El genocidio en ruanda

De abril a julio de 1994, los miembros de la mayoría étnica hutu en la nación centro-oriental africana de Ruanda asesinaron a un total de aproximado de  800.000 personas, la mayoría de la etnia minoritaria tutsi. Iniciado por extremos nacionalistas hutus en la capital Kigali, el genocidio se extendió por todo el país con una velocidad asombrosa y brutalidad nunca antes vista.

ANTECEDENTES: Las tensiones étnicas en Ruanda

A principios de la década de 1990, Ruanda, un país pequeño con una economía mayoritariamente agrícola, tuvo una de las densidades de población más altas de África. Alrededor del 85 por ciento de su población es hutu; el resto es tutsi, junto con un pequeño número de Twa, un grupo de pigmeos que fueron los primeros habitantes de Ruanda. Parte de África Oriental Alemana 1894-1918, Ruanda fue objeto de la Sociedad de Naciones, el mandato de Bélgica después de la Primera Guerra Mundial, junto con la vecina Burundi. Período colonial de Ruanda, durante el cual los gobernantes belgas favorecieron a los tutsis de las minorías en los hutus, exacerbó la tendencia de los pocos para oprimir a los muchos, creando un legado de tensión que estalló en violencia, incluso antes de Ruanda obtuvo su independencia. Una revolución hutu en 1959 obligó a unos 300.000 tutsis a huir del país, por lo que una minoría aún más pequeña. A principios de 1961, victorioso hutus había obligado tutsi monarca de Ruanda al exilio y declaró al país en una república. Después de un referéndum de la ONU ese mismo año, Bélgica concedió oficialmente la independencia a Ruanda en julio de 1962.

Étnicamente violencia de motivación continuó en los años posteriores a la independencia. En 1973, un grupo militar instalado Mayor General Juvenal Habyarimana, hutu moderado, en el poder. El único líder del gobierno de Ruanda para las próximas dos décadas, Habyarimana fundó un nuevo partido político, el Movimiento Revolucionario Nacional para el Desarrollo (NRMD). Fue elegido presidente bajo una nueva constitución ratificada en 1978 y reelegido en 1983 y 1988, cuando él era el único candidato. En 1990, las fuerzas del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que consiste principalmente de refugiados tutsis, invadió Ruanda desde Uganda. Un alto el fuego en estas hostilidades condujo a negociaciones entre el Gobierno y el FPR en 1992. En agosto de 1993, Habyarimana firmó un acuerdo en Arusha, Tanzania, pidiendo la creación de un gobierno de transición que incluiría el FPR. Este acuerdo de poder compartido enfureció extremistas hutus, que no tardaría en tomar una acción rápida y horrible para evitarlo.

GENOCIDIO

El 6 de abril de 1994, un avión que transportaba a Habyarimana y presidente de Burundi Cyprien Ntaryamira fue derribado sobre Kigali, sin dejar sobrevivientes. (Nunca se ha determinado de forma concluyente que los culpables fueron. Algunos han culpado a los extremistas hutus, mientras que otros culparon a los líderes del FPR.) Dentro de una hora del accidente de avión, la Guardia Presidencial, junto con miembros de las fuerzas armadas de Ruanda (FAR) y milicias hutu conocidos como los Interahamwe ("los que atacan juntos") y

Impuzamugambi ("Los que tienen el mismo objetivo"), creado bloqueos de carreteras y barricadas y comenzó la matanza de tutsis y hutus moderados con impunidad. Entre las primeras víctimas del genocidio fueron el primer ministro hutu moderado Agathe Uwilingiyimana y sus 10 guardaespaldas belgas, asesinado el 7 de abril Esta violencia creó un vacío político, en el que un gobierno interino de líderes extremistas hutus de energía desde el alto mando militar pisó 9 de abril.

Las matanzas en Ruanda rápidamente extendieron desde Kigali para el resto del país, con unos 800.000 personas sacrificados en los próximos tres meses. Durante este período, los funcionarios locales y estaciones de radio patrocinados por el gobierno pidió a los civiles ruandeses comunes para asesinar a sus vecinos. Mientras tanto, el FPR se reanudó la lucha, y la guerra civil asoló junto con el genocidio. A principios de julio, las fuerzas del FPR habían ganado el control sobre la mayor parte del país, incluyendo Kigali. En respuesta, más de 2 millones de personas, casi todos hutus, huyeron de Ruanda, el hacinamiento en los campamentos de refugiados en el Congo (entonces llamada Zaire) y otros países vecinos.

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