La Mujer Romana En La Antiguedad, Resumen Y Sintesis

La mujer Romana en la antiguedad

La Infancia

Las romanas pasaban muy poco tiempo como niñas o adolescentes, tan pronto como crecían se prometían y se casaban. Los desvelos por parte de las madres, los cuidados y las palabras cariñosas, que siguen imperando hasta nuestros días, se demostraban conforme las niñas iban creciendo

Las madres procuraban que sus hijas fueran bellas, así que cuando pasaban frente a un templo dirigían a Venus (diosa de la belleza y la fertilidad) una oración e incluso una promesa para que su hija fuese bonita. Se buscaba la mayor perfección posible del cuerpo de las adolescentes, con este fin, se les ceñía la cintura desde muy pequeñas con cintas apretadas para que se les desarrollara el pecho lo que originaba deformidades en la espalda y hombros. Esta era una práctica muy antigua, que se realizaba a la mayoría de las muchachas en Roma, ya que si alguna mujer tenía un aspecto más fuerte mencionaban que parecía gladiadora y la obligaban a ayunar.

Muchas madres dejaban a sus hijos al cuidado de amas o niñeras, que sin duda alguna son esclavas, seguramente extranjeras procedentes de cualquier país bárbaro. No era tradición que las madres amamantaran a sus hijos, para esto tenían amas de leche a las cuales debían elegir cuidadosamente examinando la leche (el aspecto, el gusto y el olor), a veces un niño tenía varias amas, las cuales se recomendaba fueran griegas ya que eran las que daban mejor cuidado y amor. Se creía que los niños que no eran amamantados ni tratados con cariño tenían las piernas torcidas.

Los juguetes de las niñas romanas eran flores, caracoles, piedras de colores, pelotas o nueces y sobre todo muñecas algunas hechas de marfil, podían mover los brazos y las piernas, estos vestigios se encontraron principalmente en las tumbas.

“Cuando las niñas se cansaban de jugar, sentábanse a los pies de la vieja ama, esperando a que sus labios pronunciasen las consabidas palabras de: Erase una vez un rey y una reina. Los cuentos de los romanos no coincidían con nuestros cuentos domésticos y populares solamente en estas palabras de introducción, sino que, al igual que los nuestros, conducían a la imaginación del niño por el pintoresco y brillante reino de las maravillas. Entre sus heroínas, lo mismo que entre la nuestras, la princesa era siempre maravillosamente bella”.

La Educación

Las muchachas inician con los deberes de la casa, la mayoría de clases medias o inferiores. El bordar supuestamente era una tarea masculina, pero las mujeres debían aprenderla para así poder elegir los tapices y cortinas mejores bordadas. Se les enseñaba a tejer e hilar pues en algunas casas la ropa eran fabricadas por ellas bajo la dirección del ama de casa.

Las niñas de clases altas hacían sus estudios en casa, que era impartida por eruditos, que tenían interés particular en materias como lengua, literatura, retorica o flisofia, era una educación

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