contar la historia de su gente y su lucha.

Cada artista tuvo su propia interpretación política o filosófica de la revolución y lo que esta significo para los mexicanos.

La revolución mexicana

La Revolución Mexicana, fue un panorama de insatisfacción contra la política elitista y oligárquica de Porfirio Díaz, que había favorecido a los privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales. Si bien el país gozaba de prosperidad económica, las continuas reelecciones de Díaz causaban insatisfacción política entre las nacientes clases medias, en tanto que los beneficios de la prosperidad no habían alcanzado a los grupos más pobres de la sociedad

Pintar en tiempos revueltos

La Revolución marca un periodo en la historia moderna de México.

Durante y después de la Revolución Mexicana se elaboraron imágenes plásticas que representan la lucha revolucionaria, sus logros o a los protagonistas de la contienda (Emiliano Zapata es uno de los más retratados, pero también hay imágenes de Pancho Villa, Francisco I. Madero y otros). Sin embargo, no todas estas imágenes dicen lo mismo. Cada pintor tuvo su propia opinión de la Revolución según la experiencia que vivió durante esa época, y de acuerdo a la posición política y social en que se ubicó durante y después de 1921.

Hubo artistas que fueron testigos presenciales de la lucha revolucionaria (como José Clemente Orozco y Francisco Goitia), y hubo otros que no la vivieron porque estaban estudiando o viviendo fuera de México (como Diego Rivera). Algunos artistas se interesaron y se unieron a las causas populares que surgieron durante la lucha, otros no se identificaron con ellas y creían que el pueblo era manipulado por los caudillos.

Unas cuantas imágenes revolucionarias se pintaron durante los años de lucha, pero la mayoría de ellas se realizaron una, dos, tres o más décadas después de concluido el conflicto. En general, las obras contemporáneas a la lucha son más trágicas y desesperanzadas que aquellas que se hicieron posteriormente, en donde se idealizan algunos aspectos.

Las manifestaciones artísticas mexicanas tuvieron como antecedentes directo de la obra del grabador, ilustrador y caricaturista político José Guadalupe Posada. Tras la muerte de Posada acaecida en 1913, fue Gerardo Murillo quien se encargo de brindar un nuevo impulso a las actividades artísticas de la época.

Murillo había sido estudiante de la Escuela Nacional de Bellas Artes y logro obtener una pensión del gobierno de Porfirio Díaz para completar sus estudios en Europa, en donde sus intereses políticos lo acercaron al partido socialista italiano. adoptaría el seudónimo de Dr. Atl, que en lengua náhuatl significa “agua”. Murillo patrocinó y orientó sobre los principios del muralismo cargado con fuertes contenidos nacionalistas

Francisco Goitia

(1881-1960) Artista mexicano que tuvo una impronta particular y única dentro del panorama cultural de México, ya que se mantuvo al margen de las costumbres sociales de su época y de la corriente pictórica oficial. Aunque perteneció a la llamada Escuela Mexicana de Pintura y Escultura —personificada por Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, entre otros—, no participó en el movimiento muralista iniciado en 1922.

Los tópicos más recurrentes de su pintura son el hambre, el tenebrismo, la miseria, la desolación, el aislamiento y el dolor humano.

Dos de las principales cualidades de Goitia eran su clarividencia y su capacidad de plasmar su entorno con realismo. La mayor parte de sus lienzos fueron producto de la contemplación y el análisis profundo de su vida y su entorno, y son un testimonio de varias etapas de la historia de México: la subsistencia de las personas en las haciendas durante el régimen de Porfirio Díaz, la Revolución de 1910, la Posrevolución, la Guerra Cristera y el ambiente cultural de la primera mitad del siglo XX.

Su pintura es puramente social y desde ella se realiza un crítica sobre la opresión sufrida por el pueblo por parte del poder gobernante.

El desesperado

Esta obra claramente refleja el color local propio de la época. Los colores oscuros y la caracterización de un hombre que lucha para subsistir de la marginalidad. La botella en una mano que representa el deseo de borrar el sufrimiento y un palo en otra mano que refiere a una lucha que sigue en pie. Sus ropas roídas por el olvido al que está sometido y la marginalidad que lo hunde en la desesperación.

DAVID ALFARO SIQUEROS (1896-1974)

Fue artista-político. Su expresión artística estuvo íntimamente ligada a su actividad política dentro del partido comunista y como sindicalista. Según Siqueiros el arte tenía una misión política que cumplir: debía ser conscientes a las masas de sus derechos sociales y políticos, y guiarlos ideológicamente. Para el artista, el tema del arte debía atender a las necesidades políticas del pueblo en su lucha por mejor vida, libre de injusticia y sometimientos. Así el arte de Siqueiros tiene que verse de luz de sus convicciones políticas En su visión la revolución es una fuerza liberadora que trasciende sus límites temporales. Con ese movimiento social se inicio la marcha del pueblo hacia la libertad e igualdad y nada debe detenerla

El lenguaje plástico que usaba Siqueiros apoya sus convicciones políticas. El dinamismo de las figuras establece un paralelismo con el ritmo del movimiento social, hacia adelante, incontenible

En sus imágenes se ve la masa revolucionaria en su marcha hacia la conquista de sus ideales sociales. Entre la multitud podemos reconocer a algunos de los caudillos revolucionarios (Zapata, Obregón, Villa, Carranza), pero no sobresalen: se funden con el pueblo. "Del porfirismo a la Revolución. Los revolucionarios" que se encuentra en el Museo Nacional de Historia, lo pintó de 1957 a 1966.

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