LA BATALLA POR NORTEAMERICA Y EL JUARISMO

En 1837, Antonio López de Santana regresa a su patria, pero cae en desgracia pues Texas no vuelve a ser parte de México.

En 1838 la armada francesa abre fuego contra el viejo fuerte español de Veracruz, el ataque sorpresa causa daños a los ciudadanos franceses durante las guerras civiles en México, Francia exigía una indemnización por las propiedades destruidas, los mexicanos se burlaban de los reclamos y fue así como le llamaron “La guerra de los pasteles”. La guerra de los pasteles fue un pretexto Francés para invadir México. Los mexicanos sorprendidos por como los franceses toman Veracruz, Santana al ver la oportunidad para reivindicarse se traslada hacia el lugar y toma el mando.

Cuando los franceses invadieron Santana estaba fuera de la presidencia y él le ofreció al gobierno combatir a los franceses; cuando se dirigía al puerto la armada francesa estaba a punto de partir y una lancha disparo contra los mexicanos, Santana cayó de su caballos, le habían quitado la mitad de la pierna izquierda. El miembro amputado fue llevado a la capital y encerrado en una cripta especial construida en una capilla de la ciudad. Luego de la partida de los franceses, Santana se jacto de su heroísmo en Veracruz con exagerado dramatismo.

“Hemos conquistado, sí hemos conquistado, la bandera de México ondea triunfante. Qué todos los Mexicanos olviden mis errores políticos, no me nieguen el único título que quero heredar a mis hijos, el de ser un buen mexicano.” –Antonio López de Santana

Cuando Santana toma el mando de nuevo, comienzan a haber muchos nuevos impuestos. A pesar de las perdidas económicas que sufrían los mexicanos, Santana tenía grandes cantidades de dinero en peles de gallos y otras cosas, se retiraba meses a su hacienda y ahí hacia las peleas de gallos, hacía apuestas a manos llenas.

“Todo hombre tiene derecho a disfrutar como le plazca siempre y cuando haga sus apuestas con otros caballeros. “ – Antonio López de Santana

Santana además de ser un jugador empedernido, era un mujeriego, tuvo muchas amantes y de ellas hijos ilegítimos, los mexicanos casi nunca se sintieron afectados por sus devaneos pero en 1844 indigno a todos al casarse con María Dolores Tosta de tan solo 15 años. Los enemigos políticos de Santana renunciaron y las tropas se revelaron rompiendo varias estatuas del dictador, la tumba de su pierna fue profanada y el amputado miembro llevado por las calles como en una procesión.

“Santo Dios, una parte de mi cuerpo perdida sirviendo a mi país sacada de su urna, en ese momento de dolor y frenesí decidí abandonar mi país de origen.” – Antonio López de Santana

Santana de nuevo en la desgracia huyó por las montañas disfrazado de comerciante y de ahí se marchó a Cuba, abandono a México cuando más lo necesitaba, en las vísperas de una guerra contra Estados Unidos. Santana se va al exilio en 1844, justo cuando James es selecto a la presidencia de Estados Unidos y hace la promesa de tomar Texas. Creía en la doctrina del estilos manifiesto que abogaba por una república en Norteamérica desde el Atlántico, hasta el Pacifico. Estados Unidos tendría un gran auge económico, las plantaciones de algodón en el sur prosperaban gracias al sistema esclavista y las fábricas en el norte señalaban el índice de la Revolución Industrial, los ferrocarriles conectaban el territorio de Estados Unidos y se expandía hacia el oeste. Estados Unidos necesitaba nuevos territorios.

En 1845 el presidente anexa formalmente la republica de Texas al territorio, el gobierno mexicano se enfureció y las relaciones diplomáticas con Estados Unidos fueron suspendidas, todo señalaba el inicio de una guerra. Los mexicanos temerosos de la guerra por lo inestable que eran sus gobiernos; Los políticos intentaban de convencer a los mexicanos de que ganarían la guerra.

México era un obstáculo para que Estados Unidos pudiera tomar su sueño de extenderse de costa a costa, grandes extensiones del Oeste, California, Nuevo México, Arizona y Nevada habían pertenecido a México desde los tiempos de los conquistadores. El presidente de Estados Unidos se dio cuenta que la excusa perfecta para la guerra era la vieja disputa entre México y Texas.

En la primavera de 1846, tropas

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