Historia Del Campo Carabobo
mafeerabreeu15 de Mayo de 2014
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Marco histórico: fuente Alfonzo Rumazo
A continuación breve reseña histórica de campo Carabobo, obtenido del libro escrito por Alfonzo rumazo, de la biografía de Simón Bolívar, pagina 164:“la concentración militar de la mayor parte de los ejércitos en marcha se produce en la población de San Carlos, a unos 200 km al sudoeste de caracas, mientras que los otros contingentes patriotas se baten en diferentes lugares contra las fuerzas realistas aisladas. Bolívar trata de dar impresión de prudencia, hasta de timidez, de modo que el adversario tome la ofensiva. La Torre todavía desorientado, remite al Libertador una propuesta de nuevo armisticio hasta que se conozcan los resultados de las negociaciones de paz abiertas en España. El general caraqueño acepta los pliegos por mera cortesía y sigue adelante. Sitúa sus batallones un poco delante de San Carlos y se dispone a operar contra el grueso del enemigo, acampado a unos 60 km, más al norte, en la llanura de Carabobo. Para engañar al adversario hace circular profusamente con espías la noticia de que las más poderosas tropas libertadoras están al norte al mando de Urdaneta. La Torre cae también en esta segunda trampa y envía un contingente valioso en esa dirección.
Así, las fuerzas de los realistas, mitad españoles y mitad criollos, no llegan a 5200, cuando las de Bolívar ascienden a 6400, no es sino dar el golpe final;
Amanece aquel 24 de Junio sobre la vasta llanura y por detrás de la neblina, que va escarmenando poco a poco el viento, ve el Libertador, desde una choza el alto, que el enemigo ha desplegado sus tropas, dividiéndolas en 6 grandes bloques, de infantería y 3 de caballería, y su ojo expertísimo advierte enseguida que la torre a reforzado el frente y su flanco izquierdo, descuidando el derecho, a causa de que el terreno por ese lado tiene quiebras que impiden los movimientos rápidos.
Las tropas republicanas, que iban en marcha normal, acampan en espera de órdenes, mientras el sol va ascendiendo lentamente, y se sirven a las 9 su almuerzo. El Libertador lo hace también, en la lima de una colina, acompañado de varios oficiales;….”
“.. De pronto suenan las cornetas. Cada cual a sus puestos, que ha llegado la hora de la batalla. Al frente los oficiales españoles, van de un lado a otro a caballo repartiendo instrucciones; hay sin embargo, sargentos que están tendidos muellemente, en espera del momento. Son los veteranos y saben que no hay para que apresurarse.”
A las 11 en punto, bajo luz de oro hirviente, comienzan a botar fuego las armas. Páez y sus 1500 llaneros se arrojan por el quebrado camino, sobre el flanco derecho del enemigo, sin cuidarse de la mortandad que hacen las balas en sus filas, hasta los cañones apuntan contra los suyos. Cargan contra el vigorosamente, retrocede, hay peligro. La legión británica, que va a pie en esa misma dirección, cala la bayoneta y cose a puñaladas a los españoles. Pero también estos reciben refuerzos y el choque se agiganta, sobre todo porque arriba al lugar toda la división de Cedeño. Quieren avanzar los del batallón de la reina, que habían estado en reserva, pero les corta el paso los de Cedeño. Otro batallón realista al ataque; Rondón le destroza. Y luego vienen los de Plaza, que atacan de frente, los de Páez y de Cedeño, que se arrojaron sobre el costado ya están lejos, ya acosan sobre la retaguardia enemiga. Y los del rey al verse semicercados, retroceden, se desbandan, huyen; solo el batallón Valencey, lujo de la disciplina de Morillo, marcha hacia atrás, en buen orden, dando la cara a los patriotas, hasta que cae sobre él con todo el peso de la saña, el propio general Cedeño; recibenle a fusil, y matan al valeroso general. También el batallón realista infante trata de salvarse,; acosale el coronel Plaza y trata de rendirlo; lo consigue, a costa de su propia vida, Bolívar se acerca a consolar al moribundo.
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