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La Nueva España


Enviado por   •  9 de Abril de 2014  •  1.423 Palabras (6 Páginas)  •  236 Visitas

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Consolidación de Nueva España

Se conoce como Consolidación de Nueva España al período en el cual la Nueva España alcanzó su madurez y se consolidó como la principal posesión colonial de España; logrando, incluso, un gobierno autónomo y una independencia total de su país compatriota. Sin embargo, durante este período, España comenzó a perder su gran poder hegemónico como potencia mundial, debido a la decaída de su poderío naval, económico y político. Dicha decaída, ocurrida en la segunda mitad del siglo XVII, fue propiciada por el empuje de Inglaterra, Holanda y Francia en estos últimos aspectos. A partir de 1665, la flota inglesa se apoderó de puntos estratégicos en el Mar Caribe (como Jamaica y Belice) y se estableció temporalmente en las costas de Tabasco, amenazando al Imperio español. Mientras el poderío español se debilitaba, la Nueva España alcanzaba su madurez y, en la mitad del siglo XVII, se había consolidado ya como la principal posesión colonial de España; logrando una cierta autonomía política y económica respecto a su metrópoli. Siendo así, los criollos novohispanos comenzaron a ocupar cargos administrativos y eclesiásticos de importancia —aunque rara vez los más altos—, lo que los llevó a adquirir un importante poderío económico en el comercio, la minería y las haciendas. Por otro lado, las corporaciones civiles y eclesiásticas más importantes del virreinato, como la audiencia, los cabildos, el Consulado de Comerciantes de la Ciudad de México, la universidad, las órdenes religiosas, los pueblos indios y algunos gremios, afianzaron su preponderancia.

Durante el proceso de consolidación de Nueva España, destacó también un florecimiento cultural que marcó una etapa de apogeo. A lo largo de ese siglo destacaron grandes pensadores, literatos y científicos de la talla de Bernardo Balbuena (1568-1627), Juan Ruiz de Alarcón (1580-1639), Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695) y Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700). En gran medida la cultura alcanzó la cumbre gracias al arraigo y prestigio que habían logrado los diversos colegios administrados por las órdenes religiosas, en especial la de los jesuitas, y a la importancia académica que había alcanzado la universidad.

El poder alcanzado por los criollos novohispanos al iniciar el siglo XVIII, así como la consolidación de las corporaciones, el crecimiento económico y comercial, el florecimiento cultural y la estabilidad política interna, fueron factores que otorgaron a Nueva España una determinada autonomía política y económica e incluso cierta grandeza con respecto de una metrópoli en franca decadencia.

La reafirmación de la autoridad española

En 1700, apenas iniciando el siglo XVIII, cambió la casa reinante española de los Habsburgo a los Borbón. A fin de reafirmar su autoridad, la nueva dinastía aplicó una serie de reformas encaminadas a reorganizar el gobierno y los territorios, tanto en España como en las colonias; a éstas se les conoce como reformas borbónicas. Así comenzó una nueva etapa en la organización del Imperio. Las reformas se aplicaron a partir del gobierno del primer monarca Borbón, Felipe V, pero alcanzaron su máxima expresión con el reinado de Carlos III, en la segunda mitad del siglo.

Los objetivos esenciales de las reformas eran obtener mayores recursos económicos, simplificar el comercio para hacerlo más eficiente, restar poder y riqueza a la Iglesia y reorganizar la administración pública.

Las causas que llevaron a los reyes de la Dinastía Borbón a instituir las reformas son múltiples. Por un lado, España se había rezagado económica, científica y tecnológicamente respecto de otras naciones europeas como Inglaterra y Francia, naciones cuyas economías se fundamentaban en las pautas del liberalismo económico; España, en cambio sustentaba su economía en la minería colonial y no había dado impulso al proceso de industrialización. Con el oro y la plata que extraía de sus colonias, compraba a las naciones industrializadas gran cantidad de mercancías que ella no producía, por lo que cada vez eran mayores sus requerimientos de metales preciosos.

La demanda española de metales preciosos determinó que las reformas privilegiaran la minería novohispana con excepciones de impuestos, mientras afectaban otros sectores productivos como a los comerciantes, los dueños de haciendas y la burocracia, quienes debían pagar los mayores impuestos. Por otro lado, las reformas se encaminaron a disminuir la autonomía que había adquirido el poder del gobierno virreinal frente a la metrópoli y a reorganizar políticamente el inmenso territorio novohispano, dividiéndolo a finales del siglo XVIII en intendencias con el fin de ejercer un mayor control. Las reformas restringieron

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