Historia Del Imperio Otomano

El Imperio Otomano

Tras las invasiones mongoles, Anatolia (actual Turquía) había quedado dividida en numerosos principados. Desde uno de ellos, el de los Otomanos (llamado así por su fundador Othman u Osman) surgirá uno de los imperios más notables de la historia, que pondrá fin a la cultura bizantina tomando Constantinopla en 1453.

¿Cómo era su organización social?

Los súbditos estaban divididos en dos órdenes: los askeri y los reaya. Los primeros participaban del gobierno, del ejército y del sacerdocio; los reaya se dedicaban a las tareas productivas, eran los campesinos, artesanos y comerciantes, y representaban la mayor parte de la población. A través del sistema llamado timar, los askeri eran autorizados a percibir los impuestos pagados por los reaya en uno o más distritos del imperio.

¿Cómo era su organización política?

El palacio imperial se componía de dos partes: una interna, que era la residencia particular del sultán, (máxima autoridad política, especie de rey) y otra externa que era la sede del gobierno central. El gran visir (una especie de primer ministro) y sus colaboradores ejercían allí sus funciones administrativas y también allí se realizaban las sesiones del diván, consejo imperial presidido por el gran visir, delegado personal del soberano. Generalmente el cargo de gran visir lo ejercía el hijo mayor del sultán.

La administración territorial

Debido a la extensión del imperio, en el siglo XIV se impuso la formación de provincias, regidas por gobernadores llamados pachás, delegados del poder central que eran a su vez jefes militares.

Un ejército poderoso

El Imperio Otomano tenía un poderoso ejército permanente compuesto por centenares de unidades de infantería y caballería que estaban bajo las órdenes directas del sultán. Desde el 1400 los turcos reclutaron a artesanos húngaros y germanos expertos en la fundición y construcción de cañones. A partir de entonces la artillería jugó un papel decisivo haciendo aun más temibles a las fuerzas otomanas.

La economía

El poder del imperio se basaba también en una sólida prosperidad económica. Cada año los turcos organizaban imponentes caravanas que transportaban desde La Meca especias de la India, seda, pedrerías y perlas de Persia. El imperio fue hasta 1453 el principal proveedor de Occidente de productos elaborados y materias primas, como alumbre, maderas, especias, alquitrán, fruta, seda, tapices, vajilla de cobre y algodón. Junto con el comercio, la actividad agrícola y la pesca eran muy importantes.

La religión

El sultán controlaba todas las formas de la vida religiosa islámica, y llegó a imponer una especie de Iglesia del estado. En todas partes se construyeron mezquitas y madrasas, escuelas de religión para la formación de sacerdotes. Las distintas tendencias del Islam, hasta entonces enfrentadas, fueron reunificadas para un mejor servicio del sultán y de la Guerra Santa (Yihad).

Un avance imparable

A principios del siglo XIV los otomanos comenzaron su oleada de conquistas tomando zonas vitales del imperio Bizantino como Nicea y Brusa, plazas estratégicas y encrucijadas comerciales entre Oriente y Occidente. En Brusa instalaron su capital en 1326 y desde allí avanzaron hacia el Oriente.

Características e influencias culturales de la Edad Media

El siguiente listado de contenidos puede ser utilizado como herramienta adicional y/o complementaria por el/la docente para el desarrollo de las competencias básicas en el séptimo grado en el área de Ciencias Sociales.

Roma fue un gran imperio, logrando su mejor momento entre los siglos I y IV a.C. Ubicada en una zona estratégica de Europa, se lanzó a conquistar un vasto territorio. Desde Gran Bretaña, los romanos recorrieron los ríos Rhin y Danubio hasta el Mar Mediterráneo. Llegaron a Grecia, cruzaron el Medio Oriente, conquistaron la Mesopotamia y desde ahí se marcharon a Egipto, atravesando todo el Norte de África hasta llegar a Mauritania, ampliando su poder a todo el Mar Mediterráneo.

El Imperio Romano era tan admirado como odiado y codiciado, por lo que tenía grandes enemigos, sobre todo los pueblos que estaban fuera de sus fronteras, a los cuales llamaban "Bárbaros".

En el año 376 a.C., partió desde el corazón de Asia un poderoso ejército formado por la unión de varios pueblos Mongoles, guerreros por excelencia y habilidosos jinetes, quienes cabalgaron como la peor tormenta, azotando y destruyendo cuanto pueblo a su paso alcanzaban. Este avance generó, a su vez, el movimiento de otros pueblos bárbaros, como los francos, sajones, visigodos y otros, que ante la amenaza mongol, se abalanzaron sobre Roma. Las etnias invasoras de Roma las podemos dividir en tres grupos:

Pese a la envergadura de los pueblos invasores, el ingreso al territorio romano fue muy tranquilo, casi sin resistencia, más bien parecía una ola migratoria, pues los romanos ya se habían prácticamente autodestruido en la lucha por el poder, el lujo y la envidia.

