Izquierda, régimen político, cuestión social y cuestión ética en Argentina
catagiacomettiInforme14 de Junio de 2016
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Izquierda, régimen político, cuestión social y cuestión ética en Argentina. Ricardo Falcón
En las primeras décadas del siglo XX, el régimen del "80 comienza a evidenciar algunos síntomas de profundos desequilibrios. La economía parecía constituir el elemento más preocupante. Sin embargo, ciertos problemas políticos de envergadura y el estallido de lo que en la época se denominaría la cuestión social se vislumbraron como crecientes factores desestabilizantes. Las transformaciones económicas seguían siendo el elemento legitimante fundamental del la elite gobernante heredada del régimen del "80, pero el tratamiento de la situación política y social requería, al menos de un reajuste. El régimen político se caracterizó por ser restrictivo y exclusivista. La cuestión social ya había comenzado a manifestarse en la década de 1890, pero fue a partir de la huelga general de 1902 que hizo su plena irrupción en la escena nacional convirtiéndose desde entonces en un problema político de primer orden. Surgió un nuevo tema problemático que se relacionaba con la situación de los inmigrantes. Estos se relacionaban con la crisis del régimen político ya que se encontraban marginados por este y el movimiento obrero ya que los trabajadores extranjeros eran los centros urbanos los principales protagonistas de los movimientos huelguistas. La elite se mostró indiferente frete a la situación de amenaza. Las reformas electorales de 1902 y 1910 como intentos de depuración y ampliación del régimen político y el frustrado proyecto de "código de trabajo" y la legislación del trabajo que le siguió fueron los principales pasos de lo que se ha llamado "el reformismo oligárquico". La izquierda de la época también pensaba en la lucha por imponer una de las alternativas posibles a la crisis. Esta izquierda había adquirido un peso político sindical creciente en los primeros centros urbanos compuestos mayoritariamente por extranjeros, sus propuestas no eran indiferentes a la proposición en que el peso creciente se distribuiría entre las distintas corrientes que lo componían. El término izquierda denominó al conjunto de movimientos políticos expositores de ideologías que globalmente se podrían definir como "contestaciones sociales o si se quiere anticapitalistas. Dentro del movimiento de izquierda se pueden visualizar tres tendencias: La anarquista, la socialista y el sindicalismo revolucionario.
LOS SOCIALISTAS:
En la primera década del siglo XX la política de los socialistas ya había adquirido un perfil definido: "se trataba de la construcción de un partido basado en una doble estrategia hacia el socialismo. Por un lado se presentaba como un instrumento apto en la secuenciación de mejoras económicas y sociales para los trabajadores y por otro lado como un partido de reformas democráticas, republicanas y "profundas". El nexo entre ambos aspecto se llamó "la acción política". La relativa consolidación de estas políticas como dominantes en las filas socialistas habían requerido un encarpado camino, que supuso etapas diferentes y la presencia de tendencias contrarias a las orientaciones que desde mediados de 1890, Juan B. Justo y su equipo imprimirían crecientemente a la política partidaria. Un breve análisis de esas alternativas de la política socialista reveló que los cambios y las polémicas apuntaban en lo esencial al corazón de las tres cuestiones centrales. El socialismo argentino enfatizó una orientación en la que se vinculaban estrechamente lo político y lo sindical. Se desprende la idea de la construcción de un partido socialista a partir del desarrollo del movimiento sindical. En 1894 se registraron dos fenómenos que contribuyeron a modificar sustancialmente el perfil de la acción socialista en Argentina:
- 1. Al calor de la reactivación económica se reanuda el movimiento huelguista, quien en 1895 y 1896 tendrá una intensidad especial, particularmente en Buenos Aires y Rosario.
- 2. Se incorpora al socialismo una serie de intelectuales, argentinos por nacimiento o naturalizados, que configuraron el proto-intelectual de la Izquierda en Argentina, y que rápidamente ocuparon los principales espacios dirigentes.
