LA DIFUSION DE LAS IDEAS Y LA CRITICA
expres2.014 de Enero de 2015
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LA DIFUSION DE LAS IDEAS Y LA CRITICA: PERIODICOS, REVISTAS Y ESPACIOS PUBLICOS
Las grandes transformaciones en el campo de las ideas y del conocimiento se difundieron de manera notable, en las últimas décadas del siglo XIX, gracias a la aparición de una prensa de alcance masivo. Hasta ese momento, la difusión del conocimiento había estado circunscrita a pequeñas minorías. Una forma muy efectiva de control de la información por parte de las minorías privilegiadas fue la censura. Pero a medida que se fueron imponiendo los gobiernos liberales se fue extendiendo la libertad de prensa.
Las ideas de la burguesía liberal—que en la primera mitad del siglo XIX fue a través de periódicos clandestino de poca y difícil difusión— encontraron en los diarios el vehículo más importante para difundir sus ideas políticas. No obstante, estas publicaciones eran consumidas por un público limitado a aquellos grupos sociales de un elevado nivel de instrucción y preocupados por
Este importante incremento en las ediciones transformó al periodismo en un negocio atractivo y se crearon grandes empresas, sustentadas en los avisos publicitarios y en las ventas de diarios, independientes de los partidos políticos.
Mi opinion sobre este tema es que es como consecuencia de la Revolucion Industrial, y se enfoca en el despertador americano.
Es el tiempo que nos toca vivir. Las diferencias económicas se acrecientan, pero los medios de comunicación cada vez están más a nuestro alcance, ya tenemos los ejemplos de los países árabes que iniciaron cambios sustanciales a partir de las redes sociales. Hay países tan avanzados como Corea del Sur, donde planean eliminar los libros de texto y otorgarle a cada niño su respectiva computadora. ¿Qué sucederá con el libro?, lo mismo que sucedió con los libros escritos por los amanuenses, con aquellas bellas caligrafías; pertenecerán a museos y bibliotecas que los resguardarán para ser consultados por los investigadores. Aunque por la facilidad en su uso, que tienen los libros como objeto, es casi imposible que sean aniquilados por completo.
En Europa y en muchas partes del mundo, en los principales diarios, no dejan de hablar de la nostalgia del libro como objeto (y hasta de la estantería). Dedican columnas completas a hablar sobre los beneficios del libro y de los materiales impresos, de lo frío que resulta leer en un iPad, Kindle o ebook. Hasta en la música se quejan de los avances tecnológicos; porque ahora hay tantos músicos en la red, que es imposible rastrearlos. Lo mismo sucede en el ámbito editorial; ahora es tan fácil publicar a través del internet, que ya no sabemos qué leer. Es un mal que debemos padecer en nuestros tiempos; pero qué sucedía antes, cuando sólo podían publicar aquellos que tenían posibilidades económicas o vivían en las capitales del mundo. Por qué ahora se quejan tanto de que haya mayores posibilidades. Cuando antes, los que escribían libros no avalados por la Santa Inquisición, eran mandados a la hoguera. Ahora, las posibilidades de publicar no se quedan en unos cuantos. Lo mismo sucede con la información, con el conocimiento; por tal motivo, si podemos hacerle llegar a más personas todas las ideas posibles, ¿qué tiene de malo?
El mundo seguirá su curso y el destino del libro no está definido; pero bien sabemos que cuando se inventó la imprenta, fue por la necesidad de difundir ideas; ahora tenemos las oportunidades al alcance de todos, obviamente, de aquellos que tengan acceso a la tecnología; que también resulta otro reto
La difusión de las ideas
Uno de los objetivos principales de la imprenta, era la difusión de las ideas. Entre ellas, las ideas evangelizadoras. Según explica Gerardo Kloos*, “la imprenta siempre fue vista como un ‘arma de la fe’, en un sentido utilitario, aunque limitado. Y fue en México
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