El Consenso De Whashignton
carolinagalvan18 de Noviembre de 2014
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El Consenso de Washington y la crisis de la educación e
n América latina
1
El Consenso de Washington y la crisis de la educaci
ón en América
Latina
Pablo Gentili — 1996
(Profesor de la Universidad del Estado de Río de Jane
iro)
Desde inicios de los años 70, y siendo su marco de
origen la dictadura militar
impuesta en Chile luego del derrocamiento del gobie
rno constitucional de
Salvador Allende, el programa de reformas impulsado
por el neoliberalismo en
América Latina se ha expandido progresivamente a ca
si todos de los países de la
región. La frágil institucionalidad que marcó la tr
ansición hacia la democracia en
aquellas naciones que superaban la traumática exper
iencia de largas dictaduras,
por un lado, y, por otro, las peculiaridades de reg
ímenes políticos democráticos
de carácter tutelar y con un alto grado de corrupci
ón, en los pocos países que no
enfrentaron gobiernos de (acto durante este período
, constituyeron factores
propicios para la expansión del neoliberalismo en A
mérica Latina
1
. La poderosa
hegemonía que fue ganando dicho proyecto acabó de c
ristalizarse durante los
años 80 a partir de la aplicación de un conjunto de
reformas orientadas a
garantizar un riguroso programa de ajuste económico
como producto de la
llamada crisis de la deuda. La ortodoxia neoliberal
promovida por los organismos
financieros internacionales, especialmente el Banco
Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, fue asumida por las élites
políticas y económicas
locales como la única receta válida para superar el
déficit público y estabilizar las
convulsionadas economías de la región. Este núcleo
de doctrinas, así como la
retórica qué pretende darles sustento y legitimació
n discursiva, se ha fundado en
un aparente acuerdo global que ha ido penetrando ca
pilarmente en el sentido
común de las administraciones gubernamentales latin
oamericanas. Los medios
académicos y periodísticos han popularizado este co
njunto de propuestas y
discursos como el Consenso de Washington que subyac
e en las decisiones
políticas de gran parte de los gobiernos de la regi
ón
2
.
1
Botan, A. Estado, capitalismo e democracia m Améric
a Latina. Paz e Tena, S5o Paulo, 1994: Fiad. J. L.
En busca de dísenos perdido. Ensayos críticos sobre
a festejada trise do estado. !nsight, Río de Janei
ro,
1995; Laurel!, A. C. (ed.). Estado e políticas soci
ais no neolíheralismo. Cortez, S Paulo. 1995; Sierr
a, G. de
(cd.). Los pequeños países de América Latina en la
hora neoliberal, UNAM, Nueva Socied/ Caracas,
1994.
2
La expresión Washington Consensus fue usada por pr
imera vez por John Wi]liurnson investigador del
Institute for international Economics. uno de los m
ás célebres “think tanks” del gobierno americano (V
éas
Williamson, J. “What Washington means by Policy Ref
orm’; y “The Progress of Policy Reform in Latin
America”, I Washington. 1990). El programa de ajust
e y estabilización propuesto en el marco de este
“consenso” incluye diez tipos específicos de reform
a que, tal como señala Williamson, han sido
implementados casi siempre con intensidad por los g
obiernos latinoamericanos a partir de la década del
80:
disciplina fiscal: redefinición de las prioridades
del gasto público; reforma tributaria; liberalizaci
ón del
sector financiero: mantenimiento de tasas de cambio
competitivas; liberalización comercial; atracción
de
inversiones de capital extranjero; privatización de
empresas estatales; desregulación de la economía;
protección de derechos autorales, Véas Portella Fil
ho. P. “O ajustan]ento na América Latina: crítica n
o
modelo de Washington”. Luso Nova, 32, 1994.
