El poder absoluto corrompe absolutamente

El poder absoluto corrompe absolutamente

¿Qué ocurre cuando un individuo se “convierte'' en el país? ¿A qué límites éticos, políticos y sociales se llega en este caso? ¿Cómo se revierte?...¿Se puede revertir?, no es tan simple como parece, el funcionamiento de la cabeza de ciertos hombres en el poder varía, existen estadistas, monarcas, sanguinarios, populistas, comunistas y el peor de todos a mi juicio, los dictadores, pero, ¿qué ocurre dentro de la cabeza de estos hombres para que sean, a mi juicio, lo peor de la escoria política? Pues veremos un caso archiconocido por nosotros al punto de que intenté evitarlo en este ensayo para no resultar repetitivo, pero haga lo que haga e investigue lo que investigue, siempre llegaré a él, a Augusto Pinochet.

¿Qué ocurrió dentro de la cabeza de Pinochet? ¿Cómo y cuándo su percepción de la realidad tomó tanto vuelo que comenzó a creer que encarnaba el país? Se puede explicar de manera simple, y no es nada nuevo, lo dijo Lord John Acton: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, grandes palabras, pero ¿cómo llevamos esto a Chile? Bueno, Augusto Pinochet llegó al poder el año 1973, todos sabemos eso, pero ¿él tenía la ambición de ser el jefe del Estado Chileno por los siguientes 17 años? Yo pienso que no, y mis fundamentos para hacer esta información no son las falsas promesas que le hizo a don Eduardo Frei Montalva, de que una vez derrocado Salvador Allende entregaría el palacio de La Moneda a algún presidente electo, me fundamento no solo a lo que dijo Acton, sino que también con lo que han dicho centenares de filósofos/politólogos que han estudiado el poder, uno de ellos Bertrand de Jouvenel señaló que “El hombre, prendado de sí mismo y nacido para la acción, se estima y se exalta en la expansión de su propia personalidad, en el enriquecimiento de sus facultades. Quien conduce a otro grupo humano cualquiera se siente crecido de manera casi física…”

¿Qué pasa con esto? El apoyo al golpe era mayoritario, tanto como para que Pinochet se sintiera héroe patrio, un salvador, “el heredero al trono”, (nótese que no solo la derecha estaba a favor sino el centro y el mismísimo Frei Montalva, un demócrata estadista de aquellos), de tal manera que cuando Pinochet tomó el poder no lo soltó más, se prendó a sí mismo a tal extremo que llegó a sentirse como si él mismo fuese el país entero, en su cabeza y en la de sus cómplices, él era Chile. Lo anterior se puede ilustrar a través del fiasco vivido en 1980 en Manila (capital de Filipinas). Estaba preparada la gira que llevaría al dictador por el Pacífico Asiático, en un intento desesperado por “institucionalizar” el régimen militar, pero cuando estaba por llegar a la capital filipina se le rechazó la entrada al país. Ocurrido el hecho, y luego de un arduo papeleo para entrar

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