Ensayo acerca de los fundamentos políticos de la modernidad
FlorenciabvEnsayo2 de Junio de 2016
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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Ensayo acerca de los fundamentos políticos de la Modernidad
Martín Lutero y Juan Calvino
Florencia Bihan Velasco
27/05/2016
Introducción
En la actualidad nos encontramos en un mundo globalizado en el cual confluyen multiplicidad de ideas que moldean tanto nuestra convivencia como nuestra interioridad. Son la confrontación de estas las que a su vez forman y fundamentan los destinos de las sociedades, fijando los tópicos de discusión que se darán en estas y las formas de solucionar las mismas. Es por esto que es de vital importancia comprender estas ideas, tanto en su dimensión originaria como en las posibles repercusiones de su aplicación, así como la ramificación de estas en otras similares o antagónicas.
Pese a lo relevante de lo anterior, rara vez nos detenemos a analizar corrientes de pensamiento o posturas que fundan nuestros paradigmas. Aquello es lo que se pretende lograr en este ensayo, al menos en una corriente en particular, el pensamiento de Martín Lutero y Juan Calvino. Para esto utilizaremos la monografía escrita por Marco Huesbe Llanos y Patricio Carvajal Aravena, titulada “Martín Lutero y Juan Calvino, Los fundamentos políticos de la Modernidad”.
En este ensayo se analizará el pensamiento y las repercusiones de estos dos personajes a la luz del texto mencionado y se entregarán conclusiones a partir de aquello.
Desarrollo
La historia de occidente se ve profundamente ligada al acontecer y corrientes de pensamiento de carácter cristiano. Nos encontramos en una situación en la cual es imposible separar la religión cristiana de la cultura occidental, en la monografía vemos que se señala claramente:
“…al hablar de occidente y modernidad derechamente estamos hablando de pensamiento cristiano"
Estando de acuerdo con esta afirmación, encontramos que el pensamiento cristiano ha ido moldeando a través de la historia todo lo que ha terminado formando occidente. Desde ideas que pueden considerarse principios como la libertad, autoridad, comunidad o justicia hasta ramificaciones posteriores que nos llevan al constitucionalismo, el mismo Estado o la noción de Derechos Humanos. Sin el cristianismo es imposible comprender estos conceptos a cabalidad.
De acá surge la intención de estudiar a los personajes más importantes de la reforma protestante y su efecto en el pensamiento político propio de la modernidad. Analizando en particular a estos personajes comprenderemos de mejor forma este periodo histórico.
Todo parte con una crítica a las bases del sistema jerárquico que había imperado hasta ese momento, con el Papado como máximo exponente. Haciendo sacudir la autoridad que tenía este incluso por sobre los gobernadores civiles, encontramos una posición que quita de aquel pedestal al gobierno religioso, separándolo.
Es esta separación crucial. Más allá del aspecto religioso, viene a reformar la visión de autoridad civil en su conjunto. La rama de gobernación civil había estado hasta ese momento dirigida e inspirada por el poder religioso, haciendo a uno parte del otro y generando una unión que permeaba en todo ámbito de la sociedad. La Reforma viene a criticar esto y produce implicancias políticas de alta envergadura.
La unión del catolicismo con los sistemas políticos europeos era profunda. Existiendo privilegios a causa de esta unión, se produce una inevitable exclusión de otras formas de expresión que se extendía aún más allá del propio plano religioso. Lo anterior se prestaba para las grandes arbitrariedades cometidas a través de la historia que estaban amparadas supuestamente en la religión, algo que debería otorgar justicia.
Es entendible que debido a estos resabios históricos, explicados incluso como algo originario al catolicismo, la institucionalidad propia de la religión se base en una constante jerarquización. Aquél paradigma aplicado a la sociedad civil no podía durar por siempre y se hace más insostenible con el desarrollo cultural e intelectual creciente que caracteriza al periodo histórico. Se entiende el periodo como un periodo de emancipación general, y los principios de la Reforma pasan a jugar un rol clave en esta nueva etapa.
Es curioso pensar que una corriente de pensamiento religioso terminaría por permear de tal forma que produciría un efecto de secularización. Pero verlo así sería ignorar los planteamientos que informan la Reforma y atribuir erróneamente el objetivo de disminuir la influencia de la religión en la vida cotidiana de las personas. Esto, pues sería exactamente lo contrario lo buscado.
