Federalismo

Después de abdicación de Agustín de Iturbide, en las villas y ciudades de los vecinos más importantes de cada provincia, por su riqueza o su posición social, pensaron que cada una de estas entidades puede adoptar la forma de gobierno que mejor le pareciera, e inclusive decidir si se unía a otras provincias para formar un país. Aparentemente la unidad convenía a todas las provincias ante la amenaza de reconquista española, pero también deseaban mantener la autonomía que bien ganado durante la guerra y mediante las instituciones liberales. Sólo en América Central las provincias excepto Chiapas decidieron integrar una nación independiente aunque los conflictos políticos lesión fracasar en 1839.

Las diferencias acerca de la forma de organizar la nueva nacional afloraron en 1823 cuando se quiso redactar su constitución.Los llamados centralistas aspiraban a mantener la unidad del territorio con un gobierno fuerte y autonomía limitada para regiones, mientras los federalistas pensaban que las provincias debían ser estados soberanos con gobiernos propios, unidos en una federación regida por un gobierno que respetar a los poderes locales.

El centralismo se asoció con el despotismo y régimen colonial recién abolido, y como los federalistas era mayor en el congreso constituyente, en octubre de 1824 se promulgó la primera constitución federal del México independiente que estableció la República Federal, integrada con 19 estados, cuatro territorios y un Distrito Federal, así como división de poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial.El primero encabezado por el presidente de la república, el segundo integrado por la Cámara de Diputados y senadores, y el tercero por la suprema corte de justicia. Asimismo se instituyó la religión católica como la única tolerada, el derecho de los ciudadanos de elegir periódicamente gobernantes y la facultad para que cada Estado tuviera su gobierno y su constitución. A la Nueva República se denominó Estados Unidos mexicanos y su primer presidente fue Guadalupe Victoria.

Los primeros gobiernos republicanos enfrentaron serios problemas, como resultado de reconocimiento de los países europeos, amenaza de reconquista española y de migración de colonos estadounidenses que estaban instalados en Texas. En lo interno tuvieron necesidad de enfrentar cuantiosos gastos, como el pago del ejército, la burocracia, pero con pocos recursos. Como el gobierno federal, por la ley, no puede cobrar impuestos directos a los ciudadanos, ya que ésta era competencia exclusiva de los estados, tuvo que pedir préstamos a bancos británicos y a agiotistas mexicanos, lo que provocó un gran endeudamiento difícil de pagar. Por el contrario, a los estados les fue mejor, aprovecharon los recursos que ya no enviaban a la capital y sus economías mejoraban; éste fue el caso de Veracruz, que se benefició con el cobro de alcabalas, y de Yucatán, que mantenían

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