ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Generacion Del 37


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2012  •  1.721 Palabras (7 Páginas)  •  431 Visitas

Página 1 de 7

Resumen

El título alude al aburrimiento, un fenómeno frecuente en la experiencia escolar, que parece reclamar una pedagogía acorde con él y preanuncia algunos de los problemas más complejos de la educación contemporánea. "Pedagogía del aburrido", fue el nombre, que inició una investigación, cuyo objetivo era "enseñar a un sujeto que tiene como síntoma el aburrimiento". En ese caso eran estudiantes universitarios, no sólo aburridos, sino que además distaban de responder a las expectativas que los docentes se habían forjado sobre ellos.

Introducción

En el presente trabajo me propongo analizar el capítulo N°1 “Ciudadanía y Educación”, libro “Pedagogía del aburrido”, Cristina Corea; Ignacio Lewkowicz, Paidós, Buenos Aires 2004. En este capítulo se hace referencia a las instituciones disciplinarias, de encierro y vigilancia (familia, escuela, fábrica, hospital, cuartel y prisión), las cuales se apoyaban en el hoy disuelto Estado-Nación perdiendo articulación entre ellas, se necesitan, coexisten.

Asimismo trabaja el concepto de ciudadano, él mismo se instituye como tal por la igualdad ante la ley. Ser ciudadano de un estado nación es constituirse como un votante pensante, para ello necesitamos educación. Así no caer en dogmatismos políticos, además del uso y abuso que los mismos dan a la historia como englobadora del pueblo.

Además se nombra la escuela como una empresa prestadora de servicios, formadora de obreros y posteriores consumidores insertos al capitalismo.

La escuela como Galpón – producto del agotamiento del estado nación y no pudiéndose adaptar a la nueva dinámica - lugar de englobamiento de elementos humanos.

Desarrollo

Más que en la construcción de una nueva totalidad de sentido, Lewkowicz propone centrarse en las situaciones y en los fragmentos (de experiencias educativas, en este caso) de una cultura en disolución para, desde allí, avanzar en la comprensión de los avatares del presente. Lo singular de cada experiencia educativa no se deduciría de la lectura del lugar histórico en el que acontece (la escuela), sino de la mirada y de la escucha de cada situación, del habla y del pensamiento infantil, de las interpretaciones de los maestros y de la lectura de los jóvenes. La producción de subjetividad en dichas experiencias se plantea, no como dada por el entorno institucional que parece negarles visibilidad, sino como el descubrimiento y la reconstrucción de un proceso atravesado por la contingencia, la anomia y la crisis de la construcción de una ciudadanía estatal.

A partir de la hipótesis sobre el desfondamiento o destitución de las instituciones o a través de la metáfora del galpón con que representan el nuevo funcionamiento de las "escuelas postnacionales", el autor radicaliza la crítica teórica "sobre lo que hay" y señalan la necesidad de "habitar" las instituciones para encontrar nuevas formas de apropiación de los lugares, nuevas formas de producción de subjetividad.

Señala cómo se produjo la homogeneización de la educación en el pasado y sostienen que en el presente ésta debería centrar su atención en la producción de diferencias generadas a partir del agotamiento simbólico del estado y del avance de la lógica del mercado. Esto implicaría otros modos de intervención, cambios de posición de los actores en las instituciones y nuevas formas de pensar la educación.

La perspectiva semiótica subraya así la importancia de conocer los modos de producción de la subjetividad masmediática, que parece interferir en las aulas con una subjetividad pedagógica, definitivamente ausente.

Esos dos tipos de subjetividad -a pesar de que plantean cierta polaridad- ofrecen un punto de partida para explorar las operaciones infantiles en la lógica del consumo, reconociendo la posición activa del niño y la subjetividad que se configura a través de ella.

"La tarea de pensamiento de nuestra generación es investigar los mecanismos concretos de la producción de nosotros" es la invitación que alguna vez lanzó Ignacio Lewkowicz.

La escuela no es más el soporte de la subjetividad oficial, es una empresa más en el mundo de las empresas, es un servicio más en el mundo de los servicios. No administra localmente leyes generales, sino que establece reglas específicas para estar ahí.

La escuela como institución.

En los Estados-nacionales se organiza todo institucionalmente, hasta la familia, la escuela, el club, etc., todo pasa a ser una institución. Se establece una relación analógica entre el Estado-Nación y sus instituciones: se da un uso del lenguaje común por parte de los agentes institucionales, que habilita la posibilidad de estar en varias instituciones, bajo las mismas operaciones.

El estado-nación delega a sus dispositivos institucionales la producción y reproducción de su soporte subjetivo: el ciudadano, constituido en torno a la ley, que se apoya en dos instituciones: la familia y la escuela. La subjetividad ciudadana se organiza por la suposición básica de que la ley es la misma para todos, y se define por esta relación con la ley, ya que es depositario de una soberanía que no ejerce: la soberanía emana del pueblo, no permanece en él.

Se forja la conciencia nacional mediante la educación. El fin de esto es que el ciudadano le delegue el poder a sus soberanos, en un acto de representación.

La institución que define el pueblo, y su pasado en común es la historia. El fundamento del lazo social es ese pasado en común. Allí

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.1 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com