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Historia Mercadotecnia En Mexico

JadishaRiCa18 de Agosto de 2013

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DE LA MERCADOTECNIA EN MÉXICO

La base sobre la que se construye la cultura Purépecha es la economía tradicional, aún cuando en términos de ingreso monetario sea menos redituable que la siembra de aguacate o el trabajo migratorio.

Entre las actividades económicas tradicionales sobresale la agricultura de milpa, pues alrededor de ella gira el resto de las ocupaciones. El calendario de cultivo del maíz marca los tiempos de celebración del ritual religioso que debe observarse para tener una buena cosecha.

Justo con las tierras de cultivo se aprovechan otros recursos de la región: bosques de pino, encino y oyamel, pastizales, los lagos y sus riberas.

La elaboración de manufactura de uso en el puréecherio se transformó a partir de la década de 1920, valores de sociedades originarias y convirtió esta actividad tradicional en una alimente comercial con fines turísticos.

En los mercados y ferias los purépechas de distintas regiones intercambian sus productos, aunque esto es cada vez menos visible por la invasión de puestos con productos comerciales.

La economía tradicional enfrenta serias dificultades y es insuficiente para satisfacer el nivel de vida al que los purépechas aspiran. Por ello, buscan entonces oportunidades fuera de la región.

La importancia del ferrocarril en las hacienda pulqueras

Con la llegada del ferrocarril a México, en la segunda mitad del siglo XIX, la producción de las haciendas pulqueras de la Cuenca de México aumentó.

Un ejército de tlachiqueros por la mañana y por la tarde raspaban los magueyes: de esta manera llegaba a las ciudades una bebida fresca, pues el pulque, por ser una bebida “viva”, tiene que ser consumido antes de transcurran veinticuatro horas a partir de su fermentación.

La comercialización de este producto trajo grandes fortunas a los hacendados, a tal grado que recibieron el nombre de “aristocracia pulquera”.

El mercado indígena o tianguis

Los mercados indígenas actuales tienen su origen en la época prehispánica; en aquellos tiempos, hombres y mujeres acudían a un lugar fijo cada semana a vender o intercambiar sus mercaderías, adquirir lo necesario para su subsistencia y pagar sus tributos.

Durante la Colonia los tianguis se realizaban en los pueblos circunvecinos a los reales mineros. Los arrieros llevaban sobre el lomo de las recuas los insumos que demandaban los reales de lugares lejanos.

En el presente, los tianguis cumplen diversas funciones, como el intercambio de bienes de las relaciones sociales; ahí la gente se reúne para comentar cosechas o iniciar las relaciones de compadrazgo. Entre los meses de febrero y abril se venden las semillas para la siembra, en tanto que en octubre se ofrecen candeleros, sahumerios, ceras y flores de cempasúchil, para honrar a los muertos.

En el área otopame destacan por su importancia comercial los tianguis de Toluca, Santiago Tianguistengo, Jilotepec, Ixtlahuaca, y Atlacomulco, en el Estado de México; Ixmiquilpan y Tulancingo, en Hidalgo.

La pesca

Para los pueblos cercanos a ríos y al litoral, la captura de diversos animales acuáticos ha sido actividad tradicional que se realiza para su complementación alimentaria. La pesca se caracteriza por una tecnología que comprende el uso de balsas y canoas con remos, así como diversos tipos de arpones, fisgas y redes.

Entre las redes destacan el chinchorro y la atarraya, siendo la primera de forma rectangular, tejida en malla, llega a medir hasta cuatro metros de largo y de dos a cuatro de ancho.

En continua transformación

Por la selva lacandona ha pasado una multitud de evangelizadores, medereros, comerciantes, funcionarios de gobierno, cineastas e investigadores, nacionales y extranjeros. Simultáneamente se han establecido de forma definitiva mestizos, tzeltales, tojolabales, choles y tzotziles. Asimismo, muchos caribes han viajado por el país y el extranjero.

Este contacto con otras realidades, ha influido en la cultura de los jach winik, más de lo que pareciera a primera vista. Algunos han aprendido a manejar el asombro que su cultura causa en los fuereños, mientras que otros han adquirido conocimientos técnicos para el estudio y comprensión de su propia cultura, como es el caso de Ricardo Obregón, quien recopila y almacena en una computadora información sobre la flora regional.

Una de las actividades más importantes en el desarrollo de las sociedades preclásicas y fundamentales en el surgimiento de las grandes culturas mesoamericanas fue el intercambio de materias primas y objetos, así como de ideas y conceptos manifiestos en su arte.

