La Caída de Frondizi (de Enrique Alonso) resumen
Pablo Suarez UvietaResumen22 de Octubre de 2017
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ENRIQUE ALONSO
LA CAÍDA DE FRONDIZI
El 29 de marzo de 1962 es uno de los ejes en torno a los cuales se concentra y articula toda la política argentina contemporánea. Es además un acontecimiento simbólico: la metáfora del presidente que desposeído ya de todo poder continua llenando las formalidades del mismo, se presenta cotidianamente y durante 10 días e la casa de gobierno, está casi todo el tiempo incomunicado con respecto a los mandos que habían resuelto su derrocamiento.
En soledad hace fuerza de la misma y tiene la altivez de su función como servicio del pueblo, acepta cualquier menoscabo menos que le cercenen las funciones que corresponden sin discusión a su magistratura, se flexibiliza, acepta ceder en todos los terrenos, pero tiene la más aguda conciencia de que su derrocamiento inaugurara una era de cercamiento de los derechos del pueblo , de mengua para la grandeza incipiente de la Argentina.
El 29 de marzo fue una derrota de los sectores nacionales, pero el verdadero significado, la profundidad última de ese reflujo sólo parecía estar en la conciencia del presidente. El presidente deja su testamento político, una carta a sus amigos de la U.C.R.I donde está contenida su famosa frase “no me suicidaré, ni me iré del país, no renunciare”.
Frondizi teme que se prepare su eliminación física y no desea aparecer “suicidado”. Tampoco renuncia. Para torcer su voluntad deberán derrocarlo, aprisionarlo, deberán poner en marcha el aparato de fuerza que detentan. Se lo ha anunciado a los Comandantes en Jefe por todos los medios a su alcance. Y la propuesta de que se vaya de vacaciones o se vaya del país es rechaza con la misma fuerza.
¿Quiénes era esos mandos que se habían conjurado para voltear al presidente? Esas figuras desaparecieron luego totalmente de la escena. Nada quedó de su paso fugaz y si los recuerda es porque en diez días, en un plan maestro de combate, lograron lo no habían logrado sus antecesores en 30 y pico de golpes fallidos: voltear la magistratura presidencial.
Con un ejército que comunicaba al presidente que en la Conferencia de Punta del Este la Argentina debía votar por el alejamiento de Cuba del sistema interamericano. Con una marina que vetaba la conferencia de Uruguayana. Con un sector militar que negaba a su propio pueblo, al identificar al movimiento obrero aglutinado en el peronismo con una arrolladora marea comunista que había que contener como si se tratara del enemigo.
¿Qué elemento podía restituir al drama su grandeza? La respuesta: Frondizi fue en esos días encarnadura de la idea de la nación, como confluencia de todos los sectores y como proyecto de un país soberano y realizado. Luchaba contra los poderes que no tenían lealtades nacionales, que eran la representación del poder extremo interiorizado en la vida económica, social y política. Era una lealtad horizontal que prefería a sus pares de afuera.
VITOLO CON LOS MANDOS
El 29 de enero de 1962, el ministro del Interior. Alfredo Roque Vítolo, se reúne con las tres secretarios de las fuerzas Armadas, Rosendo María Fraga (general de división, Ejército), Gastón Carlos Clemente (contralmirante, Marina) y Jorge Rojas Silveyra (brigadier, Aeronáutica). Tras las conversaciones se firma un acta secreta. La cual dice:
“el objetivo de la reunión fue considerar la situación creada a raíz de las candidaturas a Diputados Nacional por la Capital federal y Vice-gobernador de la Provincia de Bs As de Juan D. Perón.
“el ministro del Interior informo acerca de las candidaturas de Juan D. Perón, señalando que había doble motivo que hacía imposible toda candidatura del ex presidente depuesto por la Revolución Libertadora. Una 1ª causa jurídica, en razón de que pesan sobre las mismas inhabilitaciones para el ejercicio de los derechos electorales. La ley establece que los rebeldes en causa penal serán eliminados del padrón respectivo. Perón fue declarado rebelde en distintas causas penales y por su condición de prófugo ha sido eliminado del Registro de Electores de la Capital Federal. En consecuencia no puede ser elegido quien no puede elegir.
“La 2ª razón es de carácter político, la Revolución Libertadora puso fin a un régimen negatorio de las libertades fundamentales y por un decreto Ley vigente está proscripto el partido peronista o cualquier otro que se le identifique y, la persona responsable directa del régimen abatido por la Revolución. El gobierno está firmemente dispuesto a impedir cualquier forma de retorno al sistema derrocado el 16 de septiembre de 1955. Ello sin prejuicio de que quienes fueron partidarios del ex dictador pueda organizarse en la legalidad, sumándose a la convivencia nacional con objetivos pacíficos y democráticos. Lo que está inhabilitado es Perón y su régimen.
