FRANCISCO DE MIRANDA PRECURSOR DE LA INDEPRENDENCIA DE VENEZUELA

Sebastián Francisco de Miranda, mejor conocido como Francisco de Miranda, nace en Caracas, el 28 de marzo de 1750, hijo de Sebastián de Miranda, nacido en las Islas Canarias, comerciante de telas de clase media y su madre Francisca Antonia Rodríguez, quien tenía su pequeño negocio de panadería y tenía una hermana llamaba Rosa. A Francisco de Miranda desde muy pequeño le encantaron las lecturas, principalmente de literatura, idiomas (francés, latín, italiano, ingles) y le apasionaba tocar flauta. Más tarde, a su padre lo destituyeron de Capitán de las Milicias de Caracas, debido a que los Mantuanos lo catalogaban como un simple “panadero” y no pertenecer a la nobleza un comerciante isleño era algo que incomodaba a los Mantuanos, pues había alcanzado una distinción social importante, al convertirse en un personaje de cierta influencia. Parece como si, éstos empezaron a crear intrigas para desacreditarle y anularle en la vida pública.

Decepcionado, frustrado de esta decisión de la corona española le exigió a su hijo irse y postularse a la milicia española y con los ahorros que disponía le podía pagar el cargo de Capitán, todo esto con el fin de seguir su preparación académica fuera de Venezuela.

Miranda emprendió destino a Cádiz España en 1771. En España comienza armar su biblioteca, la Corona Española le pide al Monseñor Pedro Zambrano que lo vigilara por su libertinaje, por su oposición de sus ideologías y era un riesgo para la corona. Desde ese momento la Santa Inquisición comienza su seguimiento por Miranda y totalmente vigilado.

Se presenta ante ejercito de España, allí lo recibe el General Cajigal donde solicita una plaza en el ejercito le negó el cargo de Capitán, sin embargo Miranda por ser un hombre guerrero, valiente, luchador pidió el frente de la guerra que en Norte de Afrilla, Melilla. En esta guerra, Miranda tiene un papel tajante, se trataba de su honor y compromiso con el Reino y la patria.

A pesar de ganar la guerra, Miranda no obtuvo el ascenso que esperaba, dado que la Santa inquisición, tras conseguir unos libros de Miranda, los cuales eran de autores censurados, lo acusó ante Santo Oficio y esto fue un obstáculo para su ascenso a Capitán.

En Melilla hace amistad con el Coronel Manuel Villalba, con quien tiene una larga charla de sus nuevas corrientes y su filosofía, quien logra llevar de Europa y clandestinamente las obras incluidas en el territorio Índex. En 1775 regresa a Cádiz donde tiene muchos conflictos con sus superiores y es llevado a prisión bajo la orden del Coronel Juan Roca. Sale en libertad en1780 y es enviado a la Habana bajo las órdenes del General Cajigal.

En 1781 zarpa a Pensacola, Florida, con el fin de apoyar la independencia Norteamericana contra los ingleses, la cual fue misión cumplida y bajo este éxito Cajigal lo asciende a Teniente Coronel. Es enviado a Jamaica para realizar con los ingleses un canje de prisioneros, le es confiada información militar, la adquisición de otros buques y una misión secreta.

Regresa a la Habana, donde es acusado de contrabandista y obligan a Cajigal de hacerlo prisionero en el castillo de San Carlos, orden que desobedece, lo que se puede decir que Cajigal desde su primer encuentro con Miranda fue de gran ayuda para su preparación en el ejercito, siempre confió en él y tan así fue la confianza y la amistad que fue de total apoyo para su fuga de la vigilancia del Gobernador de La Habana con la ayuda del norteamericano James Seagrove que arregló su viaje en un barco que lo llevó hasta New Bern, atraído por la revolución Norteamérica, y para obtener nuevas estrategias, donde desembarcó el 10 de julio de 1783 secretamente a los EEUU.

Allí Miranda preparó y fijó la técnica de correspondencia que usaría durante el resto de su viaje en el que conoce a las personas mediante el obsequio y préstamo de libros y examina la cultura y las costumbres de los sitios por los que pasa de una forma metódica. Tras sus visitas a Charleston, Filadelfia, y Boston tiene la oportunidad de relacionarse con distintos personajes de la sociedad estadounidense en veladas y paseos en los que llegó a tener algunas aventuras amorosas que Miranda mismo calificó como ligeros hasta llegar a Nueva York, ciudad donde conoce a la importante familia Livingston, los cuales ocupaban importantes posiciones políticas y tenían vínculos con otras familias significativas de la ciudad. Miranda mantuvo una relación romántica con Susan

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