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Florencio Del Castillo E Independencia

nijiaria9 de Octubre de 2014

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El presbítero Florencio Castillo. Visión de las Cortes de Cádiz desde una provincia periférica.

La recuperación de la memoria sobre la vida del presbítero Florencio Castillo, diputado por Costa Rica a las Cortes de Cádiz, ofrece una visión muy particular de este hecho histórico desde una provincia de la periferia del Reino de Guatemala. Esta visión particular obliga a matizar mucho el significado de las palabras diputados americanos, criollismo, independencia y autonomismo aplicados por varias investigaciones de manera generalizadora a los representantes de Ultramar, generando una uniformización de los mismos en una visión que reduce el proceso de las Cortes a una relación América versus España, ocultando ricas y variadas realidades en el interior de estas grandes regiones que darían un giro a lo que se ha dicho hasta ahora sobre la actuación de varios diputados americanos.Introducción

2 La historiografía centroamericana llegó tarde a la celebración del bicentenario de las Cortes de Cádiz y al de su famosa Constitución, el próximo 19 de marzo del 2012. Realmente no se le ha puesto la atención debida para producir investigaciones de envergadura que nos descubrieran elementos claves que marcaron la vida del Imperio español, y dentro de él, la de esta región de América. En el caso de México desde hace unos 20 años se está produciendo una forma diferente de analizar su pasado, que está abriendo perspectivas muy interesantes, entre las cuales se encuentra los efectos de las Cortes de Cádiz, aunque tomada en cuenta como parte de todo el proceso de independencia iniciado por Hidalgo. Sería interesante un estudio más particular sobre estas, centrado en la participación de sus diputados.

3 La causa de esta llegada tardía tiene varias vetas, pero ocupa un lugar especial lo provocado por la historiografía liberal de finales del siglo XIX y gran parte del XX, que se ocupó de construir una identidad basada en el modelo “civilizatorio” europeo pero sin incluir a la parte sur de este continente, y no por olvido.

4 Partiendo de este dato se han instituido una serie de ideas que se han vuelto dogmas1, lugares comunes que es obligado no sólo repetir sino respetar. A pesar de las críticas que se ha hecho a la historiografía liberal positivista, se siguen repitiendo muchos de sus principios, algunos con más intensidad a pesar de su procedencia porque calzan estupendamente con intereses ideológicos.

5El olvido del proceso de las Cortes de Cádiz sirvió para poner toda la atención en las independencias de América, y en el caso de la región Centroamérica mucho más, porque se tomó siempre como punto de partida el año de 1821, de manera que estas famosas Cortes no dicen nada en el proceso. Además, lo realizado se observó desde una exaltación de la influencia francesa con su Revolución, afectando incluso hasta los colores de la bandera de Costa Rica, según se explica. La historia de estos países hasta el presente se entiende a partir de 1821, lo anterior no es muy tomado en cuenta.

6Esta visión ideológica ha provocado esta llegada tardía con graves consecuencias para la comprensión de nuestros pasados y es una lástima que este bicentenario no haya sido aprovechado para retomar un rumbo más correcto. Rápidamente se presenta una lista de aspectos que han sido tergiversados y que habría que revisar, y al final se desarrollará uno de ellos tomando como centro la actividad del diputado por Costa Rica en aquellas Cortes.

Tergiversaciones

7En primer lugar, la famosa influencia francesa en nuestras independencias habría que revisarla con más detalle, si no para contradecir totalmente la afirmación, si para matizarla y tratar de apreciar la supuesta influencia en su debida dimensión. Para el momento concreto, la imagen de Francia y su Revolución no sólo en el imperio español sino en varias monarquías de Europa era muy negativa, es signo de democracia, es decir, de caos y anarquía según la mentalidad de aquella época. En el proceso concreto de las Cortes de Cádiz, las primeras cortes liberales españolas en su historia, los afrancesados fueron atacados y detestados, y en América desde aquel tiempo hasta después de la Independencia hay muestras de esa imagen negativa, afirmación esta última que para nada quiere irse al otro extremo de pensar que no hubo simpatizantes en estas tierras del proceso francés, y de que antes de la enemistad entre Francia y España en la última década del siglo XVIII, no circulara aquí la literatura gala2.

