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LA GUERRA EN LA TRANSFORMACIÓN DE LA COTIDIANIDAD NASA

camila316Ensayo17 de Noviembre de 2017

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LA GUERRA EN LA TRANSFORMACIÓN DE LA COTIDIANIDAD NASA

La realidad de la sociedad colombiana y más aun de la dinámica rural en el sur del país ha sido ampliamente descrita y estudiada, pues el desarrollo de su cotidianidad es uno de los procesos sociales más particulares del territorio nacional y de alta trascendencia en el ámbito internacional, dado en parte a las condiciones geográficas y el desarrollo cultural ancestral que ha tenido el territorio, que se vio modificado y encausado por una nueva ruralidad que surge a mediados del siglo XX con ocasión del levantamiento de grupos al margen de la ley en contra de la institucionalidad y de la estructura estatal, aunado a la transformación del uso de plantas medicinales tradicionales propias de la cosmovisión de las comunidades indígenas de estos territorios hacia particulares con fines ilícitos, motivados por el rendimiento económico generado por la lucrativa producción de estas plantas de naturaleza |alucinógena para esos grupos ilegales que vieron con ello transformada su ideología y una razón para determinar el abandono de la causa con la cual justificaron inicialmente su insurrección.

Así Jesusa: una mujer nasa es el reflejo de la cotidianidad del territorio, narra la historia de una mujer nasa indígena  del cabildo de Monterredondo Cauca, que ve reflejada su niñez, arrebatada por la violencia, en los cuentos infantiles y los libros de aventuras y ciencia ficción que encontró en la biblioteca móvil de Monterredondo, que como es referido en Colombia 2020 (2017), es la representación de muchas niñas del país, las que han visto arrebatada su niñez por la pobreza, el conflicto armado y la conformación tradicional de la familia, donde se ven obligadas a desempeñar labores domésticas bien sea dentro de su hogar o como empleadas del servicio en otros hogares, en últimas, es la narración de una historia aislada que contiene tanto elementos comunes que parece salido de la ficción de su autor, pues no solo cuenta la realidad de las niñas en los territorios ancestrales sino que más allá, evidencia la realidad de los jóvenes que viven en los territorios afectados por el conflicto armado interno, donde un libro resulta ser un tesoro de incalculable valor.

no es más que la radiografía de la cruenta realidad que han vivido por décadas o incluso siglos las comunidades indígenas del territorio del sur de Colombia, narración del caso de mayor trascendencia en la realidad de la agenda social del país y de la que mayor severidad se ha dado en el sur de éste, explicita como los sueños de transformar la dinámica generacional de una mujer nasa se ve truncada no por la cosmovisión propia de su cultura sino por la implementación de elementos propios de la cultura occidental, por el despojo territorial, la falta de oportunidades, al abandono estatal, la estigmatización étnica y la infundada superioridad blanca, expresa como las condiciones de vida de las comunidades se vieron transformadas tanto para bien como para mal por la insurrección social y como eventualmente ello ha legitimado su actuar, así, es importante preguntarse en este punto, ¿Cómo transformó la guerra el desarrollo cotidiano de la comunidad nasa en el sur del país?, ¿el trasegar violento modificó la cosmovisión propia de esta comunidad?, en efecto ¿la narración del caso de Jesusa refleja la cotidianidad del territorio suroccidental del país transformada desde mediados del siglo XX?, interrogantes que más allá de pretender generar una discusión al respecto, tratan de sentar las bases de lo que será la esquematización de las transformaciones culturales vividas en los territorios nasa con ocasión de la dinámica propia del territorio, pues si bien es una realidad nacional, lo cierto es que la mayor afectación fue vista y vivida en estos territorios ancestrales.  