Por otra parte, los pueblos bárbaros en vez de plasmar su cultura, se romanizaron.

Región invadida

Desde Gran Bretaña, los bárbaros marcharon a Grecia, conquistaron Mesopotamia, pasaron por Egipto, dominando luego el norte de África hasta Mauritania. Los bárbaros dominaron todo el trafico marítimo por el Mediterráneo, y por el Atlántico manejaron desde el estrecho de Gibraltar al mar Báltico.

Las principales invasiones bárbaras tienen su inicio al comenzar el siglo V y se fueron asentando en diferentes regiones como lo describe el siguiente cuadro.

Causas de la invasión bárbara

• En el año 376 parten desde Asia los guerreros mongoles, los Hunos, guiados por Atila, invadiendo el pueblo germano.

• Los germanos, que también eran belicosos, presionados por los mongoles arremeten contra Roma. Se organizaron en nuevas comunidades.

• Los bárbaros deseaban las riquezas romanas.

• El debilitamiento de Roma por las luchas internas para tomar el poder.

• El pueblo romano sólo aspiraba el lujo.

• Los romanos comenzaron a vivir en corrupción.

• Los romanos perdieron el espíritu combativo, de sacrificio.

Todo esto produjo la caída romana con las siguientes consecuencias:

• Desaparece la unidad política romana.

• Se elimina la industria y el comercio.

• La civilización Greco-romana se extingue.

• La civilización urbana queda destruída.

• Se da comienzo a una nueva sociedad: la rural, o sea, la sociedad feudal.

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Ante la caída de Roma, se forman varios pueblos, los cuales logran ser unidos por la Iglesia Católica, manteniendo a Europa unificada, compacta. El latín, que era la lengua hablada por los romanos, se diversifica dando lugar a las lenguas romances: francés, español, italiano, rumano y portugués.

La Iglesia Católica fue ganando mucha fuerza, transformándose en el pilar de la sociedad, su base era Roma con el Papa a la cabeza, siendo este la máxima autoridad. Se nombran obispos en las diferentes ciudades. Estos eran, generalmente, miembros de la aristocracia.

Escapando de las invasiones bárbaras, el Imperio Romano Oriental situó su capital en el pueblo pesquero de Bizancio, estratégicamente ubicado; desde allí se podía ir al mar Negro o al mar Mediterráneo, una excelente ruta comercial.

Posteriormente, Constantino manda construir en este lugar la ciudad de Constantinopla (Bizantina), ciudad que dura hasta el año 1453, cuando es destruída por las invasiones turcas. Este hecho pone, además, término a la Edad Media.

Durante los 1.000 años que duró el Imperio Bizantino (Constantinopla), este sufrió muchas embestidas invasoras, por lo que el territorio fue disminuyendo, pese a que el emperador Justiniano, en el año 527, logró estupendas campañas tratando de unificar Europa. Sus campañas fueron desde el suroeste de España, Cerdeña, Cecilia y Córcega por el Norte de África, pero a su muerte nuevamente se perdieron los territorios ganados.

Constantinopla fue regida por el “Derecho Romano” y “las estructuras políticas romanas”, la autoridad del emperador estaba por encima de la Iglesia, por sobre la autoridad del Papa, lo que se llamó “Cesaropapismo”.

Constantinopla fue todo un modelo para Europa; era codiciada por sus riquezas y su cultura fina. Practicaban una “cultura clásica”; de ellos se logró conservar la lengua, la literatura, el arte y la filosofía.

En la actualidad, se conservan de la cultura bizantina, la basílica de Santa Sofía de Constantinopla, La Revelena e iconos rusos, la basílica de San Marcos, en Venecia, Italia. Es muy poco lo que se logró rescatar, pues los musulmanes, que no veneran imágenes, destruyeron cuanto pudieron.

El nacimiento del Islam

La cronología musulmana se inicia con la “Hégira”, nombre que se da al exilio que sufrió Mahoma, quien había comenzado a predicar la “existencia de un único Dios” en las ciudades de La Meca y Medina a comienzos del siglo VII. Durante este primer proceso de prédica, a Mahoma no le creyeron y debió escapar al exilio.

Su regreso fue un éxito, formó su primera comunidad en Medina, sus seguidores se multiplicaron y dieron nombre de “Islam” a la nueva religión, nombre que en árabe significa "sumisión", pero para los musulmanes significa “Sometidos a la Voluntad de Dios”, de

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