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Historia Analitica De Los Medios Internacionales

cieloanutis7 de Septiembre de 2014

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HAMI CUADERNILLO 1

El Prefacio de Cromwell – Víctor Hugo

La poesía tiene tres edades:

 La oda: Primitiva, lirica, canta a la eternidad. Su carácter es la ingenuidad. Los personajes son colosos (Adán, Caín, Noé) La oda vive del ideal. La Biblia.

 La epopeya: Antigua, épica, solemniza la historia. Su carácter es la simplicidad. Los personajes son gigantes (Aquiles, Atreo, Orestres) La epopeya vive de lo grandioso. Homero.

 El drama: Moderna, dramática, pinta la vida. Su carácter es la verdad. Los personajes del drama son hombres (Hamlet, Macbeth, Otelo) El drama vive de lo real. Shakespeare.

Lo característico de lo moderno, es la inclusión de lo grotesco, antítesis de lo sublime que enseñoreaban las edades anteriores. El equilibrio entre lo grotesco y lo sublime da origen al drama, que es la poesía completa ya que incluye a la oda y a la epopeya.

El carácter del drama es lo real, lo real es la combinación de lo grotesco y lo sublime.

El cristianismo es quien mostro al hombre que está compuesto de dos seres, uno carnal, el otro etéreo. (El hombre es entonces, grotesco y sublime).

En la poesía hay dos tipos de modelos.

- Los que siguen las reglas.

- Los que con su transgresión hacen las reglas.

El poeta dramático tiene que transportar a su público en el tiempo y el espacio, creando el color local, evitando lo común. Tiene que usar un lenguaje profundo, no ser superficial.

Hugo hace referencia a la regla de las dos unidades (tiempo y lugar). Luego cita la tercera, la unidad de acción.

El poeta solo debe recibir el consejo de la naturaleza, de la verdad y de la inspiración, que es también una verdad y una naturaleza.

No hay reglas ni modelos; o, más bien, no hay otras reglas que las leyes generales de la naturaleza que se ciernen sobre todo el arte. Si algunos de nuestros poetas han podido ser grandes, es porque han sido ellos mismos. Lejos de demoler el arte, las nuevas ideas solo quieren reconstruirlo más sólido y mejor fundado. La verdad del arte jamás podría ser la realidad absoluta.

La naturaleza y el arte son dos cosas, y si no fuera así, una u otra no existirían. El arte, además de su parte ideal, tiene una parte terrestre y positiva.

El drama es un espejo donde se refleja la naturaleza.

El poeta cumple plenamente el fin múltiple del arte, que es abrir al espectador un doble horizonte, iluminar a la vez el interior y el exterior de los hombres. Entrelaza en el mismo cuadro el drama de la vida y el drama de la conciencia

Se concibe que, para una obra de este género, el poeta al elegir entre las cosas, no escoja lo bello si no lo característico. No es que convenga en hacer color local, es decir, añadir a destiempo algunos toques aquí y allá. No es en la superficie del drama donde debe estar el color local, sino en el fondo, en el corazón mismo. El drama debe estar impregnado por este color de época.

El Prefacio de Cromwell

En tiempos primitivos con el hombre despierta la poesía, esta tan cerca de Dios que todas sus meditaciones son éxtasis, todos sus sueños son visiones: Dios, el alma y la creación.

La tierra casi desierta. Hay familias, y no pueblos. Padres, y no reyes. Cada raza existe cómodamente. Nada de ley, propiedad, rozamientos, guerras. Todo es de todos. La sociedad es una comunidad.

Este es el primer hombre, el primer poeta. Es joven, es lirico. La plegaria es su religión, la oda su poesía. Este poema, esta oda de los tiempos primitivos, es el Génesis.

Poco a poco todas las esferas se agrandan, las naciones empiezan a estar apretadas. Se molestan, se rozan. De ahí los choques de los imperios, las guerras (La Ilíada). De ahí las migraciones de pueblos, los viajes (La Odisea). La poesía refleja estos momentos. Se torna épica y da nacimiento a Homero.

Homero domina la sociedad antigua, en esta sociedad todo es épico. Lo impregna todo una especie de gravedad solemne. Los pueblos solo conservan el respeto por el extranjero y el viajero. La familia tiene una patria, practica el culto del hogar, el culto de la tumba.

La expresión de una civilización así, solo puede ser la epopeya.

Épica: “palabra historia, poema” Género literario. El autor presenta hechos legendarios, elementos imaginarios que generalmente quiere hacer pasar por verdaderos.

Epopeya: Subgénero épico, acciones trascendentales o dignas de memoria para un pueblo en torno de un héroe. Intervienen los dioses, hay elementos fantásticos.