Una vez disertado el enfoque de este desarrollo académico, es importante determinar que más allá de dar un planteamiento del texto de Ojeda (2017), en el que se relata como el sueño de una mujer nasa de superarse a sí misma, de aportar a la transformación del territorio mediante la formación educativa, mediante la estructuración del pensamiento y la aspiración de aportar al cambio, con la carga de la sabiduría ancestral inculcada por su comunidad indígena y las enseñanzas de la vida trasformaron su realidad pero no cercenaron su proyección, sus sueños ni las aspiraciones que algún día llego a tener desde niña, punto de donde todo converge pero ante la cual no se limita esta disertación académica, pues lo aquí planteado, pretende ubicar en la realidad social ese relato, entender cómo ello representa no una narración ficticia o idílica desde la perspectiva del pensamiento y la motivación de la mujer sino como es la frentera e insuperable realidad, como la cotidianidad de las comunidades indígenas y de los campesinos en el territorio del Cauca se vio inmersa en una guerra en la que han tenido la mayor participación y la peor parte, es decir, es acercar lo que allí se establece a lo que se ha vivido en el territorio y como desde ese momento al día de hoy se ha vivido el proceso, las transformaciones que ha sufrido y la nueva perspectiva de vida que ahora se concibe.

Con respecto a la comunidad Nasa, valga decir, que son una de las comunidades indígenas más grandes del territorio Colombiano, con una estimación de unas 130.000 personas al último censo realizado en el país, que según Drexler (2007), habitan los Departamento del Cauca, Huila, el sur del Valle y Tolima, con asentamiento de más reciente creación en el Caquetá y Putumayo, en lo que respecta a su economía, se encuentra nutrida principalmente por la agricultura y el pastoreo, prácticas ancestrales, pero que se han visto relegadas por el despojo y la migración de mestizos y blancos a sus territorios, lo que según Ruiz (2016), ha llevado a que el trabajo foráneo como jornaleros o la búsqueda de empleos en ciudades cercanas se haya convertido en una realidad cada día más constante, si bien no representan un departamento o una estructura territorial como la que nos ha sido generalmente inculcada en el estudio del territorio colombiano y la división político administrativa del país, lo cierto es que la Constitución Política de Colombia del año 1991 en su artículo 63, reconoció la existencia de las tierras de resguardo, dotándolas además de protección al asignarles inalienabilidad, imprescriptibilidad e inembargabilidad, conceptos que visto de forma aislada no aportan mucho pero que al entenderlos en aplicación al territorio lo dicen todo, pues lo que ello comporta es la protección de la riqueza cultural y la diversidad étnica en el territorio y les asigna la posibilidad de delimitar su accionar y reivindicar de una vez por todas el dominio sobre los territorios que ancestralmente les ha pertenecido pero históricamente les ha sido negado, aunado a ello, el artículo 246 de la misma carta magna les otorgó la potestad del ejercicio de funciones jurisdiccionales dentro de ese territorio, es decir, no solo se les reconoce lo que siempre ha sido suyo en materia de espacio geográfico sino que además legitima y legaliza el control normativo y de la conducta dentro del territorio con sujeción a sus propias costumbres, dando con ello un importante salto al reconocimiento de la autonomía de las comunidades, aspecto importante para entender porque al hablar de la comunidad indígena y extender el estudio a su caso hace imperioso hablar en términos de colectividad, pues no es solo una cuestión de mero formalismo cultural y etnográfico sino que en sí es el reflejo de la connotación que el mismo ordenamiento jurídico colombiano les ha otorgado en aras de la garantía y respeto por sus derechos y que el desarrollo histórico les merece.

En lo que concierne al territorio visto desde el concepto generalizado en el estudio mestizo del mismo y enseñado dentro de la división política administrativa del país, se tiene que el Departamento del Cauca, lugar de mayor concentración indígena y más de la comunidad Nasa del país, ha sido escenario constante de guerra y actor importante en la cimentación del conflicto armado interno, si bien no es el centro de formación y estructuración u origen de los movimientos guerrilleros o paramilitares del país, si ha visto determinado su desarrollo por éstos, pues su actuar, se convirtió en el principal problema público del departamento y la mayor fuente de retraso del territorio, pues según Laurent (2005), en el Cauca desde hace más de cuarenta años han confluido actores armados ilegales tales como las guerrillas del EPL, ELN, M-19, FARC y el Movimiento Armado Quintín Lame, junto con la presencia de grupos de autodefensas (paramilitares) representados en el Bloque Calima. Lo que entonces evidencia la presencia de un conflicto armado interno con mayor ocurrencia dentro del límite del departamento, ello dejando de lado los procesos de colonización y conquista que arrebataron gran parte del territorio indígena y redujeron significativamente la población de esta colectividad étnica, así, entendida desde la generalidad la dinámica social y cotidiana del territorio con sujeción a lo que aquí fue expuesto con anterioridad y trata de ser desarrollado, es importante tratar de dar respuesta a los interrogantes planteados para con ello establecer como lo que contenido en el relato de Ojeda se evidencia en la realidad y como transformó los territorios ancestrales de los indígenas.

