Iglesia En La Edad Media

La iglesia en la edad media

La edad media es un periodo de la historia que transcurre entre el siglo IV y el siglo XV, abarcando, desde la caída del imperio romano, hasta el desmoronamiento del imperio Constantino; este periodo de la historia está marcado por grandes acontecimientos, uno de ellos fue las cruzadas, expediciones cristianas encargadas de conquistar Medio Oriente y recuperar tierras santas.

Mientras el Imperio Romano sufría su inevitable colapso, producido por las recientes invasiones, la fundación de nuevos reinos y el evidente descenso del comercio, imperios como el Bizantino y el de Carlo Magno, lograron consolidarse como “superpotencias” de la época; además, la aparición de novedosos artefactos tecnológicos y nuevas técnicas de labrado, hicieron de este periodo una época prospera en cuanto a desarrollo y economía se refiere.

Respecto a la sociedad medieval, esta se caracterizaba por manejar una jerarquía de estamentos, la cual estaba dividida en tres grupos: Aristocracia, iglesia y campesinado. Este último, mejor conocido como “estado llano”, era el responsable de las labores agropecuarias y el centro indiscutible del sistema feudal implementado en esa época; este sistema fue producto de una concepción individualista que se desarrolló frente al poder absoluto del monarca, la cual incorporó un sistema donde el monarca nombraba un noble para que administrara su territorio y recibiera el pago correspondiente a los impuestos del mismo.

A medida que el sistema feudal se fue lentamente incorporando a la sociedad medieval, la tímida y sutil imagen de la recientemente conformada iglesia católica se fue transformando en sinónimo de poder y dominio gracias a la perspicaz decisión de adquirir parcelas de tamaños modestos para subsistir de la renta que estos generaban, aunque en primera instancia, la iglesia católica no era consciente de lo que significaba contar con terrenos aptos para la agricultura en ese entonces.

Dejando un poco de lado el asunto del poder económico que caracterizaba a la iglesia medieval, esta era conocida por ser el centro de las actividades cotidianas de la sociedad feudal, donde la figura del obispo y del cura eran símbolo de la imposición y dictamen de las normas, comportamientos y costumbres permitidos en esa época. Además del cura y del obispo, también conformaba la iglesia los monjes, quienes habitaban monasterios ubicados lejos del entorno social, los frailes y los sacerdotes que habitaban los conventos, que en su mayoría eran financiados por las donaciones e indulgencias de los fieles con el increíble pretexto de perdonar sus pecados y de salvar sus almas de la pena eterna.

Estos entes eclesiásticos fueron los encargados de convertir al 95% de la sociedad medieval al cristianismo, empleando desde técnicas pasivas de convencimiento, hasta métodos extremistas impulsados por la violencia, eliminando todo indicio de rebelión contra la iglesia o práctica de religiones distintas a la establecida. Doctrinas paganas fueron satanizadas, así como prácticas ancestrales fueron prohibidas y aunque los practicantes de la religión Católica eran protegidos por su iglesia, esta ingenió un método para mantener a su fiel congregación de su lado. A este se le llamó excomunión, y su fin principal fue obligar a los seglares a obedecer los mandatos de la iglesia, aunque se debe resaltar que esta medida también tenía fines económicos y estaba relacionada con aspectos políticos, en donde se buscaba defender a la iglesia, a sus miembros y a sus tierras de los Mundanos y de sus posibles intentos por robar el poder.

Por otro lado, los recientes incidentes

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