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El Viernes Negro

olivermedina16 de Febrero de 2014

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Del Viernes Negro al Referendo Revocatorio (extracto)

Margarita López Maya, 2006

Introducción. Lucha hegemónica en la globalización neoliberal.

En este libro se describe, analiza e interpreta la transformación sociopolítica que ha tenido lugar en la sociedad venezolana, desde que se iniciara a finales de los años 70 el declive de la democracia hoy conocida como de "Puntofijo", hasta la implantación e inicial consolidación de un nuevo proyecto para el país de "democracia participativa y protagónica", identificado como el Proyecto Boli¬variano.

La asombrosa transformación de la sociedad, de la que todos hemos sido testigos y partícipes, es interpretada en este libro en términos de una lucha por la hegemonía. Definimos como lucha hegemónica un proceso dinámico, que ha implicado la creciente y sostenida organización y confrontación entre actores sociales y políticos, donde se van dando avances para unos y retrocesos para otros, donde actores se han ido sumando a una posición o retirándose para ir a otra, donde unos acumulan fuerza y otros la pierden, donde antagonismos iniciales se han modificado, debili¬tado o desplazado mientras surgen otros antagonismos. En la lucha hegemónica los actores van construyendo mediante su interacción las líneas básicas de proyectos de país, acordes con las demandas y sueños de quienes han participado, modificándose constante¬mente tales propuestas por la relación con otros actores que se van sumando al proyecto inicial, y/o por la acción de adversarios, y aún de observadores. A través, a veces de la confrontación, otras veces del diálogo, de alianzas, elecciones, negociaciones y demás prác¬ticas de la política, han ido emergiendo en la Venezuela del siglo XXI propuestas colectivas de futuro y nuevas relaciones de poder. El Proyecto Bolivariano, materializado primeramente en la Consti¬tución de 1999, e impulsado por el presidente [Hugo] Chávez y su alianza de fuerzas sociopolíticas emergentes, alcanzó al finalizar el siglo el predominio político o la hegemonía. Se entiende este concepto como un "equilibrio inestable", donde un grupo de actores logró acumular la suficiente legitimidad para acceder al poder y poner en práctica su proyecto para el conjunto de la sociedad. Al dar sus primeros pasos como gobierno en el siglo XXI, esa hegemonía y esos actores parecen consolidarse.

Al ubicar nuestro análisis en la perspectiva de la lucha he¬gemónica estamos sosteniendo que el proceso que ha vivido la sociedad ha sido principalmente democrático en su naturaleza, independientemente de que en distintos episodios o vicisitudes, como veremos en diversos capítulos, algunos actores han recurri¬do a prácticas reñidas con esos procedimientos, buscando hacer prevalecer sus intereses particulares a la fuerza. Una transforma¬ción hegemónica implica un cambio de relaciones de poder en una sociedad mediante la guerra de posiciones, y la historia humana bien nos muestra que el camino para que eso pueda suceder está peligrosamente lleno de obstáculos, emboscadas y abortos. Por lo general, los que disfrutaban del poder harán lo indecible para mantenerse en él, y los que ahora se sienten con fuerza para dirigir la sociedad, buscarán el reconocimiento de ello, a veces también a como dé lugar. La prolífica experiencia histórica indica que lo más común son los cambios violentos. En este sentido, el proceso sociopolítico venezolano, aunque no exento de tales manifesta¬ciones, se erige como un caso interesante y bastante excepcional, toda vez que ha logrado cambios significativos en el orden político sin desatar la violencia y/o el autoritarismo. Como lucha hegemónica, el proceso sociopolítico venezolano se proyecta hacia el futuro en una continuación y profundización de esta dinámica democrática.

La historia de la lucha hegemónica en Venezuela entre 1983 y 2004 se expone a partir de un conjunto de procesos socioeconómi¬cos y sociopolíticos de carácter nacional, que se fueron acumulan¬do a lo largo de estas décadas. Estos aspectos nacionales también han estado intrínsecamente vinculados con procesos más amplios de globalización neoliberal, que se han venido desarrollando desde los años 70 en el sistema capitalista mundial y que han alterado profundamente las relaciones centro-periferia que predomina¬ron entre los estados nacionales después de la Segunda Guerra Mundial. Por ello, la historia que se busca comprender aquí es de significativa complejidad, multidimensional, y aun con aspectos de interpretación difícil y/u oscura.

