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El Oficio Del Historiador


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  618 Palabras (3 Páginas)  •  366 Visitas

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EL OFICIO DEL HISTORIADOR. Enrique Moradiellos

• Capítulo 3. (Resumen)

Anteriormente, en la Alta Edad Media, el modo y método de enseñanza eran las escuelas monacales, integrada por un clérigo mayor y un novicio. El estudio se centralizaba en la contemplación y meditación solitaria del Texto Sagrado. Ya a mediados del siglo XIX en las universidades la enseñanza es aplicada de manera de agrupaciones de alumnos en torno a un maestro. Es en este cambio, en esta nueva forma de enseñanza, donde la Historia se convierte en una ciencia humana.

El historiador, entonces, se convierte en un profesional pagado por su trabajo. Es y debe ser investigador y enseñante al mismo tiempo. Son ellos, los docentes, quienes se encargan de practicar y ejercitar sus propias disciplinas, garantizando a su vez la preservación de saberes, mediante la instrucción y formación de sus discípulos, los discentes. La enseñanza universitaria de la Historia incluye dos aspectos ligados entre sí: la transmisión y asimilación metódica y reglada del cuerpo de conocimientos positivos propios de la disciplina, y el adiestramiento en el empleo de las técnicas de trabajo.

En la actualidad la enseñanza universitaria se resuelve en dos actividades: la lección teórica o clase magistral, y la clase práctica o seminario.

En el ámbito de la clase teórica el profesor entra en contacto por primera vez con el alumno. Es allí donde se presenta un programa y una bibliografía. El programa es un elemento esencial para el desarrollo pedagógico, resulta ser una guía orientativa para seguir las explicaciones del docente. Esta clase cumple siempre la función de proporcionar a los alumnos una introducción general, así como también sirve para aproximar al alumno a un tema desconocido. Estas clases teóricas adoptan diversas formas: una presentación descriptiva y esquemática de los fenómenos históricos, una presentación analítica de un proceso de más larga duración, o una aproximación reflexiva sobre la literatura de un asunto polémico.

Una buena enseñanza y estudio universitario no puede centrarse solamente en las lecciones teóricas y apuntes, apuntes que deben registrar por escrito las ideas y conceptos ofrecidos por el profesor, que a su vez no deben ser registrados de manera literal. El mejor apunte es el resultado de escuchar la lección para entender y comprender, posibilitando una anotación selectiva de lo más importante. El rol de un apunte es, entonces, ser un elemento auxiliar, y al mismo tiempo una elaboración personal.

En el ámbito de las clases prácticas el profesor profundiza la explicación y aclara dudas del alumno, es aquí donde también el docente puede iniciar a los alumnos en el conocimiento y ejercicio de las técnicas de trabajo, propias de la investigación histórica. Dichos ejercicios

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