Educación y Normas del comportamiento

Educación y Normas del comportamiento

Desde hace cientos de años las costumbres y la educación en la mesa han dado de que hablar. Lavarse las manos, usar cubiertos o comer con la boca cerrada son normas del comportamientos que hemos seguido fomentando; pero no siempre fueron así.

El autor Elias Norbert nos comenta como se han ido modificando estas normas desde la edad media. ¿Por qué se le considera a una persona educada? , ¿Qué características debía de tener?, ¿Qué relación tiene con nuestra cultura y la educación actual? A continuación analizaremos la relación entre las normas del comportamiento, cultura, educación y pedagogía, para intentar darles respuesta a estas interrogantes.

Para comenzar a entender esta relación es necesario mencionar que una cultura debe ser aprendida, para que la vida de la sociedad continúe; y esta transmisión es la educación. (Abbagnano y Visalberghi, 1987). La cultura tiene papel de reguladora y administradora de conductas; normas que se han instalado a través del tiempo, que hemos aceptado y practicado. (Paramo Morales, 2017). En efecto a través de la educación y la pedagogía controlando el proceso educativo hemos aprendido normas de conducta que son parte de nuestra cultura actual.

Con relación a lo anterior, desde el siglo XIII se han ido registrando modificaciones en las normas del comportamiento de la clase alta cuando están frente a la mesa. Empezaron a ver como impropios ciertas actitudes, como por ejemplo, sorber la sopa, meter los dedos en la salsa o rascarse cuando se está comiendo; Además fueron incluyendo poco a poco cubiertos y cambiando maneras en las que se servía la comida; de usar la fuente común a platos individuales, que en cierto aspecto denota más educación hacia la higiene, también lo hicieron para diferenciarse como clase alta. Educaban a sus hijos en estas costumbres, hasta que fueron tornándose en tradiciones y convertirse en cultura. Aunque variaban de país a país, el núcleo era muy parecido, llegando a ser de interés por aprender por parte de gente de provincia y de otros estratos sociales.

En la actualidad aunque se han ido depurando muchas normas y costumbres guardamos cierta similitud y seguimos traspasándolas a las generaciones venideras mediante la educación y regulándolas con la pedagogía.

Ya el comportamiento en la mesa no marca la diferencia social como lo hace tener dinero o un trabajo exitoso; pero aún seguimos replicando ciertos patrones como no hablar con la boca llena, no arrojar comida al piso, el uso de las servilletas y cubiertos, etc. De modo que ya forman parte de nuestra cultura.

En conclusión fue largo el proceso, para que estas normas de comportamiento, es decir buenos modales, sean vistas como algo relativamente normal, todo eso gracias a la tarea de la educación, junto con la relación que tiene

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