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EXPOSICION: SOBRE EL DESARROLLO DEL SOCIALISMO-COMUNISMO EN LA UNIÓN SOVIÉTICA.


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2018  •  Ensayos  •  1.849 Palabras (8 Páginas)  •  92 Visitas

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UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

AREA DE HUMANIDADES

CURSO DE FILOSOFIA POLITICA

PRESENTADO A: EDGAR ARTURO RAMIREZ

PRESENTADO POR: JOEL FINKELSTEIN

EXPOSICION: SOBRE EL DESARROLLO DEL SOCIALISMO-COMUNISMO EN LA UNIÓN SOVIÉTICA.

PREGUNTA PROBLEMA: ¿Cuál fue la importancia de la Revolución de 1905 en la historia de la Rusia moderna? ¿Previno el crecimiento de una democracia genuina en Rusia?

La política de Rusia bajo el poder de los zares, siempre había sido de mantener un sistema de autocracia al máximo, esto con dar solo las autorizaciones mínimas que los movimientos masivos hacían recomendables. Bajo tales condiciones, Rusia no tenía tradiciones liberales como las tenias en Gran Bretaña y Francia, pero era el caldo de cultivo de las ideas revolucionarias. Rusia no era un país altamente industrializado en esa época de la historia ya que solo contaban con una clase media muy débil, pero entre la nobleza y los campesinos trabajadores existía una marcada distinción de clases que permitía que el marxismo floreciera en suelo ruso. La sensación de que estaban siendo explotados se enciende en las mentes de los campesinos y trabajadores, y estos empezaban a odiar al régimen que los convertirían en herramientas en manos de los propagandistas revolucionarios. En ese momento surgen algunas reformas notables en la década de 1860 durante el reinado del zar Alejandro II, algunas como fueron la emancipación de los siervos y el comienzo que podrían haber evitado una revolución futura si hubieran sido de mayor alcance. Sin embargo, el asesinato de Alejandro II en 1881 marcó el final de todas las reformas liberales en la nación, y la represión y la reacción marcaron particularmente el reinado del último zar Nicolás II.

La Revolución en Rusia de 1905 fue muy importante ya que fue la última advertencia de la autocracia rusa. Las diversas clases en la sociedad se estaban coordinando y los trabajadores comenzaron a presionar al gobierno por medio de huelgas. Al igual que las Revoluciones de 1848 en Prusia y Austria, estos exigieron una constitución liberal, pero la revuelta del pueblo ruso contra el orden existente de las cosas era la señal del despertar general de todas las nacionalidades y razas dentro del Imperio. Las diversas nacionalidades expresaron libremente la necesidad que sentían por la autonomía, especialmente en asuntos culturales y económicos. No hubo referencia a la separación de Rusia, su protesta fue contra el nacionalismo estrecho del gobierno y la administración centralizada opresiva.

En general, las demandas populares eran para la creación de una constitución y un parlamento. Estos gobiernos locales electivos, querían una franquicia amplia, de una jornada laboral de ocho horas, mejores salarios y condiciones para aliviar la difícil situación de los campesinos y trabajadores, libertad de prensa, reunión, asociación y religión. Lo que se exigía no era una república, sino reformas que mejorarían la nación.

Esta etapa demostró que los rusos todavía no estaban preparados para una democracia plena, en gran parte debido al analfabetismo generalizado y la falta de tradición liberal. El domingo sangriento o la masacre de trabajadores encabezada por el padre Gapon, quien presentó sus insultos ante el zar, causó una intensa excitación popular en toda Rusia. Se produjeron levantamientos de campesinos, huelgas industriales y manifestaciones callejeras en todas partes. Después de la derrota de la guerra ruso-japonesa en 1905, el desorden se extendió al ejército y la armada. Los consejos de diputados de los trabajadores pronto fueron organizados por los soviets.

Lo más importante sucesos fueron en San Petersburgo, liderado por Trotsky. Cuando las huelgas políticas, las manifestaciones callejeras, los conflictos armados y el descontento agrario se hicieron cada vez más frecuentes, el Zar prometió otorgar una Duma nacional o una asamblea representativa que actuaría como un consejo asesor sin poder legislativo. Esta medida poco entusiasta resultó en una huelga nacional, los esfuerzos combinados de la clase media, la clase obrera y el campesinado.

 

Bajo presión irresistible, el Zar finalmente emitió el Manifiesto de la Libertad o Manifiesto de Octubre que prometía al pueblo ruso los principios fundamentales de la libertad civil: "inviolabilidad de la persona, con libertad de conciencia, expresión, reunión y asociación". Además, la Duma debía compartir el poder legislativo con el Zar. Un nuevo Primer Ministro fue nombrado, el Conde Witte, para llevar el Manifiesto a la práctica, esta fue la primera vez en Rusia que se formaba un gabinete unido y gracias a esto la revolución de 1905 tuvo éxito en lograr una constitución, pero esta fue de corta duración.

El Manifiesto del 17 de octubre de 1905, la promesa de reformas, la convocatoria de la primera Duma, la restauración de la Constitución finlandesa, la derogación de las leyes que prohibían el uso del ucraniano, lituano y otras lenguas, la relajación del intenso nacionalismo ruso ante el régimen en Polonia y en otros lugares, dio buenos motivos para la esperanza de que los nuevos cambios constitucionales ayudarían al crecimiento de la democracia rusa. Pero esta autocracia pronto regresó a las viejas formas de centralización y represión política. Aplastó todos los intentos de reformas sociales.

En otras palabras, dicho Manifiesto de Octubre marcó el punto culminante de la Revolución de 1905. Separó las filas del movimiento de oposición. Los elementos más radicales entre la clase profesional y los hombres de Zemstov, todavía estaban lejos de ser presuntuosos ya que el Manifiesto dio mucho menos que la Asamblea Constituyente que exigieron. Los líderes del movimiento social que deseaban la revolución a toda costa se oponían a dicho Manifiesto.

Lenin, el líder izquierdista de los socialdemócratas, quería establecer un nuevo orden social por medio de una revolución de la clase obrera, pero entre los mismos líderes revolucionarios hubo desintegración y desperdiciaron su fuerza en disputas entre facciones. Dentro del Partido Social Demócrata, los comunistas bolcheviques se peleaban con los comunistas mencheviques y con los socialistas revolucionarios, que creían en la necesidad del levantamiento campesino y el asesinato continuo.

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