La Ciudad A Través Del Tiempo

¿Es importante estudiar la ciudad a través del tiempo? Según mi opinión la ciudad ha sufrido grandes cambios en su organización en general. A medida que pasa el tiempo, la ciudad y sus habitantes se adaptan a los cambios externos e internos que los rodean. Es importante estudiar estos cambios causados por diversas situaciones y procesos que se han presentado a medida que la historia avanza para poder entender cómo la presencia del ser humano ha influido fuertemente en las características de los lugares por donde este ha pasado, y ver como diferentes acontecimientos que quizás carecían de importancia en ese momento, ahora nos parecen impresionante e importantes.

Más adelante se nombraran las distintas épocas que han acondicionado el desarrollo de las ciudades, pero antes de esto hay que comprender el concepto de ciudad.

La Rae define este concepto como “Conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas.”

Se podría decir que la ciudad es un espacio geográfico, donde se concentran las relaciones sociales de producción de un terreno, desarrollado por el hombre donde se realizan construcción en forma continua con la finalidad de hogares o servicios destinados al público. Estos servicios aseguran condiciones apropiadas para los habitantes. En la ciudad se concentra generalmente un gran número de población, permanente y una sociedad cultural variada.

A continuación se nombraran las distintas épocas por las cuales la organización de las diversas ciudades ha tenido que enfrentar e ido adaptándose a los cambios según la necesidad de la sociedad.

Edad Antigua

Las primeras ciudades de la edad antigua, albergaban a los nómadas, que posteriormente se convirtieron en sedentarios estableciéndose cualquier lugar del que pudiesen obtener agua, como un rio o lago. Al obtener asentamientos estables, la gente comenzó a dividirse el trabajo, logrando especializaciones en distintas áreas de necesidad y junto a esto surgieron clases religiosas que contribuían a la vida intelectual. Como consecuencias, las ciudades contribuyeron al desarrollo del comercio y de la industria ejerciendo una función sustancial para en el nacimiento de las grandes civilizaciones

La racionalización del trabajo incremento el sedentarismo, causando la construcción de edificaciones para la veneración de los dioses o de las religiones.

Aunque la muerte dejaba ya de ser una magia, y pasaba a ser un tema que correspondía mas a un mito, en la cultura se mantenía la creencia de la vida después de la muerte, y existía un notable respeto por los muertos, sin embargo ahora los difuntos enterrados solo llevaban junto a ellos en sus tumbas algunos elementos del ritual religioso.

Los conocimientos en aéreas de agricultura y ganadería fueron creciendo, y los hombres ya presumían de entendimientos que les facilitaban el trabajo, como son los periodos de geminación y las estaciones del año. También hubieron avances en la pesca, donde ya se usaban anzuelos y redes. En esta etapa, se crea la imagen o ideal de la mujer como madre de los hijos, y entregada a ellos por completo abarcando su crecimiento y educación.

Con estas características como perfil de ciudad, (grandes ciudades que utilizaban estos métodos de construcción y orden social) existían distintas “Nacionalidades Neolíticas” (la cuenca del río Danubio, la alta cuenca del río Rin, al norte de la actual Italia, al sur de la actual Alemania o en los lagos de los Alpes de la región de Suiza), sin embargo hubo una que se destaco entre otras en la región mesopotámica: La ciudad de Ur. Esta ciudad destacaba por tus obras arquitectónicas, un gran puerto con bodegas y edificios comerciales, la forma y ubicación de sus templos y la facilidad de los habitantes en conseguir recursos o piedras preciosas con su forma de negociar.

En otras partes del mundo al igual que en Ur, se formaron grandes imperios, como Roma y Grecia, o en el Lejano oriente.

Edad media

A pesar de cambiar de época, la arquitectura presento pocos cambios en la sociedad, (los cuales serán nombrados más adelante); sin embargo, se pueden ver ciudades como Grecia, que no solo dividían el trabajo de sus pobladores, si no que la división afectaba también a sus ciudades. Esta diferencia es notoria entre Atenas y Esparta, siendo la primera una ciudad de cultura, donde se los cambios mobiliarios afectaban a edificaciones de educación, arte y cultura, y Esparta, una ciudad militar, se relacionaba con el entrenamiento para el ejército y talleres de maquinarias de ataque.

La diferencia entre esas ciudades también toca el tema político, donde en Atenas tenía una visión democracia y cultural, guiados por la dependencia, libertar e igualdad, en contraste con Esparta, la cual se veía manejada por el senado, conformado por dos reyes y veintiocho ancianos guiados por cinco Eforos.

En la arquitectura en ciudades romanas se presentan los sistemas arquitrabados griegos con soluciones en arco y bóveda en representación del espíritu de orden y grandiosidad de la política de esa época.

La construcción de templos se destaco en el imperio griego; estas se construían con cierto orden arquitectónico: el dórico, el jónico, el corintio, y en el periodo helenístico, el capitel compuesto

Las características del estilo dórico se reflejan en construcciones de madera, cuyas formas se transponen a la piedra. Se caracteriza por la columna de fuste estriado, con aristas vivas, sin basa; capitel formado por collarino, equino, ábaco cuadrado y entablamento que se divide en tres fajas, el arquitrabe, liso; el friso con triglifos que responden a las cabezas de las vigas transversales en las construcciones de madera y entre ellos las metopas, lisas o decoradas, que primitivamente servían para tapar los huecos entre las cabezas de las vigas; y rematando el entablamento, la cornisa saliente, con pequeños taquitos.

En cambio, el estilo jónico, presenta características como: una columna estriada que ya tiene cimientos; la extremidad, inspirado en modelos eólicos, tiene dos espirales encuadrando el equino, y el ábaco es más fino; el entablamento nos ofrece un borde dividido en tres fajas horizontales, friso corrido y cornisa.

El estilo corintio se caracteriza fundamentalmente por el capitel formado por dos cuerpos, el inferior con doble fila de hojas de acanto y unos tallitos que surgen entre estas hojas y se enroscan en los ángulos y centros; el ábaco es curvo y más fino, y el entablamento sigue el modelo jónico, más enriquecido por molduras

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