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Ideas Politicas


Enviado por   •  5 de Abril de 2012  •  1.859 Palabras (8 Páginas)  •  673 Visitas

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Durante el siglo XVII, en Inglaterra, se producen tres hechos relevantes:

ñLa Petición de Derechos (1628), que protegía los derechos personales

y patrimoniales. Presentada por el Parlamento y aprobada a la fuerza

por el rey Carlos I, al no respetar éste posteriormente las

reclamaciones que contenía se originó la Revolución Inglesa, que

acabó con la victoria parlamentaria y la decapitación de Carlos I en

1649.

ñEl Acta de Habeas Corpus (1679), que prohibía las detenciones sin

orden judicial. La redactaron los miembros del Parlamento durante el

reinado de Carlos II, para protegerse de prácticas entonces corrientes

que vulneraban los derechos de los acusados y de los presos.

ñ La Declaración de Derechos (1689), que consagraba los derechos

recogidos en los textos anteriores. Fue impuesta por el Parlamento, como

condición previa a su coronación, a la reina María II Estuardo y a su

esposo Guillermo de Orange. Se trata, por primera vez, de un verdadero

contrato, establecido entre lo s soberanos y el pueblo, también soberano.

El filósofo inglés Thomas Hobbes (1588-1679) propuso por primera vez que

el origen del Estado fuera un pacto entre todos los ciudadanos, negando así

el origen divino del poder, defendido por el absolutismo de la escolástica

medieval. Sin embargo, según Hobbes, a través del pacto los ciudadanos,

en nombre de la seguridad, han de renunciar a su capacidad de

autogobierno, ya que la libertad es considerada el origen del caos, debido a

la maldad innata que se atribuye al ser humano. Según Hobbes, el hombre,

en estado de naturaleza, es un lobo para el hombre: "Homo homini lupus".

Hobbes sólo reconoce a los ciudadanos el derecho a la seguridad, que ha de

garantizar el Estado, y el derecho a la desobediencia, sólo ejercible cuando

el Estado no garantiza esta seguridad a los ciudadanos.

"La condición del hombre (...) es una condición de guerra de

todos contra todos, en la cual cada uno está gobernado por su

propia razón (...) Y, por consiguiente, mientras persiste ese

derecho natural de cada uno con respecto a todas las cosas no

puede haber seguridad para nadie (...) El único camino para

erigir semejante poder común, capaz de defenderlos contra la

invasión de los extranjeros y contra las ofensas ajenas (...) es

conferir todo su poder a un hombre (...) Porque en virtud de

esa autoridad que se le confiere por cada hombre particular el

Estado posee y utiliza tanto poder y fortaleza que por el terror

que inspira es capaz de conformar las voluntades de todos

ellos para la paz en su propio país y para la mutua ayuda

contra sus enemigos en el extranjero."

Thomas Hobbes. Leviathan (1651). [1]

El también inglés John Locke (1632-1704), es otra figura capital de ese

siglo. Considerado el padre del liberalismo moderno, propuso que la

soberanía emanaba del pueblo y pese a aceptar la visión contractualista de

Hobbes, consideraba que los ciudadanos poseen unos derechos a los que

no pueden renunciar. Mientras que la teoría de Hobbes pretendía reforzar el

papel del Estado, Locke tendía a disminuirlo mediante dos recursos: el

refuerzo de los derechos individuales y el establecimiento de la separación

de los poderes legislativo y judicial (anticipándose en esto a Montesquieu).

"Ningún edicto u ordenanza, sea de quien sea, esté redactado

en la forma que lo esté, y cualquiera que sea el poder que lo

respalde, tiene la fuerza y el apremio de una ley, si no ha sido

aprobado por el poder legislativo elegido y nombrado por el

pueblo. Porque sin esta aprobación , la ley no podría tener la

condición absolutamente indispensable para que lo sea, a

saber, el consenso de la sociedad (...) El poder legislativo no

debe ni puede transferir la facultad de hacer leyes a ninguna

otra persona; porque tiene que dejarla allí donde el pueblo la

situó."

John Locke. Dos tratados del gobierno civil (1690). [1]

Pero la idea de fundamentar el Estado en un contrato de hecho no era

nueva, ya existían precedentes en el mundo griego y romano, mientras que

el derecho a la rebelión, incluso al tiranicidio, se había contemplado en

distintas culturas y momentos históricos, como justa medida extrema en el

caso de abusos manifiestos por parte de la autoridad. La novedad ahora

consiste en la determinación del tipo de contrato concreto que acabará

justificando la existencia de una sociedad y un poder determinados: es decir,

cuales son las partes contratantes y cuales son

...

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