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El tatuaje


Enviado por   •  27 de Mayo de 2012  •  Monografías  •  1.650 Palabras (7 Páginas)  •  650 Visitas

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Tatuaje

El tatuaje, la técnica por la cual se pinta la piel de manera permanente, es una práctica extendida por el mundo, incluido el México prehispánico. Aunque resulta muy complicado discernir cual de la decoración que se observa en las representaciones de personajes en códices, cerámica y piedra corresponde a pintura corporal o a tatuajes, no existe duda de que esta última era una de las prácticas utilizadas en la época prehispánica para el adorno del cuerpo.

Aunque son bastante escasas, existen algunas evidencias que así lo indican; una de ellas una momia localizada en 1889 por Leopoldo Batres en Comatlán, Huajuapan de León, Oaxaca, que llevaba tatuados los brazos con grecas. Varios cronistas mencionan la práctica de adornarse el cuerpo permanentemente con diversas figuras.

Fray Diego de Landa, en su Relación de las cosas de Yucatán, dejó una elocuente descripción no sólo de la manera en que se tatuaban sino del propósito que con ello tenían. Señala además que los hombres jóvenes no podían tatuarse mucho hasta contraer matrimonio y que las mujeres lo hacían de la cintura para arriba, excepto los senos.

Aunque llevar tatuaje era una muestra de valor y un signo de estatus, también servía como castigo; si una persona de cierta posición social era encontrada culpable de robo se le tatuaban ambas mejillas con un diseño que señalaba su falta.

Es posible que estas características respecto al tatuaje fueran similares a las de otras regiones, tanto en la técnica utilizada como en lo concerniente a quienes podían portar este tipo de decoración permanente (los miembros de la elite) y el propósito de llevarla.

El tatuaje permitía a quien lo portaba proclamar su pertenencia a una clase social, resaltar sus logros e incluso reafirmar su papel en el culto, pues los tatuajes en algunos de los ejemplos más claros de que se conocen se relacionan con los dioses.

Escarificación

En la época prehispánica para lograrla se hacían heridas o incisiones en la piel, siguiendo un diseño predeterminado, en las que se introducía tierra, carbón o piedras pequeñas, de tal modo que la cicatriz resultante tuviera volumen y en conjunto formara un diseño claramente distinguible.

Aunque parece haberse practicado entre las distintas culturas mesoamericanas, la mayoría de los ejemplos en los que es clara la escarificación proceden del Occidente de México, la Huasteca y el área maya. Para esta última, vale la pena mencionar la descripción de esa práctica que en 1613 hizo Pedro Sánchez de Aguilar en su Informe contra idolorum cultores del obispado de Yucatán, cuando señala que para demostrar su importancia los señores mayas se "sajaban" el cuerpo con lancetas de piedra, seguramente de obsidiana o pedernal, hasta que sangraban y en las heridas colocaban tierra negra o carbón. Cuando las heridas sanaban las cicatrices formaban diseños con forma de serpientes y águilas.

Entre los mayas la escarificación más frecuente se hacía sobre el rostro, con frecuencia en las mejillas y en la barbilla, aunque existe un tipo también usual que consiste en escarificaciones que van del entrecejo a la punta de la nariz. En el Occidente de México son además comunes las escarificaciones sobre brazos y hombros, en no pocos casos bastante abundantes. Aunque Sánchez de Aguilar menciona que los diseños logrados por escarificación tenían forma de serpientes o águilas, lo cierto es que la gran mayoría de los que se conocen consisten en líneas rectas y círculos, sin que esto implique que carecían de simbolismo. Como el resto de las prácticas de adorno corporal, la escarificación —al parecer una práctica reservada para personajes del más alto rango— indicaba que quien la lucía tenía una cierta posición social o que pertenecía a un grupo determinado. Se sabe, por ejemplo, que los guerreros que regresaban victoriosos de una campaña militar gozaban del privilegio de practicarse escarificaciones.

Orejeras

El portar orejeras es uno de los rasgos distintivos de las elites del área mesoamericana. Se trata de una práctica que se remonta al Preclásico Temprano y llega hasta el momento de la conquista. Para poder llevar orejeras era necesario perforar el lóbulo de la oreja, tal como sucede con la preparación actual para portar aretes, aunque debido a las dimensiones bastante mayores que alcanzaban esos ornamentos en la época prehispánica el ensanchamiento del orificio debió ser progresivo.

Entre los mexicas, la horadación de las orejas se hacía durante la infancia y conllevaba un trasfondo ritual; según fray Bernardino de Sahagún esto ocurría durante una de las dos fiestas movibles que se realizaban cada cuatro y ocho años: "En la que se hacía de cuatro en cuatro años horadaban las orejas a los niños o niñas y hacíanlos las cerimonias de 'crezca para bien' ". Era tan generalizado el uso de orejeras en Mesoamérica que no es aventurado suponer que incluso este marco ritual y el significado último de portarlas fueron similares en las distintas épocas y regiones.

A grandes rasgos pueden señalarse dos tipos básicos de orejeras: las que sencillamente se insertaban en el lóbulo (si bien de ellas podían pender adornos) y las que estaban formadas

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