Al primer planteamiento resulta indudable que el conflicto armado interno reciente, ubicándonos a mediados del Siglo XX, con el surgimiento de las primeras guerrillas de corte marxista leninista llegando hasta la confluencia de otros grupos armados ya nombrados, aunados a la particular geografía montañosa y boscosa del territorio, modificaron el desarrollo cotidiano de las comunidades Nasa, pues tres puntos son claves para entender la transformación de la realidad y con ello del desarrollo cotidiano de estas comunidades, el primer punto del que se hace mención tiene que ver con miedo, enmarcado por las ofensivas militares tanto legales ejercido desde el poder coercitivo del Estado con utilización de grupos de policía y de ejercito hasta las propias acciones armadas de los grupos ilegales que como fue expuesto han participado con gran injerencia en el territorio, alcanzado en ocasiones luchas por el control del mismo, así, este marco de trasformación de la realidad tiene que ver con los hostigamientos, las tomas a los pueblos como la de Inzá en 1965 y Caloto en 1997, ambos ubicados en el departamento del Cauca, que no solo afectaron el desarrollo habitual de los territorios indígenas sino que de todos los pobladores en su generalidad, afectando severamente el desarrollo de la cotidianidad, sin embargo, el cruel reflejo del miedo y la represión como elemento constitutivo de éste, lo contiene el municipio con mayor presencia de indígenas Nasa, el municipio de Toribio Cauca, escenario de lucha armada y de violencia desenfrenada, pues como lo refiere Navia (2013), ha sufrido más de 600 hostigamientos y 100 tomas, lo que en términos estadísticos y/o numéricos lo ubica en el de mayor recurrencia de la guerra en el país, es decir, la dinámica del territorio se ha visto afectada por lo menos por un episodio mensual desde hace más de 50 años, pues si se parte de una operación aritmética básica, se tiene que de 600 hostigamientos en 52 años desde el surgimiento de las FARC, como primer movimiento armado ilegal de amplia connotación, se tiene que en promedio han sufrido 11 hostigamientos anuales y casi 2 tomas en el mismo periodo temporal, es decir, un total de trece episodios por año desde hace más de 50 años, reflejo de la absurda y reiterativa violencia, así las cosas, es inevitable establecer que la cotidianidad se vio afectada, por lo menos si se habla de una cotidianidad en relativa paz con anterioridad al periodo anteriormente enmarcado, pues casi que se convierte en una costumbre para cualquier territorio la ocurrencia de estos eventos, no obstante, partiendo de una construcción anterior y suponiendo que no hubiesen existido episodios de violencia a tal escala con anterioridad, la comunidad transformo su desarrollo cotidiano para habituarse a estas condiciones o como fue visto en Jesusa, el miedo que ahora se percibe como propio era un aliento frente a lo que había vivido, ello como el claro reflejo de la adaptabilidad de la población a estas condiciones, es decir, sin temor a la reiteración, las condiciones propias de la forma de vida de la población se han visto determinadas por la guerra y como elemento fundante por el miedo, por ende, las costumbres, el trabajo, el pensamiento e incluso las aspiraciones adquieren una connotación diferente en la que se ven dos consecuencias, o se sucumbe al miedo o se procura alejarse de ello, lo que inevitablemente lleva al segundo punto clave de la transformación de la realidad cotidiana.

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