Epoca Victoriana
ainfante221 de Abril de 2013
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INTRODUCCIÓN
En este ensayo se habla sobre las diferentes etapas de la Revolución Industrial y la época Victoriana. Tanto el hombre como el mundo evolucionaron en todos los aspectos, se hicieron descubrimientos en el ámbito de la ciencia, la historia, la religión y la filosofía. El papel de la mujer fue algo representativo de esta época, socialmente. La economía llego a un estado notorio, que ayudo a realizar avances que hasta hoy en día fueron la clave a muchas preguntas que no tenían respuesta.
INVESTIGACIÓN
EPOCA VICTORIANA
La época victoriana de Gran Bretaña marcó la cúspide de la Revolución industrial británica y el ápice del Imperio Británico. La reina Victoria tuvo el reinado más largo con 64 años de gobierno en la historia de los monarcas británicos, y los cambios culturales, políticos, económicos, industriales y científicos que sucedieron durante su reinado fueron notables. Cuando Victoria ascendió al trono, Inglaterra era esencialmente agraria y rural; a su muerte, el país se encontraba altamente industrializado y estaba conectado por una red de ferrocarril en expansión. Tal transición no fue suave, como tampoco estuvieron libres de incidentes las décadas anteriores.
Generalmente se divide a la época victoriana en tres etapas:
* Victorianismo temprano (1837-1851). El ascenso al trono de la reina Victoria contempla la fase de asentamiento de la sociedad nacida tras la revolución industrial.
* Victorianismo medio (1851-1873). La Gran Exposición celebrada en el Crystal Palace de Londres se considera el inicio de un largo periodo de estabilidad interna propiciado por la hegemonía que obtuvo el Reino Unido al ser el primer estado que culminó con éxito el proceso industrializador característico de este siglo en Occidente.
* Victorianismo tardío (1873-1901). Se agudizan
los problemas con Irlanda y las colonias al mismo tiempo que se radicaliza el movimiento obrero y sindical.2
Los descubrimientos de Charles Lyell y Charles Darwin comenzaron a cuestionar siglos de suposiciones sobre el hombre y el mundo, sobre la ciencia y la historia, y, finalmente, sobre la religión y la filosofía, para llegar a la conclusión que ninguna teoría que supuso estos problemas es verdadera, sino aspectos e ideas que siguen vigentes en la posteridad. A medida que el país crecía, cada vez más conectado mediante la expansiva red de ferrocarril, las pequeñas comunidades, antes aisladas, quedaron expuestas y economías enteras se trasladaron a las ciudades, ahora más accesibles.
El periodo medio victoriano también fue testigo de significativos cambios sociales, como el renacimiento de la doctrina evangélica, al mismo tiempo que una serie de cambios legales en los derechos de la mujer. Aunque carecían del derecho al sufragio durante la Época Victoriana, ganaron el derecho a la propiedad después del matrimonio a través del Acta de Propiedad de las Mujeres Casadas, el derecho a divorciarse y el derecho a pelear por la custodia de sus hijos tras separarse de sus maridos.
El comienzo del siglo XIX en Inglaterra se vio marcado por el momento mas importante de la Revolución Industrial, la aparición de la maquina de vapor, asi como también otros elementos que lograron cambiar todo el sistema de producción, además los medios de trasporte habían tenido un gran cambio también. Todas las ciudades comenzaron a poblarse en exceso por la migración de los campesinos a las ciudades. La Revolución Industrial se desarrollo en Inglaterra antes que en cualquier otra nación Europea, transformando la forma de vida medieval. En lo que quedaba del siglo XIX, y aún empezando el XX, Gran Bretaña permanecería como la primera potencia mundial, muy por encima de cualquier otra.
El siglo XIX fue precedido en su totalidad por la Reina Victoria la cual marcó la cúspide de la revolución industrial británica y del imperio británico. La reina Victoria gobernó el reino expansivo durante un largo período de 63 años, sólo tenía 18 años cuando fue coronada como reina de Gran Bretaña. Se destacó por su buen sentido, una relativa compasión, sus excelentes modales, y cierta inocencia típica del Romanticismo.
Victoria protegió los intereses cosmopolitas, que inundaban la época, y cultivó las relaciones internacionales entre varias familias dinásticas de Europa. La consolidación de la economía, el sistema colonial y la industrialización también se dieron en la Época victoriana, con fuertes reformas políticas de corte liberal y la extensión del derecho al voto. Llegando al final de la época, comenzaron a surgir movimientos laboristas que cristalizaron el ideal socialista.
