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Historia.


Enviado por   •  19 de Mayo de 2014  •  Ensayos  •  1.494 Palabras (6 Páginas)  •  160 Visitas

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Parece que nos acercamos a tener una «cultura planeta- ria», pues hay una tendencia a la convergencia de otras for- mas de cultura. Esa cultura planetaria nacida en el Medite- rráneo, empezó a expandirse desde el siglo XVI con influen- cia en todas partes donde había una cierta cultura en formación aunque fuera muy en sus inicios, cerrada, y esto fue posible por los adelantos en la técnica de la comunica- ción. Aunque es difícil en una esfera encontrar un «centro», se consideró que fue Roma el centro, primero con la romani- zación y, desde el siglo XVI en que ocurrieron el descubri- miento de América y la circunnavegación del planeta, se vio la progresiva influencia del centro de irradiación. El doctor Luis Villoro hizo el favor de regalarme uno de sus libros «El Concepto de Ideología», en donde toca va- rios de esos puntos, por lo que basándome en él, elaboré estas notas. La marcha hacia una cultura universal no ha sido por «consenso» entre iguales sino una manifestación de dominio con mayor o menor violencia. En la historia de los pueblos ha habido siempre el predominio de una cultu- ra general, acompañada de destrucción o sometimiento sobre las otras formas de manifestarse, y se ha impuesto la enajenación o la servidumbre, en África, Asia o América Latina sin que haya influencia recíproca; y los nacionalis- mos culturales han ido desapareciendo o quedando redu- cidos a mero folklorismo. Pero la especie humana necesita del conocimiento para lograr lo que, en otros ámbitos, se obtiene por instinto: una orientación permanente y segura de sus acciones. Esto podría contrariar a un historiador, puesto que, a pri- mera vista, éstos no se distinguen de los entomólogos u otros científicos que saben mucho de abejas y otros bichos, pero hay que aceptar que la historia cumple una función: la de comprender el presente, y debe admitirse que los pue- blos primitivos se rigen por un pensamiento mítico que, a veces, tiene un origen genético. Por ello inventa leyendas –algunas de ellas muy bellas–, para explicar el nacimiento de instituciones que explican los interrogantes que los incitan a hurgar en el pasado. Es el Sentido de la Historia. No hay acción humana que no esté relacionada con un todo; los historiadores parten de esos lazos comunitarios que, si nos damos cuenta, tienen ciertas reglas y propósitos,

entre los cuales están el de establecer coherencia entre indi- viduos que tienen otros rasgos comunes, y dar conciencia de la propia identidad. La historia, sea la nacional, la regio- nal o la de la medicina, cumple con una doble función so- cial: por una parte aumenta la cohesión interior del grupo y, por otra parte refuerza la lucha frente a grupos extranjeros. Desde Herodoto que mostraba la relatividad de las creencias y costumbres de los diversos pueblos, la historia ha sido un estímulo constante a la crítica de las convenciones. Claro está que hay también estudios «anti-oficiales» que ponen en cuestión las versiones históricas en uso y tienden a desacreditar las ideologías vigentes, a cambiar las reglas de convivencia, porque esas historias están elaboradas asimis- mo por seres humanos cuya voluntad es cambiar lo que se presenta como inmutable. Entonces puede uno preguntarse ¿para qué la historia? A lo que puede responderse que para dar cohesión a una comunidad humana y para permitir al individuo asumir una actitud consciente ante ellos. Con ello se está insinuando que la historia constituye un pensamiento integrador a la vez que crítico, y que puede ayudar a la conso- lidación de los lazos sociales o, a la inversa, convertirse en un pensamiento de ruptura y de cambio. En la historia cada indi- viduo queda incorporado a la especie, en una comunidad de entes racionales. Si todos los humanos cobran un nuevo sen- tido al incorporarse a una comunidad podría preguntarse qué sentido tiene la especie humana en el cosmos. A esto no pue- de responder la historia (ni ninguna ciencia), pero si un acon- tecimiento cósmico futuro acabara con la humanidad, …sería para nosotros una necesidad dejar un testimonio de lo que fuimos. Ese sería el último móvil de la historia. Al iniciarse lo que puede ser la última etapa hacia una cultura planetaria, nos preguntamos si se puede llegar a ella sin desintegrar las culturas particulares. Por distintos que sean los movimientos intelectuales tienen en común el intento de recuperación de las características nacionales; que tienden a oponer una cultura propia a rasgos culturales que provienen de otros pueblos. Esto se llama nacionalismo cultural, que plantea un conflicto de valores imposible de superar. La construcción de un saber universal se

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