Establecimiento humano.

EL ESTABLECIMIENTO HUMANO

El objeto formal del acondicionamiento territorial, vale decir su campo propio de acción, es el Establecimiento Humano. Concepto de la geografía humana y economía que caracteriza el fenómeno del asentamiento humano en la geografía y su funcionamiento.

Su clara comprensión permite visualizar todo el ámbito del fenómeno a tratar, en su diversidad de elementos y en su unidad dinámica; lo que es esencial para el planeamiento comprehensivo que necesita cubrir toda la variedad de facetas y sectores que intervienen en la unidad funcional y orgánica de la compleja realidad existente a resolver.

Como se muestra en el esquema ilustrativo (Grafico 1), el Establecimiento Humano aparece cuando un determinado grupo humano –el Hombre-, dejando su deambular nómada e impelido por resolver sus necesidades, se asienta en un determinado territorio que encuentra conveniente –el Medio Físico- y crea un ambiente apto para su vida –el Medio Racionalizado (o Humanizado o Civilizado o Urbanizado para el caso más avanzado de urbanización)- que le permita alcanzar un también determinado Nivel de Vida.

Grafico 1: El Establecimiento Humano

En la generación del Establecimiento Humano, el Hombre interviene como el agente activo determinante, porque siendo vivo e inteligente, toma la iniciativa, crea y puede potencialmente a transformar la naturaleza del Medio Físico; y éste, constituye el agente pasivo condicionante, porque no teniendo vida, influye condicionando al Hombre y su acción con las características específicas de su naturaleza material, dando al ambiente de vida del Medio Racionalizado que crea el Hombre y a éste, en su vivir en él, su particular característica cultural.

El medio ambiente, tanto material, como social y cultural -humano-, que el Hombre crea al transformar, con su inteligencia y su trabajo, tanto el Medio Físico -imprimiendo en él el sello de su racionalidad-, como su propia dimensión y dinámica humana, convirtiéndolos en el Medio Racionalizado, queda constituido por un conjunto de estructuras, hechura del hombre, tanto físicas como no físicas. Dentro de las estructuras físicas se encuentran las viviendas, los equipamientos sociales (escuelas, centros de salud, espacios recreativos, centros administrativos, etc.), los equipamientos productivos (industrias), los servicios (sistemas de saneamiento, transporte, energía y demás a nivel urbano) y la infraestructura regional (carreteras, generación y conducción de energía, captación y conducción de agua destinada para las ciudades y el campo, entre otros). Asimismo, como estructuras no físicas se encuentran las instituciones que dan la organicidad suficiente para ordenar y operar las estructuras físicas.

El bienestar que se alcanza de esta manera se mide por medio del nivel de vida, el cual es definido como el grado de satisfacción de las necesidades humanas. Los indicadores utilizados para tal medición son en su mayoría objetivos y de carácter cuantitativo, con poco margen a la subjetividad (percepción del individuo sobre su propia situación y lo deseable). En el caso de las aspiraciones, la medición toma mayor carácter subjetivo transformándose en una evaluación de la calidad de vida.

El nivel de vida se mide en relación a unos indicadores técnicos ya convenidos, cuya agrupación conforman el estándar de vida. Mientras que cuando se agregan indicadores subjetivos como referencia, los cuales reflejan los valores, costumbres e ideales adquiridos en el transcurso del tiempo, el estándar de vida se transforma en un estilo

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