El Consenso de Washington y la crisis de la educación e
n América latina
2
La validez de esta fórmula ha sido cuestionada y di
scutida por numerosos
autores
3
. Sin embargo, cualquier estudio comparativo median
amente riguroso
acerca de las políticas públicas en los países lati
noamericanos no sólo justifica el
uso de este concepto, sino que demuestra la necesid
ad de ampliar su alcance más
allá de los límites a los cuales ha sido habitualme
nte restringido. En efecto, si
bien casi con exclusividad la expresión acuñada por
John Williamson ha sido
usada para hacer referencia general a las políticas
de ajuste económico, es posible
defender la tesis de que existe también un Consenso
de W en el campo de las
políticas educativas. Esto puede permitirnos recono
cer los dos aspectos
articulados a través de los cuales se vehiculiza el
proyecto neoliberal como
construcción hegemónica
4
; revalorizando, al mismo tiempo, el papel activo q
ue
ha tenido la construcción de un nuevo sentido común
tecnocrático en la
orientación de las políticas gubernamentales implem
entadas en América Latina
5
.
El llamado Consenso de Washington resume ambas dime
nsiones: da cuenta del
programa de reformas institucionales llevado a cabo
(en nuestro caso especifico,
la reforma educativa) y, al mismo tiempo, de la ret
órica desplegada por los
gobiernos que las impulsan y pretenden legitimarlas
. Sobre este asunto trata el
presente trabajo.
3
En Brasil, por ejemplo, la discusión acerca del imp
acto y la adhesión al citado Consenso de Washington
ha sido motivo de una intensa polémica durante la c
ampaña para las elecciones presidenciales de 1994.
Un
excelente artículo de José Luis Fiori disparó la po
lémica (“Os moedeiros falsos”, Foiha de Süo Paulo,
Gaderno Mais!, 03/07 Rápidamente las observaciones
de Fiori — que entre otras cuestiones destacaban la
inapelable adhesión del candidato E. H. Cardoso a l
os principios orientadores del citado consenso — fu
eron
respondidas por el propio Cardoso y por Luiz Carlos
Bresser Pereira. Quién luego se tornaría President
e
del Brasil, rechazó en su descargo toda vinculación
con la ortodoxia neoliberal, no tanto por los prin
cipios
que le dan forma, sino por considerarla producto de
un artificial estereotipo conspirativo (Cardoso, E
. }1.
“Reformas e imaginacao Fhola de Sao Paulo. Caderno
Mais!. 10/07/94). Bresser Pereira, que meses más
tarde se transformaría en Ministro de Reforma del E
stado en el Gobierno Cardoso. salió a terciar en la
polémica con un ensayo cuyo optimismo apologético y
a se reconoce en el propio titulo: “O ¡3m do
triunfalismo neoliberal” (Folha de Sao Paulo Cadern
o Mais 17/07/94.
4
Un intento de caracterización del neoliberalismo co
mo proyecto hegemónico puede encontrarse en los tex
tos
compilados en: Sader. E. &). Gentili (eds,). Pós-Ne
oliheralisino As politices sociais e o estado democ
rático.
Paz e Tena, Sao Paulo, 1995 [ traducción española:
La trama del neoliberalismo. Alianza Editorial,
Buenos Aires, 1997].
5
Me refiero aquí al sentido común de los “rechnopql
s” como fueron llamados, por el propio Williamson.
los economistas encargados de implementar las propu
estas de reforma promovidas por el ft Consensus.
V&se: Williarnson, J. l Search of a Manual J Techno
pols, IlE, Washington, 1993. Williarnson ha
percibido que la reducción de la citada ortodoxia a
l ámbito geográfico de la capital norteamericana ti
ende
acarrear falsas resistencias, las cuales pueden ser
evitadas si se reconoce el carácter universal de l
as
reformas que precisan ser llevadas a cabo. Se trata
, para él, de reconocer la necesidad de construir u
n -
‘sentido común internacional”, donde el consenso ex
prcse la fuerza de una verdadera “convergencia
universal” (Entrevista a John Williamson realizada
por Fernaddo Canzian: ‘Pai do ‘Consenso endosa
real”, FaMa tI SJo Paula. 07/08/94).
El Consenso de Washington y la crisis de la educación e
n América latina
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E! Consenso de Washington en educación
Quien estudie los programas de estabilización y ref
orma económica en los países
latinoamericanos podrá reconocer entre ellos una no
table homogeneidad. Esta
característica también puede ser identificada en la
s propuestas de reforma
educativa llevadas a cabo en la región. Tal regular
idad
...