“LAS NUEVAS GUERRAS”

 “LAS NUEVAS GUERRAS”

“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

Liddell Hart

INTRODUCCIÓN.

El objetivo del presente artículo es el describir las características de las nuevas guerras (Cuál es su origen, cuál es su objetivo, quiénes son los actores, cómo se organizan, cómo hacen la guerra y cómo se financian). El objeto de estudio son las nuevas guerras, el abordaje teórico o campo de acción se lo realiza desde el punto de vista de sus características y de las diferencias que existen, en relación a las clásicas guerras o viejas guerras.

Después de la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, aparecieron nuevas amenazas a la seguridad y defensa de los Estados, que se constituyen en fuentes de conflictividad como la lucha ideológica, los nacionalismos, la delincuencia organizada, el terrorismo, el narcotráfico, la extrema pobreza, la corrupción, el fundamentalismo religioso, etc., que han dado lugar al surgimiento de nuevos actores de la guerra: delincuentes, terroristas, milicianos, mercenarios, guerrilleros y subversivos que originan nuevas formas de guerra como: las guerras civiles, movimientos independentistas, guerras étnicas-religiosas, litigios fronterizos internos, inestabilidad política, revueltas sociales y otros. Por lo tanto, se puede afirmar que los conflictos entre Estados, regulados por las leyes internacionales y bajo modalidades simétricas, que en palabras de Clausewitz son la continuación de la política por otros medios, ya no son hoy en día la forma dominante de violencia o de conflictos bélicos, habiendo sido desplazados por los conflictos intra-estatales: “LOS ESTADOS HAN DEJADO DE SER ACTORES PRINCIPALES EN LA GUERRA”.

DESARROLLO.

Antes de describir las características de las nuevas guerras, es importante mencionar dos definiciones sobre la guerra. La primera se refiere a que la guerra es “la lucha armada entre dos o más naciones o entre dos bandos de una misma nación”^[1]. Por otro lado, el padre de la polemología Gastón Bouthoul define a la guerra como “la lucha armada y sangrienta entre agrupaciones organizadas”. Ambos conceptos nos demuestra que la guerra para ser considerada como tal, debe ser necesariamente armada y que puede ser desarrollada entre Estados, entre coaliciones de Estados o en conflictos intra-estateles; en consecuencia, resulta pertinente emplear el término de guerra cuando nos referimos a los conflictos que se desarrollan en el interior de un Estado.

En cuanto al concepto de “nuevas” guerras,  Mary Kaldor^[2] afirma que históricamente las guerras se libraban entre Estados por el control de los recursos. Esa situación está cambiando; la globalización del sistema neoliberal impulsada por occidente ha desplazado las guerras a la periferia de las grandes potencias donde los conflictos se desarrollan en el interior de los Estados entre tropas regulares e irregulares. Las "nuevas" guerras se basan en la política de la identidad, donde grupos humanos se movilizan en torno a una identidad étnica, racial o religiosa con el fin de demandar más poder del Estado.

Por otro lado Herfried Münkler^[3] afirma que las “nuevas” guerras no responden a los postulados de las guerras tradicionales entre los Estados; puesto que estas son una mezcla de guerra, crimen organizado y violaciones de los derechos humanos a gran escala, realizados por partisanos localizados dentro de los Estados fallidos. Estos son grupos armados que evitan una confrontación directa con las fuerzas del orden, usan tácticas irregulares para conseguir sus objetivos. Es la asimetría de la violencia bélica, es decir, no se enfrentan contendientes comparables con respecto a objetivos, fuerza y procedimientos de lucha.

Ambos conceptos sustentan la idea central del presente artículo: “LOS ESTADOS HAN DEJADO DE SER ACTORES PRINCIPALES EN LA GUERRA”. En el sentido de que la guerra ya no es un monopolio de los Estados y es evidente que la era de las guerras interestatales están en decadencia. Pero los conflictos no han desaparecido, sólo han cambiado de forma fenoménica puesto que las nuevas guerras han proliferado en todos los rincones del planeta, millones de personas han muerto en conflictos en África, Europa del Este, Oriente Medio, Asia y Latinoamérica; además que millones  han pasado a ser refugiados o desplazados, es por eso muy importante conocer sus características y consecuencias.

En cuanto a su origen, desde el punto de vista de Münkler, el fracaso del sistema Estatal y la debilidad de la estructura de los “Estados fallidos”, ubicados en su mayoría en la periferia del primer y segundo mundo dieron origen a las nuevas guerras; en cambio Kaldor atribuye su origen a la globalización, entendida esta como una mayor interconexión en lo político, económico, cultural y militar, que aparentemente está poniendo en juego la soberanía estatal al desdibujar las fronteras y al permitir el contacto de más personas a niveles que el aparato estatal no puede controlar. En consecuencia, las nuevas guerras se desarrollan debido a la erosión del Estado y la desintegración de formas de cohesión de su población.

Desde la perspectiva legal, las guerras clásicas entre Estados se caracterizan por el cumplimento por parte de los Estados, de las leyes del Derecho Internacional. Como ejemplo tenemos el convenio de Ginebra, relativo al trato con los prisioneros de guerra. Las actividades hostiles se inician con una declaración de guerra y terminan con un tratado de paz. Las “nuevas” guerras no cumplen este modelo, razón por la cual estos grupos no son considerados combatientes por parte de los Estados y de los Organismos Internacionales y por lo tanto no tienen derecho a negociar.  

La característica principal de las nuevas guerras, es que el monopolio de la violencia ya no se encuentra en manos del Estado, ahora surgen nuevos actores bajo el común denominador de señores de la guerra: delincuentes, terroristas, milicianos, mercenarios, guerrilleros y subversivos, que usan la situación de guerra para su propio beneficio. En consecuencia la violencia se ha privatizado y se ha convertido en un negocio rentable para estos actores.

En las guerras clásicas, las fuerzas de los contendientes están organizadas en forma son masiva, son profesionales, llevan un uniforme que distingue a enemigos y amigos; en cambio en las nuevas guerras se forman grupos irregulares con armas ligeras donde no es posible distinguir a los combatientes de los civiles no combatientes.

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