La teología protestante se nos presenta como una opción de vivir la religiosidad en autonomía, no como negación a esta. Las libertades civiles en este contexto pasan a tener un papel protagónico y son importantísimas en cuanto al cómo se articularán los sistemas políticos que nacen inspirados en este espíritu. Los mismos autores nos señalan como el espíritu de la reforma termina impregnando procesos tan importantes como la revolución democrática norteamericana y resaltando a su vez que gran cantidad de personajes ilustres de este periodo eran protestantes.
Por otro lado vemos una iglesia católica que busca frenar esta autonomía y controlar cualquier expresión de liberalidad en cuanto a la interpretación de las escrituras. El Papa es figura central y su interpretación y palabra es la final en cuanto a temas religiosos. La Iglesia Católica se opone a las ideas protestantes y deja en claro su visión dogmática tradicional. Hay un cierto miedo a la democracia liberal, temiendo en particular que esta instancia pluralista y sin tutoría de la iglesia pasa a ser caldo de cultivo para ideas relativistas en las cuales se pierde su visión de Verdad.
En cuanto a la sociedad moderna, la vemos conformada en gran parte por los aportes de los procesos de Humanismo, Liberalismo e Ilustración, todos ellos de carácter laico. Los autores se refieren a lo anterior de la siguiente forma:
“Sin duda estos movimientos representan posturas seculares y laicistas, pero ello no necesariamente significa anticristianismo; a lo más, si queremos ver una crítica en estos movimientos a la religión, podríamos hablar de antipapismo.”
Vemos así que estos procesos que se retroalimentan con las ideas principales de la Reforma Protestante no buscan eliminar la religión, sino llevar a cabo un proceso de modernización en que la comunidad de manera autónoma pueda acceder a las escrituras y doctrina cristiana. Ejemplo de lo anterior es la tarea que realiza Lutero al traducir la Biblia al alemán. Lo criticado no es la religión en sí, sino la forma jerárquica y autoritaria que se contrapone a ideales de democracia, igualdad y libertad (al menos entendida a la luz de este periodo histórico).
Es natural que las repercusiones de un conflicto que pareciera ser de índole exclusivamente religioso lleguen a inspirar las teorías e ideas políticas de una época de tinte laicista cuando se considera lo ligada que estaba la Iglesia Católica al poder político en general. No solo eso, sino la forma en que la doctrina tradicional católica había permeado en las relaciones sociales y económicas de las personas dan a entender que cualquier cambio profundo a aquellas raíces traería consigo un gran cambio general, que afectara casi la totalidad de los aspectos de las vidas de las personas.
Uno de los aspectos resaltados es el proyecto educacional de la Reforma Protestante. Proceso profundamente ligado al humanismo se basa en la idea de que la liberación del hombre proviene de la educación. Es esta idea de vital importancia para entender un periodo histórico que resalta por sus avances en materia intelectual y como el conocimiento se “democratiza” y deja de pertenecer a las esferas que hasta ese entonces lo habían tenido como algo exclusivo. A la luz de nuestros tiempos podríamos decir que de igual forma el conocimiento siguió elitizado, pero el cambio hay que analizarlo dentro de aquel contexto y comprender que sin ese cambio de paradigma en la actualidad viviríamos una realidad completamente diferente.
Una educación para que la aprovechara la comunidad sería para el desarrollo de los mismos individuos como de la comunidad en sí. El dar a la educación un rol fundamental y equipararlo a la del pastor religioso es algo que tiene como efecto el crecimiento común que permite una verdadera relación entre iguales en democracia. No cuesta ver entonces el rol del proceso educativo en lo que sería el proceso histórico en general.
Para seguir refiriéndonos a los padres de la Reforma Protestante debemos referirnos a su pensamiento. En la monografía podemos encontrarlo de la siguiente forma:
“El discurso teológico político gira en torno a la teoría de los dos reinos, continuando con ello el discurso formulado primigeniamente por San Pablo y reformulado por San Agustín en la Edad Media.”
Esto en referencia a un carácter conciliador del apóstol contrapuesto a la rigidez de la Iglesia Católica en ese momento. Un carácter dialogante que sin quitarle atención a sus creencias es capaz de interactuar con otros sin caer en la violencia que caracterizó el periodo anterior a Lutero. Este espíritu de tolerancia se hace entonces necesario en un clima de hostilidades marcadas por las religiones hasta ese momento.
“Para Lutero el reino espiritual resulta más excelso en sus
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