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El Zorrito Abandonado


Enviado por   •  28 de Mayo de 2015  •  1.691 Palabras (7 Páginas)  •  397 Visitas

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el zorrito temblaba de miedo entre

los matorrales; se había quedado solo,

completamente solo.Estaba esperan

do

a su madre, pero ella jamás volver

ia.

un cazador la había matado.

Pasa

ron muchas horas, y comenzó a llo

ver.

El zorrito, cada vez más atemo

rizado,

sentía frío y hambre.

Una zorra que pasaba

por ahí al

canzó a oír los

gemidos del cachorro.

«Sera mejor que siga de largo», se

dijo. «Mis hijos me esperan en la ma

driguera». Pero los sollozos del zo

rrito la conmovieron tanto que ter

minó por meterse entre los matorrales

para ver qué pasaba.

—Qué tienes, pequeño? —preuntó

la zorra, acariciando la cabeza

del cachorro con una pata.

El zorrito comenzó a chillar todavía

mas fuerte, como hacen los zorros

chiquitos cuando tienen hambre.

—por qué estás tan solo en medio

del bosque? le preguntó la zorra,

asombrada. ¿Dónde está tu ¡madre?:

o es que no tienes madre?

La zorra se inclinó sobre el zorrito y

lo olfateó. Olía como huele cualquier

zorrito, y era suave y peludo, como

todos los zorrito.

—Pobre bebé —exclamó, y volvió

a acariciarlo con una pata.

El cachorrito dejó de llorar. La zorra

olía como su madre y despedía tanto

calor como ella. No podría darle un

poco de leche? El zorrito se metió bajo

el pecho suave de la zorra y comenzó

a mamar. ¡Qué hambre tenía,

La zorra retrocedió, haciendo a un

lado al cachorro. este pequeño no es

hijo mio; no lo traje al mundo», pensó.

Ademas, debo velar por mis tres hijos

y eso es ya suficiente responsabilidad».

—Sigue durmiendo, pobrecito —le

dijo al cachorro y se levantó.

Antes de irse lo miró por última

vez. iQué solo iba a quedarse... Ella le

habia dado su calor y su leche.

Cómo dejarlo ahora?», se pregunt.

Con mucho cuidado lo alzó. El zorrito

se despertó y comenzó a lloriquear.

La zorra lo puso suavemente

sobre la hierba y lo lamió.

—No tengas miedo, hijito. Ya nos

vamos a casa —le dijo, volviendo a to

marlo entre los dientes y poniéndose

en camino a Ia madriguera. Era me

diodía y el bosque parecía tranquilo

El cachorro comenzó a llorar de

nuevo y a tiritar de frío,

—Está bien, te daré de comer —-dijo

la zorra, y se acostó a su lado para

calentarlo.

EI zorrito se acurrucó junto a ella y

comenzó a mamar. Chasqueaba la

lengua de puro contento y no paraba de chupar.

—Come, come, hasta que estés llenito —le decia ia zorra.

el perro

Cuando el zorrito terminó de comer

todo lo que le cupo, y un poquito más,

se quedó profundamente dormido. La

zorra permaneció un rato junto a él,, fe

liz de verlo contento y satisfecho. «Ya

vendrá a buscarlo su madre», pensó.

Sin embargo, el tiempo pasó y la ma

dre del zorrito no apareció. La zorra

comenzó a preocuparse; debía volver

a la madriguera, donde sus hijos la

esperaban.

De repente se detuvo, asustada. Es

cuchaba ladridos. Era, sin duda, el

perro del cazador, ese malvado perro

que rastreaba las huellas de los zorros

y los perseguía para matarlos

—Zorra, zorra, zorra! —ladraba el

perro, acercandose—. Zorra, zorra,

zorra!

La zorra, despavorida, trató de alejarse,

pero como llevaba cargado al

zorrito, no podía correr tan rapido

como de costumbre. Mientras tanto, el

perro se acercaba más y

...

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