El Hombre Como Persona

"EL HOMBRE COMO PERSONA"

La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?

Proverbio chino

Estamos consientes que la persona es un ser individual, es decir, que es uno en sí mismo y distinto de los otros seres. Por tanto, todos los seres reales son individuales: las entidades generales existen solo en la mente. Pero no todos los seres reales están individualizados del mismo modo. De aquí entonces, lo determinante específicamente en este presente de entender al hombre como persona, es sin dudada alguna tarea no fácil. J.F. Doceel (1969) al respecto señala, que en general los seres puramente espirituales están individualizados por medio de su forma y los seres puramente materiales lo están por la relación existente entre su forma y la materia cuantificada. No se puede negar que en el escenario actual se dan muchos seres con apetencias materiales, que se caracterizan porque están individualizados, son distintos de los otros representantes de su especie, no por su forma (que es la misma en cada uno de ellos) sino por la relación de esta forma a la materia cuantificada. Sin embargo, hay que tener presente, que el hombre es un ser espiritual y material y debe participar, en cierta medida de ambos modos de individualización. Es por eso que se insiste en comentar, que en la medida que los hombres van desarrollando su vida, acumulan todo tipo de experiencias (emociones, percepciones, decisiones libres, juicios) que le deja algo propio. En otros términos, es un ser consciente, y especialmente es un ser autoconsciente como lo es el ser humano, el pasado no es algo que ha sucedido y ha desaparecido para siempre. Sin duda alguna, algo de este pasado permanece en él, crece con él, lo modifica, lo hace diferente de todos los demás hombres. No de una manera sustancial, sino en algunos de los accidentes, y algunos de estos accidentes destaca Doceel, no son, como son los que se derivan de la relación con la materia, perceptibles por los sentidos: son verdaderamente intangibles, aunque no siempre lo sean para nuestra inteligencia humana. De aquí entonces, que el hombre está básicamente individualizado por la relación de su alma con la materia cuantificada, secundariamente por su historia personal, tal como ha sido escrita en él en sus acciones inminentes, particularmente en sus decisiones libres. Tradicionalmente se indica, que la persona es un individuo poseedor de una naturaleza espiritual, es decir, inmaterial, sin ninguna dependencia ni siquiera extrínseca de la materia o incompletamente inmaterial, con alguna dependencia extrínseca de la voluntad hacia El, pero no fuerza a nadie a aceptar el llamamiento y a seguir su atractivo. El modo en que la persona responde al llamamiento decide el significado de su vida, su verdadero valor, su destino eterno. No hay que olvidar, lo exclamado

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