El último cuarto del siglo XX ha sido el escenario de un proce¬so de recomposición o reestructuración del capitalismo que aún no culmina y en el cual todas las sociedades del planeta han sido afectadas en mayor o menor grado. Iniciado, según algunos, a fines de los años 60, por una típica crisis de sobreacumulación en los países industrializados, en la década del 70 se superpuso a ella la devaluación del dólar y la crisis energética. A partir de entonces se fue desarrollando un abigarrado complejo de políticas económico financieras y procesos de distinta naturaleza, entre ellos las innova¬ciones informáticas y comunicacionales, así como los asombrosos cambios políticos de centro Europa bajo la égida del capitalismo fi¬nanciero, que han tendido a la integración de Estados y sociedades a un sistema económico único. América Latina ha estado inmersa en estas transformaciones, afectada profundamente en los años 80 con la "crisis de la deuda" y su consecuencia directa, la llamada por Cepal "década perdida". Fue en los años 80, cuando todos los in¬dicadores socioeconómicos de nuestras sociedades retrocedieron, y comenzó el calvario de las políticas de ajuste y reestructuración económica, impuestas a las economías de la región por las agencias multilaterales de crédito, dominadas por los intereses de las fuerzas económicas y políticas de los países centrales. Gobiernos de extrema derecha en EEUU, Inglaterra y otros, buscaron corregir las disfunciones de sus economías mediante la imposición en la periferia de formas de aguda explotación y dominación.

Es sobre este escenario de fondo, llamado por algunos "glo¬balización neoliberal", y por otros "mundialización", donde arran¬ca la trama venezolana que aquí analizaremos. Venezuela, por su condición múltiple de país periférico en el sistema capitalista mundial, petrolero y democrático, parece haber sido especial y contradictoriamente influido por los intensos reacomodos econó¬micos, geopolíticos y socioculturales que se desarrollan en la esfera del capitalismo desde entonces. Su estrecho vínculo histórico con EEUU, como seguro proveedor del estratégico combustible para su maquinaria industrial y militar, la ha colocado en una situación difícil para ejercer su soberanía, toda vez que ese país se ha cons¬tituido en esta etapa en la potencia militar e "imperial" única del planeta, que no duda en ejercer su fuerza para garantizar los inte¬reses de las corporaciones transnacionales que se albergan en su territorio. Por otra parte, Venezuela es una de las democracias más antiguas de América Latina, y en los últimos seis años su cambio hegemónico, cuya dirección anda a contracorriente del neolibera¬lismo que prevalece como ideología en el orden internacional, se ha visto respaldado con recurrentes procesos electorales y una intensa política de la calle. La transformación de la sociedad venezolana a través de cauces propios ha sido recibida con enorme disgusto por parte de las fuerzas que actualmente dominan el mundo. Por esto y otros desarrollos vividos con intensidad a lo largo de estos años, este análisis trasciende el caso particular, y muchos de los procesos que aquí se estudian contribuirán a echar luz sobre otras traumáticas experiencias de sociedades periféricas en el contexto de estas transformaciones. (...)

Capítulo 3. El Caracazo .

El 27 de febrero de 1989 estalló en Venezuela una revuelta po¬pular que alcanzaría una magnitud sin precedentes. En la ciudad capital, así como en casi todas las ciudades principales y secun¬darias del país, tuvieron lugar barricadas, cierres de vías, quemas de vehículos, apedreamientos de comercios, balaceras y saqueos generalizados. La revuelta duró cinco días en Caracas, un poco menos en el resto del país. El saldo de pérdidas materiales y hu¬manas fue altísimo; las muertes, conservadoramente calculadas en casi cuatrocientas, fueron en su gran mayoría de gente pobre, vecina de la capital.

La sorpresiva e inusitada fuerza de este evento ha estimulado una abundante producción académica que busca interpretarla. Pero esa literatura se ocupa principalmente de explicar las causas que llevaron a sectores pobres y medios venezolanos a las calles, mientras varios aspectos de la revuelta continúan sin captar la atención académica y recibir respuestas explicativas. Por ejemplo, ¿por qué una revuelta popular en un régimen democrático? ¿Por qué estuvo centrado en objetivos como establecimientos comer¬ciales y no en blancos políticos? ¿Por qué duró tanto tiempo (5 días en Caracas)? Y, ¿por qué los niveles de violencia que entonces se alcanzaron, sólo tienen relativa comparación con ciertos sa¬queos urbanos ocurridos durante distintos episodios políticos de la Venezuela del siglo XIX y las revueltas de 1935-36, ocurridas a la muerte del dictador Juan Vicente Gómez? Estas preguntas merecen ser respondidas, no sólo para una mejor comprensión de nuestro proceso sociopolítico, sino incluso como contribución a esclarecer la naturaleza de este tipo de revueltas en otras sociedades.

En el presente capítulo se realiza una

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