El México prehispánico

Ofrenda prehispánica

"Esta ofrenda está dedicada a Xilonen, diosa de la mazorca tierna, representa un entierro y ofrenda prehispánica.

En el México prehispánico la celebración dedicada a los muertos se realizaba en el mes de agosto, los productos cosechados de la tierra eran parte de la ofrenda como lo era el maíz, calabaza, garbanzo y frijol. Cada elemento tiene un significado:

- El agua se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de un largo recorrido y como fortalecimiento para su regreso, ya que siempre se ha considerado como fuente de la vida.

- La sal es el elemento de la sabiduría y la purificación, sirve para que el alma no se corrompa.

- El copal significa la sublimación, el perfume de reverencia soberana.

- Las flores blancas están relacionadas con las almas de los niños, ya que significan ternura y pureza.

- Las flores amarillas significan riqueza, la flor de oro sirve para recordar.

- El petate es ofrenda para el descanso, para merecer el banquete.

- El alimento es un elemento que se comparte, es el ofrecimiento fraternal.

- La muerte era el paso del alma a otros lugares para seguir viviendo.

Ofrendas en Tenochtitlan.

Las ofrendas descubiertas en las últimas décadas en el Templo Mayor, muestran costumbres y tradiciones y revelan la manera en la que los mexicas rendían culto a sus dioses en la Gran Tenochtitlan. Las ofrendas en donde se encontraron restos de plantas rituales, como maguey, copal, hule, algodón, chía, tule, pericón y maíz, fueron localizados en las lumbreras de la Catedral Metropolitana. De esas ofrendas contenía semillas calcinadas de algodón, mientras que otras presentaban restos de tule que formaron parte de un petate, estaban integradas por pequeños restos de copal y abundantes fibras vegetales, entre las que destacan fragmentos de Yauhtli.

En ellas fueron detectados diversos tipos de materiales, habían bolas de copal y de hule. Es posible que hayan existido, entre ellas, otros restos vegetales. En cuanto al significado de las ofrendas y sus tributos se refieren a un acto que los mexicas realizaban en los ritos de consagración de una nueva construcción considerada como espacio sagrado. En los receptáculos de cada una de ellas, los oferentes recreaban a escala la configuración del universo y personificaban algunas acciones cosmogónicas de los dioses.

“Recordar a nuestros difuntos en México, es una tradición que, se conjuga la identidad prehispánica de nuestro pueblo, con las hermosas costumbres de todas las épocas con las más diversas expresiones artísticas, brindando un colorido de festividad a estas fechas importantes en que los mexicanos convivimos con la muerte esperando la visita de nuestros seres queridos que se han adelantado en el viaje a un mundo desconocido”.

“La importancia de esta tradición que se enmarca en el inframundo de nuestros ancestros teotihuacanos, con las raíces en el México prehispánico, sus antecedentes históricos son las ceremonias nahuatl en honor de Mictlantecuhtli y Mictlancihualt, los Dioses del Mictlan o Reino de los Muertos. “Recibir a las ánimas, es una verdadera fiesta para todos nosotros, al color de las flores, alimentos y demás objetos que se llevan a cada altar, se suma la música, el sabor de los platillos típicos, la belleza de los adornos y el ingenio de las calaveras, esos versos y rimas burlonas a las que daba forma Don José Guadalupe Posada, y que nos recuerdan, provocando una sonrisa, la brevedad de la vida”

Los mitos fueron creados por los pueblos de la antigüedad para darles respuestas a todas sus interrogantes sobre el origen del cosmos, su propia presencia en el mundo, como surgieron y desde luego, lo inevitable: la muerte.

Los mitos de los pueblos de la cultura náhuatl era que el universo estaba

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