El teatro de los antiguos, como su drama, es grandioso, pontifical, épico. La poesía y la arquitectura alcanzan un nivel monumental. Todos los trágicos antiguos pormenorizan a Homero. Las mismas fabulas, las mismas catástrofes, los mismos héroes.

Sin embargo la era de la epopeya llega a su fin.

Roma calca a Grecia. Virgilio copia a Homero, y la poesía épica expira. Otra época comienza.

Una religión espiritualista reemplaza al paganismo material y exterior, con esto deposita el germen de la civilización moderna. Esta religión, entre su culto y dogma, cimienta profundamente la moral. Enseñándole al hombre que hay dos vidas para vivir, una pasajera, la otra inmortal.

Las escuelas paganas marchaban a tropezones. Algunos de sus filósofos aclaraban solo un lado, tornando más oscuro el otro. Pitágoras, Epicuro, Sócrates, Platón son antorchas. Cristo es la luz del día.

El paganismo amasa todas sus creaciones con la misma arcilla, achica la divinidad y agranda al hombre. Los héroes de Homero son casi de la misma talla que sus dioses.

Por el contrario, el cristianismo, separa el espíritu de la materia. Pone un abismo entre el alma y el cuerpo, entre el hombre y Dios.

El cristianismo coloco en el alma de los pueblos un sentimiento nuevo. Que es más que la gravedad y menos que la tristeza: la melancolía.

Hasta entonces, las catástrofes de los imperios raramente llegaban al corazón de las poblaciones; eran reyes que caían, majestades que se desvanecían, nada más. Los acontecimientos parecían desarrollarse con toda la solemnidad de la epopeya.

Pero en el instante en que se estableció la sociedad cristiana, el antiguo continente se trastorno. El hombre, comenzó a replegarse sobre sí mismo ante las altas vicisitudes, comenzó a tener lastima de la humanidad. De este sentimiento el cristianismo creo la melancolía. Al mismo tiempo nacía el espíritu de examen y curiosidad. Una vez que el mundo se encontró muerto, llegaron retóricos, gramáticos, sofistas. Para examinar, comentar, discutir.

Una nueva religión, una sociedad nueva, sobre esto crece una nueva poesía.

Hasta entonces la musa puramente épica de los antiguos había estudiado la naturaleza desde un aspecto, expulsando del arte casi todo lo que no correspondía con un cierto tipo de belleza. El cristianismo introdujo la verdad en la poesía. No todo es humanamente bello, la fealdad existe al lado de la belleza.

Aquí hay un principio desconocido para la antigüedad, un nuevo tipo introducido en la poesía, una forma nueva que se desarrolla en el arte. Ese tipo es lo grotesco. Esa forma es la comedia.

Esta es la diferencia fundamental que separa el arte moderno del arte antiguo, o para decirlo de manera más acreditada, la literatura romántica de la literatura clásica.

Es de la unión de lo grotesco y lo sublime que nace el genio moderno.

No es cierto que la comedia y lo grotesco fueran totalmente desconocidas por los antiguos. La segunda época siempre tiene el germen de la primera. Lo grotesco antiguo es tímido y busca siempre ocultarse. De este modo, la comedia pasa casi inadvertida en el gran conjunto épico de la antigüedad.

En el pensamiento de los modernos, por el contrario, lo grotesco tiene un papel inmenso. Por un lado crea lo deforme y lo horrible, por otro lo cómico y lo bufonesco.

El grotesco, según nosotros, es la fuente más rica que la naturaleza puede abrir al arte. Esa belleza universal que la antigüedad derramaba solemnemente sobre todas las cosas no dejaba de tener monotonías. Lo sublime sobre lo sublime difícilmente produce un contraste, por el contrario, lo grotesco es una pausa, un punto de partida desde donde elevarse hacia lo bello con una percepción más fresca y estimulada. El contacto con lo grotesco ha dado a lo sublime moderno algo más puro, más grande, más sublime, que lo bello antiguo.

Lo bello, humanamente hablando, no es más que la forma considerada en su correspondencia más simple, en su simetría absoluta, nos ofrece un conjunto completo, pero restringido como nosotros mismos. Lo feo, por el contrario, es un detalle de un gran conjunto que se nos escapa, y que armoniza, no con el hombre si no con toda la creación.

Lo grotesco en la era moderna, es una invasión, una irrupción. Al nacer, atraviesa la agonizante literatura latina.

La cumbre poética de los tiempos modernos es Shakespeare. Shakespeare es el Drama. Y el drama funde lo grotesco y lo sublime, lo terrible y lo jocoso, la tragedia y la comedia.

TORREIRO – Del franquismo a la democracia. (1969-1982)

Momentos claves.

1973 el coche y el almirante Luis Carrero, presidente del gobierno, vuela por los aires en un atentado.

1975. Muere Franco

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