En 1832, cinco años antes de la coronación de Victoria, se había procedido a una reforma política trascendental, bastante imperfecta todavía, pero que amplió sensiblemente el cuerpo de electores y suprimió los abusos más evidentes. El ininterrumpido aumento de la población urbana y los cambios operados en el tejido social a consecuencia de la industrialización hicieron ver a algunos políticos lúcidos la necesidad de incorporar a la vida política activa los sectores surgidos de tales transformaciones, particularmente el proletariado urbano y las clases medias. A pesar de las reservas de sectores poderosos, las clases medias y bajas tomaron conciencia de sus derechos ciudadanos con la guerra de Secesión americana: el triunfo norteño alentó a las clases trabajadoras británicas en la conquista de sus reivindicaciones en materia de sufragio.
Los dos grandes partidos, el Liberal y el Conservador, representantes en líneas generales de los antiguos whigs y tories, respectivamente, fueron tomando forma al iniciarse el reinado de Victoria I, y el sistema parlamentario bipartidista se consolidó definitivamente en torno a 1850. Los liberales, con Palmerston a la cabeza, y los conservadores, con Peel como líder, presidieron la política del primer periodo victoriano. Las dos figuras de la segunda mitad del siglo fueron el liberal Gladstone y el conservador Disraeli. Su lucha política, basada en el liberalismo político, estuvo contestada por la siempre rigurosa oposición de los conservadores, convertidos en los defensores de los valores del pasado, en amparadores de los intereses del medio rural y en valedores del proteccionismo económico. Disraeli cambió la imagen del partido orientándolo hacia el reformismo y la defensa del librecambio. Con la amplia política de reformas llevadas a cabo por ambos partidos, iniciada en torno a los años treinta, se promovieron nuevas actuaciones de carácter secularizador y democrático muy adelantadas para su época. Con todo, el periodo no estuvo exento de dificultades internas y de agitación social.
Desde mediados de siglo, época dorada de la prosperidad económica, se adoptaron los fundamentos de la filosofía del librecambio, aboliendo aranceles y suprimiendo las antiguas Actas de Navegación del siglo XVII. El mercado empezó a regularse por la libre competencia y por las leyes de la oferta y la demanda. Se promovieron desde el gobierno tratados comerciales estratégicos con otros países; el Reino Unido trataba de importar cereales a buen precio y mantener así los precios del pan, colocando a cambio en el extranjero sus excedentes textiles y metalúrgicos.
En todo este proceso se empezó a vislumbrar la acumulación de capital como un elemento imprescindible para el impulso de la industrialización. Ello empezó a favorecer el crecimiento espectacular de algunas empresas que abandonaron su dimensión local o nacional para convertirse en verdaderas potencias multinacionales.
Hubo también quiebras importantes y algunas crisis cíclicas de ámbito internacional. La crisis de 1873 a 1879 se inició en Viena a consecuencia de la escasa rentabilidad de los ferrocarriles, que repercutió en las industrias del hierro y de la extracción de carbón. Se extendió por Alemania y Francia, y llegó al Reino Unido dañando esencialmente al sector textil, cuya producción cayó en picado, generando salarios bajos y pérdida de empleos. Estos descalabros económicos y sociales, probablemente inherentes al sistema capitalista, se repitieron periódicamente.
Las crisis provocaron la desaparición de muchas empresas; otras, avaladas por prósperos negocios internacionales, consiguieron salir airosas y atraer a un mayor número de accionistas. La acumulación de capital les permitió encargarse de servicios públicos esenciales: ferrocarriles, puertos o suministros de agua y gas. Se crearon grandes monopolios administrados a menudo por poderosas familias capaces de decidir acontecimientos en varios continentes a la vez.
La lectura era uno de los principales intereses de los Victorianos. No sólo los libros y los periódicos, sino las revistas, guías de viajes, revistas sensacionalista e historias populares tenían gran éxito entre la sociedad. la llegada del ferrocarril hizo posible una distribución del material de lectura por todo el país con rapidez.
La época victoriana recibe mucho del romanticismo, la novela gótica, fantástica y sentimental del romanticismo cede paso a l compromiso social y al realismo detallista, así como la literatura y sociedad están fuertemente entrelazadas y esto hace que no sea posible separar la personalidad del escritor de su entorno social. Los rasgos de la sociedad Victoriana están marcados por prejuicios de insularidad y grandes planes imperiales, creen en el progreso y niegan la creencia del pecado original y literariamente son románticos y didácticos (cabe señalar que en esta época la educación
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