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Federalismo

profjorge18 de Diciembre de 2013

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NUEVO FEDERALISMO, NUEVOS CONCEPTOS

Podría comenzar diciendo que lo que hoy tratamos de hacer es un movimiento de actualización del pasado, de revivirlo de manera que se pueda explicar algunos procesos sociales que no están del todo claros.

Primero me da toda la impresión de que se trata de un tema a investigar ¿no?, esto de enlazar los hechos de un federalismo no enunciado, pero si practicado y de un federalismo pregonado y no practicado de hoy; bien encajaría esta frase de Hegel “La historia se repite a sí misma, primero tragedia y luego como farsa”.

A mi entender Hegel, quiere descifrar y me parece fenomenal para reflexionar sobre estos hechos, que los acontecimientos históricos solo nos sirven para reunir a autoridades y escuelas alrededor a un acto protocolar, y de esta manera se pierde la capacidad para interpretar situaciones más densas de la historia, porque las más de la veces dejamos de lado la significatividad, la propia particularidad del pensamiento y las acciones de los personajes del pasado, sobre todo del caudillismo riojano.

Bien se podría decir que es clave la experiencia de sujetos concretos, para entender la especialidad de la historia, pero nos aparecen estos hechos del pasado como una producción de individualización del sujeto, víctimas de una situación política-económica, produciendo, efectivamente, un sujeto humillado.

Pienso, diría yo, que hoy el revisionismo evidentemente tiene que ser distinto, empezar a buscar por lo fragmentario, crear un peso simbólico importante del entorno social, por aquello que parece no estar transitado por un sentido mayúsculo, a propósito de esto, el relato de la historia, el documento de la historia, nos llegó desde un lugar principal, desde un lugar que parece llevar la delantera, desde un lugar hegemónico, lleno de sentido, lleno de direccionalidad, pero cuando esas imposiciones se derrumban, como ocurren en la actualidad y por lo tanto esos relatos históricos, esos documentos históricos, llenos de sentido, llenos de direccionalidad parecen estar huecos, vacíos, lo que queda es todo eso que se suponía que era un desperdicio, la significatividad de las imágenes, la significatividad de la vida y lo pictórico ¿bien? Es aquí donde, a mi entender, las palabras mismas tienen que ser colocadas, no en una clave totalizadora, en una clave de sentido fuerte, único, sino en una clave que sea mucho más amigable con la imagen y la singularidad de estos personajes; a ver lo digo de otra manera, una cosa es decir: el Chacho Peñaloza fue un revolucionario provinciano, abanderado y defensor del federalismo y otra cosa es construir alrededor del Chacho una imagen de su existencia, bueno, me estoy refiriendo al Chacho Peñaloza, sus últimos años, perdido en los llanos como un campesino más, incluido en una guerra civil de la que ya no quería participar y acompañado de su compañera, un retrato de cualquier familia riojana. No se digo, tratar de preocuparnos por recuperar todo aquello que fue descartado por ser pintoresco o común.

Me produce una enorme inquietud, una enorme perplejidad esto de que un paisano, un simple hombre del interior del interior, como se suele denominar al interior provincial, como Peñaloza, se convierta en un personaje poderosísimo de manera continua en el tiempo; eso por un lado y por otro lado, un tema que me parece muy inquietante, una percepción del rol de la mujer en las montoneras, sobretodo Victoria Romero, cual fue la visión del entorno social de la época con respecto a esta imagen femenina. A ver, a esto lo dejo así como un problema, como un eslabón a construir, como algo que está faltando.

Ahondando un poco más allí, me parece que nos encontraríamos con respuestas interesantísimas, (cosa que nos permite esto de la vuelta de la democracia, el revisionismo del pasado Argentino), bueno, acá hay un punto que haría una gran diferencia, me parece, esa imagen de la mujer, ese pintoresco rol femenino desempeñado en las decisiones de la campaña montonera; se lo podía pensar a propósito como encajaría Victoria, en la magnitud, en la profundidad, en la capacidad para impactar en espacios que generalmente parecen estar preservados para los hombres en la historia argentina; ya que siempre se la ha colocado por fuera, como un fenómeno externo de esas situaciones, de esas guerras civiles, de esas luchas de clases, ocurrió y ocurre en el relato histórico, las más de las veces la mujer es co-protagonista de estas contingencias, cuando no ausente su nombre. Esto, me parece y lo pienso así, hace que para el tejido social la extrañeza aumente, aumente de tal medida que termina perdiéndose en el relato histórico.

