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Invasiones Barbaras


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2012  •  4.440 Palabras (18 Páginas)  •  1.696 Visitas

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Invasiones bárbaras

La irrupción de los pueblos germánicos de origen indoeuropeo a partir del siglo II, y la posterior destrucción del Imperio romano de Occidente, modificaron la historia de Europa occidental, al hacer posible el surgimiento de una nueva civilización basada en la simbiosis de elementos latinos y germánicos. Este hecho dio lugar a una nueva etapa de la historia, conocida como Edad Media. De los mandatarios bárbaros, destacó Teodorico, rey ostrogodo, quien intentó mantener una continuidad con el pasado romano, en el tránsito al siglo VI.

Origen de las invasiones

A todo lo largo de las fronteras norte y sur del Imperio romano existía un numeroso grupo de tribus, siempre prestas a la invasión, que Roma había mantenido a raya durante siglos, a veces por medio de las armas y en ocasiones comprando la paz. De estos pueblos (que los romanos llamaban genéricamente «bárbaros») destacaron los germánicos. Entre los siglos II y IV, los miembros de diversos pueblos bárbaros pactaron alianzas defensivas con los emperadores romanos y se establecieron dentro del territorio imperial como colonos, federados o soldados.

Todo este proceso fue consecuencia de un gran movimiento migratorio que tuvo lugar en toda el área euroasiática. Las civilizaciones que habían formado Estados en territorios muy extensos y con una sólida administración centralizada -entre los que destacaba básicamente Roma- fueron invadidas por poblaciones llegadas del norte. Los pueblos nómadas de Asia septentrional fueron desplazándose hacia el sur, entre los siglos I y IV. Esto provocó que los hunos, desplazados desde el este del mar Caspio hacia el oeste, desestabilizasen a los pueblos germánicos, los que, a su vez, invadieron el Imperio romano. Aunque no se conocen a ciencia cierta las causas de estas migraciones, se cree que se debieron a un incremento demográfico.

Primeras invasiones

Hacia el año 370, los visigodos, presionados por los ostrogodos, se vieron obligados a cruzar la frontera del Imperio romano y derrotaron en la batalla de Adrianópolis (378) al emperador Valente. En el año 395 se desplazaron nuevamente hacia Grecia e Italia donde saquearon e incendiaron Roma en 410, bajo el mando de Alarico. Hacia el año 415 los visigodos se establecieron en Aquitania e Hispania, como federados de Roma. Fundaron el reino de Toulouse y, después de la caída del Imperio romano de Occidente, el reino de Hispania y Septimania, que pervivió hasta la invasión musulmana de 711. Los burgundios, presionados por los hunos, se instalaron en el valle del Ródano, cerca de Lyon. Los anglos, jutos y sajones pasaron, durante la segunda mitad del siglo V, del sur de Escandinavia a las islas Británicas, de donde expulsaron a los bretones, quienes se dirigieron hacia el noroeste de la Galia. Por último, los francos se desplazaron al sur desde la desembocadura del Rin y sometieron el reino de Toulouse en 507.

A principios del siglo V, hubo otra oleada de invasiones, por parte de los suevos y los vándalos, de origen germánico, y de los alanos, caucasianos. Los suevos se establecieron en Galicia y fundaron un reino que hacia 585 se unificó con el visigodo. Los vándalos y alanos fundaron un reino en África, reconocido como independiente por Roma en 442 hasta que Belisario, general del emperador bizantino Justiniano I, lo ocupó en 533.

Todos los pueblos que penetraron en el Imperio romano, a excepción de los vándalos y alanos, todavía reconocían la autoridad imperial con la que habían pactado alianzas; muchos jefes germánicos habían conseguido cargos en el ejército romano -a causa de la falta de efectivos entre los romanos- y en la jerarquía política.

Fin del Imperio romano de Occidente

Los hunos, dirigidos por Atila, entraron al territorio del Imperio romano, pero fueron derrotados por las tropas de Roma y sus aliados -visigodos, burgundios y francos- en la batalla de los Campos Cataláunicos, en la Galia, en 451. Como consecuencia de esta batalla, los hérulos y los ostrogodos consiguieron liberarse del dominio a que estaban sometidos por los hunos. Hacia 476, los hérulos, penetraron en Italia y depusieron a Rómulo Augustulo, último emperador romano de Occidente. En 488 Teodorico I, rey de los ostrogodos, entró en Italia, derrotó a los hérulos y estableció un reino, que se pretendió heredero de Roma. Restauró su organización administrativa y política, impuso el derecho romano y el latín siguió siendo la lengua oficial. A mediados del siglo VI, el ejército del emperador bizantino Justiniano I conquistó el reino ostrogodo y permaneció en Italia hasta que fue expulsado por los lombardos, también pueblo germánico, hacia 570.

Atila

(?-?, 453) Rey de los hunos (434-453). Dominó un amplio territorio en la cuenca del Danubio y el S de Rusia. Los emperadores romanos de Oriente y Occidente le pagaban tributo. Invadió el Imperio de Oriente (441) y cruzó el Rin (451). Su derrota ante romanos y visigodos en los Campos Cataláunicos, en la Champaña, frenó su avance. Después de su muerte, el Imperio huno se desintegró.

Clodoveo I o Clovis

(?, c. 466-París, 511) Rey franco (481-511). Su reino comprendía toda la Galia, exceptuando Borgoña, Provenza y Septimania. A pesar de sus esfuerzos no consolidó el Estado y sus hijos se repartieron el reino.

Lotario I: ( ?, 795-Prüm, 855) Emperador de Occidente (840-855). Primogénito de Ludovico Pío (Luis I el Piadoso), en 814 fue coronado rey de Baviera. En 817 recibió la dignidad imperial y en 825 fue asociado al gobierno del Imperio. A su muerte sus dominios quedaron repartidos entre sus tres hijos.

Annales Regni Francorum: Juramento vasallático en la época carolingia (757)

El rey Pipino celebró asamblea en Compiègne con los Francos. Y hasta allí se llegó Tasilón, duque de Baviera, quien se encomendó en vasallaje mediante las manos. Prestó múltiples e innumerables juramentos, colocando sus manos sobre las reliquias de los santos. Y prometió fidelidad al rey Pipino y a sus hijos, los señores Carlos y Carlomán, tal como debe hacerlo un vasallo, con espíritu leal y devoción firme, como debe ser un vasallo para con sus señores.

[Recogido en R. Boutrouche: Señorío y feudalismo. I. Los vínculos de dependencia (Madrid, 1980, p. 284).]

Annales de Saint Bertin: Tratado de Verdún (843)

[...] Llegado Carlos, los hermanos se reunieron en Verdún. Allí fue hecho el reparto: Luis recibió todo el territorio más allá del Rin, las ciudades

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