EL MAESTRO Y EL DISCURSO PEDAGOGICO DEL ESTADO. La noción de un Estado pluricultural

Todas y cada una de la instituciones que existen en cualquier sociedad elabora un discurso pedagógico para orientar los procesos de enseñanza – aprendizaje en los que se hayan involucradas, un discurso que considera el momento histórico, social, económico, político, etc. por el que la sociedad en que se desarrollan. En este sentido, el Estado mexicano no es la excepción, ya que, históricamente, ácido y es el responsable de configurar los principios básicos que norman la política educativa en el país.

La intención del autor es revisar y explicar cómo y de qué manera el maestro juega, o puede jugar, con estas categorías para procurar un proceso más ágil y dinámico de enseñanza - aprendizaje en el aula de educación primaria.

En toda sociedad existen discursos pedagógicos que son producidos, distribuidos y consumidos por los diferentes sujetos que la conforman. Las instituciones y las clases sociales, son los principales productores y distribuidores de los discursos pedagógicos.

Entendemos por discurso pedagógico al conjunto de expresiones lingüísticas que se manifiestan en el proceso de enseñanza aprendizaje y cuya finalidad es el desarrollo la transformación de capacidades culturales de individuos y grupos.

El estado, como productor y distribuidor de su propio discurso, no expresa desde dos niveles diferentes. Uno mediante documentos y discursos producidos por instituciones y funcionarios encargados de desarrollar la política educativa del régimen. El otro mediante documentos y discursos de funcionarios que aun cuando no se ocupan directamente de la cuestión educativa si tienen una función pedagógica. Con la democratización el Estado expresa la necesidad de que la voluntad del pueblo se manifiesta en todos los actos de la vida comunitaria. Es la participación popular en la producción, distribución y consumo; participación popular en los aspectos de la vida social y participación popular en la educación y en la creación y disfrute de la cultura. Con la participación dese involucrar a todos los sectores sociales todos los factores de la producción en la transformación de la sociedad. Cambios que llevan toda la vitalidad y creatividad de la sociedad civil a las estructuras estatales y desde el estado, con respecto a la libertad y con el compromiso indeclinable de la justicia, impulsaremos el desarrollo integral de la sociedad y de los individuos. Con la pluralización reconoce que en el país existen diferencias nacionales y locales, en cuanto a costumbres y valores, expresadas a partir de la pertenencia a grupos sociales y étnicos cuyas manifestaciones culturales específicas conforme a la cultura nacional. Respetaría estimular las manifestaciones culturales de cada región. Las visiones particulares de cada una integran y lancen ido a nuestra unidad nacional. Sin embargo, democratización, participación y pluralismo, como orientaciones del discurso pedagógico del Estado en su práctica real tienen en el análisis del discurso pedagógico del maestro algunos puntos relevantes de discordancia

La son la convicción de democratizar los procesos educativos, como parte de la democratización del país, no es suficiente para que el maestro logre la transformación de sus prácticas y su comportamiento personal, las cuales están influidas por las prácticas de las jerarquías escolares, institucionales, administrativas y gremiales, en las que las más de las veces hay una total antidemocracia ante la que el maestro no ha tenido una incidencia real para su transformación. Como consecuencia de lo anterior, la participación que el maestro propicia en el aula, coincide con la que, en contradicción con su discurso, el Estado promueve, es decir, una participación inducida, en cuadrada por la rígida verticalidad de los diferentes niveles jerárquicos.

La noción de un Estado pluricultural se enfrenta a las tendencias dominantes resultado

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