Habida cuenta, que la aparición de un caudillo, permite producir la unidad de las clases populares, en especial la figura de Ángel Vicente, y acá destaco, figura, imagen, pictórico; teniendo solamente su presencia para generar una fervorosa convocatoria; lo digo así, su imagen sola convoca, su capacidad de producir ese movimiento y si se quiere esa revolución, es brillante, solamente su imagen.

Es decir este tipo de imagen tiene un poder inmenso, más allá de las distancias temporales, ahora estaría como, a través de esta imagen paralelizamos la imagen de Victoria Romero, bueno ahí creo yo, en esta imagen última, hay procesos valiosísimos de una cultura que ahí se han condensado, que forman parte de una diversidad de pensamientos colectivos que hacen que esa imagen de mujer peñalociana haya empobrecido la posibilidad de acercarnos a la singularidad de una vida, que también es la singularidad de una imagen, por esto ¿no? Porque muchas veces hemos priorizado todo en términos de categorías, de procesos, de conceptos duros, machistas. Cuando a veces se piensa, como en el siglo XIX, se le podía asignar un rol destacado a una mujer, no porque no sea capaz, sino por los mismos procesos sociales de someter a la imagen femenina a una involución no lo permitía.

y más tarde la subsistencia de la mujer del siglo XIX, entre los que se encuentran resaltan: la sumisión absoluta al hombre, la predestinación al matrimonio, la permanencia en el hogar, el cuidado de los hijos, la conservación del recato y la virginidad, entre otros. la mujer como el indio y el esclavo fueron declarados inferiores, sometida a la explotación en calidad de objeto y a la tutela varonil por causa de su inferioridad" .

La mujer del siglo XIX a pesar de haber vivido un cambio en las estructuras políticas, ideológicas, económicas y sociales, no vivió un cambio en el ámbito personal, pues sus sentimientos, pensamientos y opiniones quedaron callados y omitidos por la mayoría de los hombres y de la sociedad de dicho siglo

Por empezar, yo diría lo siguiente, hay algo, ahí en la manera de fechar que evidentemente tiene que ser distinto, en términos históricos generales bien podría decir que en Córdoba, en el momento de la represión y la represión, también desde el Estado, es previo al 24 de marzo de 1976, esa manera de fechar el 24 de marzo del 76, que por un lado tiene un peso simbólico muy importante, en clave de la experiencia de sujetos concretos, tendría que ser o bien es otra, ¿no?.

Recuerdo a propósito de esto, un trabajo interesantísimo de alumnos de Formación Docente de Santiago del Estero, que en 2006 presentan un trabajo en el que ellos proponen lo siguiente: una suerte de breve historia del terrorismo de estado en Santiago del Estero 1974 – 2003, fechaban, y me acuerdo cuando lo conversábamos con algunos amigos – colegas, lo que nos producía era una enorme inquietud, una enorme perplejidad, ¿Cómo es esto de fechar el terrorismo de estado 1974 – 2003?, y lo que ellos estaban proponiendo es que el terrorismo de estado en la provincia de Santiago del Estero, ante todo tenía que ver o se lo podía pensar a propósito de la presencia del aparato represivo en la provincia de un personaje como Antonio Musa Azar que llega al gobierno, y llega a un cargo importante en la jefatura de la policía de la provincia y en ese entonces, en 1974 y que luego va a ser un personaje poderosísimo de manera continua, sin interrupción hasta 2003, incluso lo que hablaban y daban cuenta que había habido un proceso de desapariciones, que no eran exactamente las mismas que se conocen o las que se detectaron, pero que se había continuado durante los años de la democracia; por lo tanto ahí es muy inquietante una percepción como esa de los muchachos de Santiago del Estero que se habían animado a producir un trabajo como este, decían me parece que hay un punto que hace una gran diferencia, que es la cuestión de la llamada “Primavera Democrática”. Los sectores medios de la ciudad de Bs. As. Vivieron lo que fue la Primavera Democrática, esos años que van del 83 hasta el año 87, como efectivamente años que no solamente anticipaban, no solamente prometían algo distinto para la sociedad, sino que efectivamente constituían algo distinto; Derechos Humanos es la bandera, una de las banderas más enarbolada en ese entonces, ahora bien me parece que en las provincias de nuestro país esa situación, esa experiencia, mejor dicho de la primavera democrática no fue vivida de la misma manera, bien, y ahí son más bien preguntas ¿Qué fue de la primavera democrática en la provincia de la Rioja? ¿Hay algo parecido que se pueda nombrar de la misma manera? ¿Qué pasó en el resto de los departamentos entre el 83 y el 87? Yo creo que ahí nos encontraríamos con respuestas y creo que los muchachos, los estudiantes aportan respuestas muy distintas; de otra forma muchas de las

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