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La Cantante


Enviado por   •  24 de Abril de 2014  •  1.105 Palabras (5 Páginas)  •  256 Visitas

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Siempre admiré la voz y energía de Pilar. La conocí cuando iba al conservatorio; ella siempre rodeada de admiradores porque era guapa, yo siempre ensayando. Componía sus propias canciones y soñaba triunfar con la música. Yo nunca tuve más aspiración que tocar todos los fines de semana, porque la música era mi vicio y yo estaba bien sabido de que yo no era ningún genio. Con vos quiero cantar, me dijo cuando me escuchó una tarde de ensayo.

Al principio íbamos a donde nos invitaran, sólo pedíamos transporte. Teníamos poco repertorio y sufríamos cuando nos pedían que tocáramos más tiempo porque todavía no estaba listo el siguiente artista o no había llegado el funcionario que iba a hablar después de nosotros. Poco a poco empezamos a tocar mejor y Pilar empezó a componer. Empezamos a tocar casi sólo canciones de ella. Después de un tiempo empezamos a cobrar y empezamos a odiar la cantaleta de que no nos pagarían pero nos ayudarían a darnos a conocer.

En las presentaciones importantes llevaba teclado y guitarra. En las menos importantes llevaba sólo la guitarra. Hubo un tiempo en el que había mucho trabajo. Fue en la época en que ella conoció a un promotor que nos llevaba a muchas municipalidades para las ferias patronales. Conocimos casi todo el país. Era fácil que la aceptaran porque Pilar cantaba bien y era bonita. Lo que no le gustaba al principio a la gente era que cantara sus propias canciones. Hubo que ceder en el camino y tocábamos temas populares además sus canciones.

La época de presentaciones frecuentes duró unos cuatro o cinco años. En ese tiempo tuvimos suerte y un tema de ella sonó en la radio. Entonces hubo un poco más de dinero, entrevistas, apariciones en radio y televisión y alguna que otra intervención como teloneros de artistas internacionales. Fuimos un par de veces a Los Ángeles y a España.

Tuvo muchos novios, pero como los fines de semana se mantenía ocupada, no le duraban. Además, un sólo desplante de celos de alguno de ellos era motivo suficiente para nunca más volverlos a buscar. De uno de ellos estuvo muy enamorada y la mayoría de sus mejores temas fueron escritos pensando en él, aún años después de haberlo cortado cuando lo sorprendió con una edecán en un evento que tuvimos en el puerto.

A estas alturas del relato supongo que el lector está esperando que yo declare que fuimos pareja, que nos enamoramos y fuimos felices. Siento decepcionarte, lector, pero no hubo nada de eso. Ella, guapa y todo, me gustaba, por supuesto. Pero desde el principio supe que estábamos en ligas diferentes y que nunca íbamos a coincidir. Las historias de amor donde el perdedor conquista a la bella damisela están bien para las películas pero no sucede en la vida real.

Eso sí, algunas veces tenía suerte y en los pueblos alguna muchacha se acercaba y yo me dejaba querer. Me fue mejor en la época en que me dejé el pelo largo. Las que participaban en concursos de reina y perdían también solían ser más amigables. Rara vez el romance trascendía el fin de semana, pero no puedo quejarme en cuanto a compañía femenina. Entiéndase también que yo no era demasiado exigente: la mujer que me gustaba era la que se sentía atraída hacia mí.

Cuando

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