LICENCIATURA
BelindaMohaupt5619 de Octubre de 2014
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Expropiación del petróleo en México
Monumento a la Industria Petrolera de México, obra del escultor Juan Fernando Olaguíbel y del arquitecto Vicente Mendiola inaugurada en 1952.
La expropiación del petróleo en México fue un acto de nacionalización de la industria petrolera llevado a cabo en 1938, como resultado de la aplicación de la Ley de Expropiación de 1936 y del Artículo 27 de la Constitución Mexicana a las compañías que explotaban estos recursos, mediante el decreto anunciado el 18 de marzo de 1938, por el presidenteLázaro Cárdenas del Río.
Éste consistió en la expropiación legal de maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, estaciones de distribución, embarcaciones, oleoductos y, en general, todos los bienes muebles e inmuebles, de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila (subsidiaria de la Royal Dutch Shell), la Compañía Naviera San Cristóbal, la Compañía Naviera San Ricardo, la Huasteca PetroleumCompany (subsidiaria de la Standard OilCompany de New Jersey, que cambió su nombre a AmocoCorporation), la Sinclair Pierce OilCompany, la Mexican Sinclair PetroleumCorporation, la Standford y Compañía, la PennMex Fuel Company, la Richmond PetroleumCompany, la California Standard OilCompany of Mexico (hoy ChevronCorporation), la Compañía Petrolera El Agwi, la Compañía de Gas y Combustible Imperio, la ConsolidatedOilCompany of Mexico, la Compañía Mexicana de Vapores San Antonio, la SabaloTransportationCompany, Clarita Sociedad Anónima y Cacalilao Sociedad Anónima, así como de sus filiales o subsidiarias, con la promesa de pagar a los afectados en un período de diez años conforme a derecho, debido a que estas compañías, constituidas bajo leyes mexicanas, se habían rehusado a acatar la sentencia emitida por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje a favor del pago de mejores salarios a los obreros y trabajadores de esta industria, la cual fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Orígenes de la industria petrolera en México y primeros inversionistas extranjeros
Sir WeetmanDickinson Pearson, visconde de Cowdray e inversionista británico, obtuvo concesiones en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, San Luis Potosí y Tamaulipas, fue accionista mayoritario de la Compañía Petrolera El Águila, la cual vendió a la Royal Dutch Shell.
En 1862 el primer pozo petrolero superficial fue perforado por el ingeniero de minas Antonio de Castillo en el estado de Tabasco. Durante su régimen imperialista, Maximiliano de Habsburgo emitió un decreto que permitía explotar el petróleo en México siempre y cuando se hiciera con la anuencia del gobierno mexicano, de esta forma otorgó 38 concesiones petroleras a particulares. En 1869, en Veracruz se inició la explotación de las chapopoteras de Furberos.1
En 1886, bajo el régimen porfirista, las primeras refinerías que comenzaron a operar en Veracruz fueron El Águila, obra de los estadounidenses Samuel Faribum y George Dickson, y la de la empresa estadounidense Water Pierce OilCompany de Henry Clay Pierce y William H. Waters, empresa subsidiaria de la Standard OilCompany, que años más tarde se convirtió en el Grupo Sinclair Pierce Oil. En 1890 se estableció la Compañía Petrolera Mexicana de California en San Luis Potosí. En 1896 el Grupo Sinclair construyó una refinería entre la desembocadura del río Pánuco y la ciudad de Tampico.2 En 1901, la Compañía Petrolera Mexicana de California comenzó a perforar el primer pozo petrolero en Ébano, San Luis Potosí. Dos años más tarde estableció la primera refinería de asfalto de América Latina, asimismo continuó las exploraciones hasta contar con 19 pozos petroleros.3
En 1901, el británico sir WeetmanDickinson Pearson comenzó a invertir en el negocio petrolero mexicano con su compañía Pearson & Son, en 1906 organizó a la Compañía de Petróleo el Águila y construyó la primera refinería de Minatitlán, Veracruz, gracias a su amistad con políticos mexicanos consiguió permisos para explorar nuevos yacimientos en los estados de Campeche, Chiapas, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. En 1909 reorganizó el consejo de administración de El Águila invitando a participar al gobernador del Distrito Federal, Guillermo de Landa y Escandón, al gobernador de Chihuahua, Enrique C. Creel, al presidente del consejo de Ferrocarriles Nacionales, Pablo Macedo, al presidente del Banco Central Mexicano, Fernando Pimentel y Fagoaga, al empresario Enrique Tron y al coronel Porfirio Díaz Ortega, hijo del presidente. De esta manera El Águila pudo obtener ventajas sobre su competidora Waters-Pierce para posicionarse en la venta de productos en México. En 1910 El Águila manejaba el 50% del mercado nacional.4 Posteriormente, en 1918, la mayor parte de las acciones de El Águila fueron adquiridas por la Royal Dutch Shell.