8Muy unida a la exageración de la influencia francesa en los procesos de independencia, se ha olvidado, por no decir que se ha negado, la influencia de las Cortes de Cádiz en nuestras independencias y en la vida y organización de los nuevos gobiernos después de 1821. Si nos vamos a recorrer la vida de aquellas personas y las dejamos ser hijas de su época, nos asombraremos de la dimensión de esta influencia, no sólo de la Constitución de 1812 sino de sus leyes, decretos y órdenes, además de sus rituales parlamentarios que llegan hasta nuestros días en los Congresos de estos países. Igualmente es asombroso no solo el punto de partida de esta Constitución mientras se hacían las de cada país a partir de 1821, sino que es común encontrarse la evocación de los decretos, puestos en práctica sino directamente, si inspirando la redacción de nuevas leyes. Sin olvidar la mención también de las leyes de Indias, porque es una constante su utilización por mucho tiempo después de la independencia.

9Acercándonos más propiamente al proceso de las Cortes de Cádiz, el análisis que se ha hecho de ellas desde siempre, destacando especialmente lo producido hace cien años en su primer centenario y lo que en este segundo se está haciendo, parte del análisis está sufriendo la vieje influencia de la historia liberal positivista, por ejemplo, en el aspecto ideológico de los diputados que la integraron, se les sigue dividiendo entre liberales y conservadores. Calificación errada no sólo porque esta división es posterior a los hechos según el ideólogo de estos conceptos, sino porque es una generalización que simplifica demasiado no sólo la realidad de aquellas gentes, sino la comprensión de los que posteriormente han tratado de estudiarlos.

10Como han dicho algunos, para la época todos eran liberales y proceden de los borbones de la segunda mitad del siglo XVIII que a pesar de su absolutismo monárquico, ya ponen en marcha muchos procesos liberales. Lo que va a variar son los matices y fuerza de las ideas en cada uno. Partiendo de esto, el investigador García León indica que hay liberales preconstitucionalistas, liberales constitucionalistas y liberales constitucionalistas radicales3.

11Otra limitación que ha sido influenciada por la forma de ver la historiografía liberal positivista la independencia de América, ha sido analizar las Cortes de Cádiz divididas en dos bloques, diputados españoles y diputados americanos, manera de análisis que igualmente generaliza y simplifica de modo que no permite observar la complejidad de aquellos hechos. Alguien dijo que España nunca iba a entenderse respecto a esta época si no cerraba la temática de América, e igual debe decirse de los americanos respecto a España, y no porque el análisis de las Cortes no deba hacerse confrontando las dos grandes geografías, sino porque esto es lo que ha dominado hasta ahora la mayor parte de la investigación, exhibiendo puntos muy interesantes y bien conocidos por todos, pero complicando y ocultando otros aspectos vitales para la historiografía de cada una de esas geografías. De acuerdo a esto, el tratamiento de los diputados al interior de cada zona, sufre los mismos descuidos de la generalización, por lo que hasta ahora no se ha evidenciado de manera clara que, por ejemplo, al interior de los diputados de América habría que hacer la misma división antes mencionada y caracterizarlos también de acuerdo a cada región, porque el continente no solo es muy extenso sino que está plagado de realidades diferentes, que incluso en territorios tan pequeños como Centroamérica tiene particularidades y consecuencias muy interesantes.

12Partiendo de estas últimas ideas se expone el caso concreto de Costa Rica y su diputado, el padre Florencio Castillo, que brinda una lectura muy diferente de las Cortes de Cádiz, caso que ofrece elementos para que ojalá no nos agarre tarde otra vez y nos preparemos seriamente para la celebración del bicentenario de la independencia de nuestros países, buscando otras vetas ocultadas por la historiografía ya aquí varias veces mencionada.

Lectura desde la periferia

13El partir de la persona del padre Florencio Castillo es importante porque, por un lado, varios son los investigadores que reclaman un estudio más detallado de cada uno de los congresistas sin el cual no se puede comprender realmente lo que significó aquel hecho4. Por otro lado, las investigaciones que existen sobre el tema, al no contar con estas biografías, han hecho planteamientos muy generales y limitados, enmarcados entre un querer comprender las relaciones entre dos grandes bloques: América y España; investigaciones que, además de estarse tornando una repetición de temas de unos a otros, ocultan otras realidades sobre estos dos grandes espacios que darían un giro a la comprensión de algo que está a las puertas de su bicentenario5. El estudio de este diputado tiene la particularidad de mirar todo el proceso desde una provincia periférica de Centroamérica, revelando otro punto de interpretación a los que siempre se han dado por los diferentes espectadores casi

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