Los señores secretarios militares coincidieron en señalar que las fuerzas armadas no intervienen en el campo político ni está en su misión interferir la acción política del gobierno. Pero ello no significaba en manera alguna que estén dispuestas a permitir la restauración del régimen de oprobio derrocado por la revolución libertadora ni el retorno de Juan Domingo Perón. Dejaron aclarado que en ningún caso su actitud estaba referida a la masa engañada y desviada sino al régimen totalitario instaurado por el ex dictador y aquellos que con el son responsables directos del agravio inferido a la Nación. El gobierno como las fuerzas armadas se oponen a la vuelta del peronismo.
Si el presidente había subido al poder con los votos peronistas. Su plan político consistía en una superación de los antagonismos del pasado. O sea en una síntesis que pusiera la fuerza política de la Nación al servicio de un proyecto de grandeza, compartido y generador de democracia. Obedece la devolución de los sindicatos y de la CGT a sus legítimos dueños, los trabajadores, el sostenimiento del principio de una sola representación por rama de producción para evitar que el movimiento obrero se fragmentara, el correlativo reconocimiento de una sola CGT como central única de los trabajadores, y el levantamiento gradual de las proscripciones e inhabilitaciones.
En la medida en que el presidente va imponiendo su política económica, que apunta en definitiva a la construcción de la industria pesada y a la integración geo-económica del país, el problema que subsiste es el problema político. Sostener ese rumbo económico mediante una ampliación de la soberanía popular y comenzar la apertura social que permita una justa distribución de los frutos del desarrollo. De ahí todo el intento de empleo de la violencia sea enfrentado con la máxima fuerza.
El presidente enfrentó una acción combinada de pinzas por vía de la aplicación del Plan Conintes un número determinado de militares peronistas eran confinados en prisiones argentinas, al mismo tiempo se preserva el poder obrero por considerar que el mismo constituía uno de los pilares insoslayables del esfuerzo de transformación del país y de consolidación de su soberanía.
EL CALLEJON
En declaraciones de Frondizi al periodista Rodolfo Pandolfi ha explicado en punto en estos términos:
“Yo resulte electo presidente con el voto de los peronistas. Después me vi enfrentado al peronismo y lo reprimí con extrema severidad. Pero cuando los justicialistas decidieron entrar en el juego institucional no podía ya proscribirlos…” “…Observe usted que todos los panfletos que circulaban en las fuerzas armadas, toda la propagan de azul y blanco o de los gorilas, decían que yo quería proscribir al peronismo para que los obreros se hicieran comunistas y hasta agregaban presuntas pruebas de esto. Decían que yo quería proscribir para que los peronistas, por resentimiento, por desesperación, se hicieran fidelistas. Explicaban que era mi plan de comunicación del país.”
“Mire la cosa desde otro punto de vista y vera que en ese momento, marzo de 1962, yo había podido devolver a la CGT a los obreros, había mejorado mi posición en las fuerzas armadas, había conseguido marcar una posición internacional independiente, había logrado éxito en el problema del petróleo, tenía la economía del país marchando. Solo me faltaba integrar a la clase obrera en el proceso político y no tenía sentido retroceder en este punto…” “…Pero invierta usted la solución. Piense que yo hubiera proscripto. El peligro no hubiera desaparecido, seguía en juego el problema de la sucesión presidencial. Y después se hubiera dicho que Frondizi no tuvo confianza en el pueblo .Y hasta los golpistas podían tener el pretexto de que yo había violado la legalidad, al proscribir y sacarme con esa excusa ¿O acaso no dijeron que me echaban porque intervine las provincias?
Desde el punto de vista del sector golpista de las Fuerzas Armadas, el momento era igualmente grave. Una consolidación del presidente en los comicios abría el camino para un segundo período de gobierno signado por las mismas orientaciones. La incorporación del sector obrero proscripto al sistema de instituciones equivalía a una ampliación de la cabecera de playa que mantenía Frondizi en el aparato del poder.
De manera que todas las variantes se presentaban como propicias al golpe. Es por eso que el presidente presiona para que la UCRI abra sus listas de candidatos a sectores extrapartidarios en busca de un espectro político amplio de representación. Peronistas, demoprogresistas, socialistas, conservadores, independientes integran un frente nacional tácito que se da en las nóminas ucristas en la medida en que se da en las nóminas ucristas en la medida en que los integrantes del partido oficial comprenden el punto de vista presidencial.
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