En 1906, el inversionista estadounidense Edward L. Doheny fundó la Huasteca PetroleumCompany, en 1916 —con la ayuda de Ezequiel Ordóñez— perforó el pozo N.° 4 de Cerro Azul, en 21 años este pozo produjo 89 millones de barriles. Años más tarde la Huasteca formó parte de su grupo Pan-American Eastern Petroleum el cual terminó vendiendo a la Standard OilCompany de Indiana. Durante 35 años, la Huasteca y El Águila con sus filiales, fueron las compañías petroleras más grandes de México. La mayor parte de su producción fue exportada a Estados Unidos y Gran Bretaña.5
Explotación petrolera y política fiscal
Edward L. Doheny, inversionista estadounidense, en 1906 fundó la Huasteca PetroleumCompany que a partir de 1925 formó parte de su grupo Pan-American Eastern Petroleum, el cual, poco después, fue vendido a la Standard OilCompany de Indiana.
Durante el régimen de Porfirio Díaz, el ministro de Hacienda, José Yves Limantour, favoreció las inversiones de capital extranjero, pues creía que al abrir las puertas a los capitalistas de otras naciones los bienes llegarían a México por añadidura. Esta política extranjerizante que fue aplicada para la explotación de minas y petróleo sería más tarde repudiada por la mayor parte de los líderes de la Revolución mexicana.6
El 24 de diciembre de 1901, el gobierno de Porifio Díaz expidió la Ley del Petróleo, dentro de los privilegios se eximió el pago de impuestos de importación de los equipos necesarios para explotar este producto, los capitales invertidos quedaron libres de gravamen de toda obligación fiscal por un período de diez años. Se permitió la compra de terrenos nacionales a precios de baldíos incluyendo un derecho de paso por terrenos particulares y una protección perimetral de 3 km en torno a la ubicación de los pozos petroleros. Desde la época de la colonia la legislación española separaba claramente la propiedad del suelo de la del subsuelo, este precepto siguió vigente en México desde su independencia hasta el 22 de noviembre de 1884 —durante los últimos días de la presidencia de Manuel González—, fecha en que se expidió el Código de Minería, por el cual se asimiló que, a partir de entonces, el propietario del suelo también lo sería del subsuelo; esta disposición era contraria a la legislación hispánica heredada desde la época virreinal, así lo había descrito José María Luis Mora —“En México no se da al propietario, como en Inglaterra, posesión de un terreno desde el cielo hasta el infierno sino sólo de la superficie”— en 1836.7 La ley petrolera promulgada en 1901, además de dejar en claro esta nueva disposición, señalaba que podían hacerse exploraciones y explotaciones en terrenos nacionales pagando al gobierno federal un 7 % de las utilidades y a los gobiernos de los estados en donde se ubicasen los terrenos un 3% adicional. Esta fue la situación legal en materia de petróleo que estuvo vigente durante las últimos años del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, hasta la promulgación de la Constitución de 1917.8
En 1901 la producción del petróleo fue de 10 000 barriles, pero la cifra aumentó paulatinamente hasta llegar a 12.5 millones de barriles en 1911, en contraste, los beneficios para México fueron pocos, este último año, el gobierno federal recibió por concepto del impuesto del timbre tan sólo la cantidad de 26 000 pesos. En 1909, una nueva ley del petróleo fue promulgada, con ella se dejó en claro que la propiedad de los depósitos de combustibles minerales y materias bituminosaseran derecho del dueño del suelo.9
Venustiano Carranza, presidente de México, por recomendaciones de la Comisión Técnica del Petróleo, impulsó la restitución de las riquezas del subsuelo a la nación, las cuales se habían cedido durante el porfiriato a los dueños del suelo mediante la expedición del Código de Minería de 1894 y la ley petrolera de 1901, ambas reglamentaciones contrarias al sistema legislativo español heredado desde la época colonial.
Una vez depuesto el régimen porfirista y siendo presidente Francisco I. Madero, a la Ley del Timbre se le impuso un gravamen de 20 centavos por tonelada producida de petróleo, es decir, un equivalente de 3 centavos por barril. Esta disposición, emitida el 3 de junio de 1912, fue repudiada por los gerentes de las compañías petroleras, quienes manifestaron que el impuesto que pagaban en Estados Unidos era menor al pretendido por el nuevo gobierno mexicano. Madero ordenó que las compañías petroleras declarasen el valor de sus propiedades pues no se conocía con certeza el volumen de los embarques que se exportaban. Por su parte, las compañías estadounidenses pidieron a su gobierno realizar una protesta diplomática, el embajador Henry Lane Wilson y el Departamento de Estado apoyaron la moción para
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