Dentro de los intelectuales que desarrollaron papeles principales en las filas del socialismo podemos mencionar: Juan B. Justo, Leopoldo Logones, Enrique Dickman, José Ingeniero, Ángel Jiménez, Nicolás Repetto, Roberto Payró y Nicanor Sarmiento entre otros. Una de las consecuencias de esos cambios introducidos en el año 1894, fue la iniciación de lo que se llamó la "argentinización del socialismo". La acción parlamentaria se utilizó como instrumento fundamental para la conquista de reformas democráticas generales y económicas y sociales de los trabajadores. La argentinización se combinó con la acción política en un punto fundamental: la necesidad de la naturalización de los extranjeros para que estos pudieran ejercer sus derechos electorales. En el Congreso desarrollado en el año 1896, José Ingenieros y Leopoldo Logones, lograron imponer enmiendas al proyecto original de la declaración constitutiva. Una de ellas corrigió la propuesta que preveía la posibilidad de alianzas electorales con otros partidos, las restantes se refirieron al empleo de otros medios. El Congreso aprobó las dos enmiendas y así en sus orígenes el partido socialista no excluís el recurso a una acción revolucionaria para la conquista del socialismo, aunque esta debía ser precedida por la "acción política". Hacia fines del silo, los anarquistas "organizadores" comenzaron a conquistar posiciones significativas en el seno del movimiento obrero, al mismo tiempo que iban extendiendo su influencia a otros sectores.
LOS ANARQUISTAS:
De los grupos pioneros de la década de 1880 surgieron dos grandes tendencias: Los anarquistas "organizadores" y los anarquistas "anti-organizadores", cuyo eje de discusión era la aceptación o el rechazo de ciertas formas de organización estables del movimiento, la participación en las organizaciones sindicales y en la lucha por las reivindicaciones parciales.
Entre 1890 y 1894 son los anarquista anti-organizadores quienes llevan la delantera. Al igual que los socialistas, los anarquistas organizadores encontraba dificultades para su predica en el marco social caracterizado por la desocupación y el reflujo del movimiento huelguista que había tenido lugar entre 1880 y 1890. En cambio, la acción predominante propagandista y agitadora de los anarquistas anti-organizadores encontraba un mejor escenario para su desarrollo. Los anarquista anti-organizadores se caracterizaron:
- 1. Tener tono antipoliticista
- 2. Ser antiestatista
- 3. Contar con una cerrada oposición al establecimiento de vínculos entre los anarquistas que fueron más allá de libre fórmula de "Grupos por afinidad"
- 4. Mostrar un fuerte rechazo a los principios de lucha de clase y consecuentemente a la participación en las organizaciones obreras y a las huelgas parciales
- 5. Llevaron adelante un continuo reclamo de la "propaganda por los Hechos".
Como los socialistas, los anarquistas adoptaron principios de la organización por grupos sobre la base de criterios de orígenes étnicos o comunidades lingüísticas. No obstante, la característica acerca de descentralizar que tenía la actividad anarquista hacía mucho más evidente la persistencia de estos criterios, a través de la proliferación de periódicos publicados en diferentes idiomas. Su antipoliticismo descarta cualquier preocupación por la naturalización de los extranjeros. El anarquismo organizado comenzó a expandir su influencia sobre los trabajadores extranjeros desde mediados de 1890 y en 1897 dio un paso decisivo en su consolidación como corriente, con la aparición de un periódico. La protesta funcionaba como una especie de "frente unido" de distintos grupos de anarquistas organizados. Los anarquistas organizadores fueron adquiriendo cada vez más un perfil "anarco-sindicalista", ya que visible en los últimos años del siglo XIX adquirieron rasgos definitivos en la década siguiente, particularmente por su acción en la FORA. Compartió con la otra sentencia su carácter de antipoliticismo y antiestatismo, se diferencia, sin embargo, por la admisión de formas organizativas federativas para el movimiento anarquista, y aceptaba la importancia de las organizaciones sindicales y de la lucha por las demandas parciales aunque siempre el camino a tomar era la huelga general insurrecional. En 1910 las tensiones llegaron al máximo en ocasión del centenario y la derrota de la huelga general de ese mismo año que marcó el fin de una etapa.
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