El Altiplano Central Mexicano participó en una amplía red que abarcó regiones muy lejanas, como la Costa del Golfo, Oaxaca, Guerrero y el Occidente. Estas actividades también se hacían en el mismo Altiplano en especial en la Cuenca de México, donde diversas comunidades estaban especializadas a nivel productivo y convergían en un centro que fungía como distribuidor de bienes.

Tanto a corta como a larga distancia se obtenía sal, piedras verdes, obsidiana, sflex, hematita, pigmentos, chapopote, azufre, alucinógenos, caparazones de tortuga, mantarrayas y conchas, que eran de gran valor para esos grupos, así como productos terminados, principalmente de uso suntuario, en especial cerámica.

Intercambio Inter-regional

La obsidiana, vidrio volcánico ampliamente utilizado por sus cualidades de corte, fue importante para establecer redes de intercambio; los yacimientos explotados de donde se obtenía para elaborar diversas herramientas fueron Otumba y la Sierra de las Navajas.

Otros productos de intercambio dentro del Centro de México fueron el algodón de Morelos y la cerámica de pasta gris del sur de Puebla.

Producción especializada y comercio

La producción masiva y especializada de ciertos productos, tanto para consumo interno como para exportación, así como el control estatal en la comercialización de algunos de ellos fueron factores que jugaron un papel de gran importancia en la estructura económica de Teotihuacan.

Testimonio de esta especialización de cerámica para consumo local, por ejemplo, es el área de talleres de producción de cerámica “Anaranjado San Martín” en la zona sur de la ciudad.

Otra estrategia empleada por el estado teotihuacano fue la de monopolizar la fuente de materia prima como en el caso de las minas de Obsidiana de Pachuca.

Complementando estos mecanismos de producción y distribución, Teotihuacan estableció una red comercial que sirvió de ruta de intercambio y que llevó muchos de estos productos hasta los confines de Mesoamérica.

La vida en las Chinampas y los recursos Lacustres

Las ciudades de México-Tenochtitlán y su gemela Tlatelolco se caracterizaron por haber sido construidas en islas surgidas de promontorios lodosos en la margen occidental del lago de Texcoco; estas urbes aprovecharon las experiencias de los pueblos chinampecos de Xochimilco, Tláhuac y Mixquic para llevar a cabo su crecimiento urbano a partir de la construcción de chinampas, que asemejan a las islas artificiales de planta rectangular.

Para edificarlas sembraban ahuejotes –árboles muy resistentes a la humedad- en las esquinas: a continuación delimitaban cercados dentro del lago con maderas, rellenándolos con capas sucesivas de lirios acuáticos y fango, que daban fertilidad a los cultivos de maíz y otros vegetales que constituían la milpa o cosecha indígena. Las chinampas quedaban separadas por canales, que a su vez, constituían vías acuáticas de gran efectividad para la comunicación de las ciudades.

Los mexicas, en este ambiente acuático, desarrollaron con gran éxito la explotación de los recursos lacustres; su alimentación dependió en gran medida de la pesca, la caza de patos, garzas y otras aves del ecosistema, la captura de batracios y serpientes, y el aprovechamiento del abundante y nutritivo plancton.

Los Pochtecas y las rutas comerciales

Los comerciantes o pochtecas fueron los verdaderos artífices de la actividad cambiaria durante la época mexica. Ellos trazaron eficientes rutas comerciales que los comunicaban con todos los ricos territorios que componían el imperio. Estos pochtecas regresaban a México-Tenochtitlán, cargados de diversos productos, entre los que destacaban, los valiosos artículos santuarios, que sólo los nobles o pipiltin podían adquirir y lucir con orgullo: pieles de venado y jaguar, copal, jade, turquesa, oro y plata; diferentes tipos de concha y sal traídas desde las costas, así como plumas preciosas de las aves que sobrevolaban, en aquellos tiempos, los cielos mexicanos.

Por otra parte, México-Tenochtitlán impuso, a través de la guerra, un férreo sistema de tributaje a las provincias sometidas. De esta manera, llegaron a la “ciudad de Huitzilopochtli” enormes cantidades de maíz, frijol y granos varios, como lo muestra la documentación conocido como la “Matrícula de Tributos”; cabe señalar que Soconusco chiapaneco arribaba al preciado caco, usado también como moneda.

Fueron el tributo y el comercio los sólidos pilares que sostuvieron la economía estatal del mundo mexica.

Economía y comercio

En tiempo de los mexicas, la base económica era mixta y muy compleja,

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