Filosofia

SER: Toda respuesta que se refiera a poder “ser” algo, se refiere a la existencia de algo que tenga algún tipo de “conciencia” aunque sea la más elemental. Se puede ser un insecto, siempre y cuando ese insecto tenga un mínimo de conciencia respecto del placer o del dolor que es con lo que juega la naturaleza para dirigir sus instintos. En ese caso, el “ser” se refiere a ser consciente. Todo lo demás, se refiere a la existencia de los elementos más simples que, sean cuales fueren, no tendrán consciencia de ningún tipo.

En resumen, si definimos el verbo ser como una simple cópula que nos sirve para describir las características de lo definido, desaparece el embrollo y se elimina el misterio.

Existir: La palabra "existencia" designa el hecho de ser evidente a otros observadores, incluyendo la capacidad del observador de poder describirse a sí mismo, en contraposición al medio. Esto requiere de tiempo y de un espacio en el cual se den una serie de interacciones que permitan catalogar a lo observado dentro del concepto de lo real para que, por reacción, se asuma su existencia. Por ejemplo el hecho de ser de una manera absoluta, el hecho de ser dado para la percepción, o incluso para la consciencia.

Para que vivimos: Según filósofos, vivimos para conocer, nuestra alma no se sacia nunca con el conocimiento que tiene, según muchos filósofos la vida solo se basa en el conocimiento, y que cuando muere nuestro cuerpo nuestra alma puede vagar libremente por las sendas del conocimiento libre de toda necesidad física, puesto que el cuerpo necesita satisfacciones que impiden que el alma pueda investigar mas y adquirir conocimientos

Belleza: La belleza puede aplicarse en términos general o podemos optar por hablar de la representación artística en particular, de la mano del talento creativo. No es original señalar que ésta se ve influida siempre por un marco filosófico ya sea de manera implícita o explícita. Esta evidencia se expresa en la historia del arte, en el florecer de los movimientos artísticos y en sus respectivas reacciones. Pero más allá de esta interacción fascinante entre la razón y la creación, resolver qué es lo bello y por qué, conforma uno de los problemas centrales de la estética y ha sido abordada por no pocos pensadores a lo largo del tiempo.

Una de las primeras discusiones al respecto, la encontramos en Jenofonte, en el siglo V a.C. Jenofonte afirmó que existen tres categorías diferentes para el concepto de belleza:

1. La belleza ideal: basada en la composición de las partes

2. La belleza espiritual: el alma, que se expresa a través de la mirada

3. La belleza funcional: las cosas son bellas en tanto que son útiles.

Justicia: Aristóteles entiende por ésta lo que es legal y lo que es justo y equitativo. La justicia universal

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