La Republica Conservadora

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El fragmento de texto hace énfasis en el periodo denominado la “República Conservadora”, que se asume como los periodos presidenciales en los que el partido Conservador ostenta el poder desde finales del siglo XIX hasta inicios del XX Colombiano, como resultado de las guerras civiles bipartidistas que configuran la búsqueda del poder como único medio de enriquecimiento. Situación que explica las cruentas luchas a las que se lanza la elite del país. Todas estas situaciones de disputa por el poder dentro del contexto de cambio social y económico al que se enfrenta el país con las irregularidades del fisco, la búsqueda de un mercado interno por medio del alza aduanara, los intereses en juego por parte de especuladores y políticos, el pésimo manejo de la deuda pública, la emisión irresponsable de billetes y la inflación, el surgimiento de la economía cafetera, el desarrollo industrial promovido por los préstamos y la indemnización de panamá. Llegando importante aunque someramente hacia el desarrollo del sindicalismo y la lucha por mejores condiciones de trabajo.

Inicia con la percepción del liberal político y banquero Miguel Samper en 1880 sobre lo que para él era el panorama nacional, el cual estaba dado por una riqueza extraordinaria en recursos naturales, pero enmarcada en una pobreza arraigada a causa del federalismo radical, que conformó oligarquías en los estados del país y evitó la consolidación de las instituciones y el fortalecimiento dentro de un régimen centralizado.

Por esta misma vía el autor dilucida varias razones que sumieron al país dentro de la crisis económica y política, por un lado las leyes incoherentes entre Estados, muchas de las cuales estaban en incongruencia con las de otros, situación que afectaba el desarrollo de un mercado interno vital. Además de esto los continuos fraudes y reprimendas violentas del partido liberal por ostentar y conservar el poder en el siglo XIX que llevaron a la desconfianza de la carta constitucional y de las instituciones. La influencia de la crisis mundial de 1873 y la intervención del mercado Colombiano en una economía mundial de libre comercio sin un producto fuerte en el mismo. Ante las anteriores situaciones la respuesta de la economía del país se muestra irresponsablemente en cubrir deudas con metálico en oro, que hizo caer su precio dentro del país y elevarse a nivel internacional, situación que significaba pérdida y desajuste económico real. Con todo esto también caen los productos fugazmente fuertes en el periodo en cuestión, como el tabaco, la quina y el añil. La exportación de dinero ocasiona un alza en las tasas de interés. Situación que fue aprovechada por especuladores para consolidar su poder y adquirir tierras convirtiéndose en caciques. Junto con esto la concentración de las ganancias y de las tierras de tabaco quina y añil era muy reducido entre las familias poderosas, que muchas se vieron beneficiadas en cuanto a propiedades por la desamortización de bienes clericales y el reparto de baldíos.

Ya hacia 1880 los personajes eminentemente tradicionales de elite batidos en duelo partidista se transforman hacia un tipo más culto y con afán de lucro económico, por lo cual la burguesía empieza a buscar el pacto partidista que refleje la paz y de esta manera atraer un buen ambiente de negocios con inversiones extranjeras. Razones por las cuales se dividen los partidos y se apoya la candidatura del independiente liberal Rafael Núñez quien con el afán de reformar la constitución de 1863 pudiera aumentar el poder central y normalizar las relaciones de la iglesia con el estado, dejando de lado las pasadas rencillas. Por este camino Núñez se lanza a las reformas dentro las cuales propone le alza de las tarifas aduaneras con el fin de fortalecer la artesanía nacional, a lo cual radicales liberales se oponen dentro del miedo de la alianza con los conservadores que podría tumbar la constitución de 1863 y darles el poder, además estos sectores librecambistas liberales se vieron afectados de las bajas tarifas aduaneras con o cual se lanzan a una pequeña guerra que fortaleció a Núñez, por lo cual se reelige para el periodo 1884-1886 y declara la intención de formar una nueva constitución la cual se redacta el conservador Miguel Antonio Caro, con un carácter central y autoritario que dentro de sus características más notables, está la derogación de la división administrativa en Estados que en adelante se llamarían Departamentos y obedecerían el poder presidencial, se decreta el estado de conmoción interior por el presidente cuando así lo vea necesario, el arresto a sospechosos de falsear la paz pública, y declara la irresponsabilidad administrativa de los actos del ejecutivo. También La limitación de la rama judicial y el restablecimiento de los poderes de la Iglesia. Todos estos ideales muy conservadores y hasta reaccionarios que reflejaban lo tradicional de la sociedad y el pacto que se decía era necesario para apaciguar los ánimos y entrar en la era de las ganancias económicas. Pero este intento de constitución y de unidad Nacional fracasa, porque para su formación se excluyen a los sectores liberales radicales, los cuales se fueron eficazmente apartados. La centralización del estado hizo más poderoso al partido que lo dominara, gracias a un ejército más fuerte y mayor control sobre el territorio, situación aprovechada por el conservatismo para hacer gala de arbitrariedades, ante lo cual El mismo conservatismo se divide en “Nacionalistas” e “Históricos” estos últimos quienes se sentían decepcionados por el fracaso de unir el país y la inmoralidad del Estado como agente de favores económicos, por lo cual los conservadores Antioqueños y los liberales optaron por la búsqueda de derogación de las medidas proteccionistas. Todas estas discordias continúan aun en el mandato del veterano Manuel Antonio Sanclemente, quien detiene las reformas apoyando a históricos y liberales en sus pretensiones económicas y aunque con esto retroceden las rencillas por la actitud del gobierno, los liberales deciden que vencer a un anciano de partido dividido sería fácil para dominar el poder. El gobierno por su parte también induce la guerra creyendo salir airado y fortalecido de la confrontación en cuestión de meses, sin saber que se convertiría en la guerra civil más larga y cruenta de la historia del país. En julio de 1909 los liberales derrocan a Sanclamente e instalan a Marroquín creyendo que existiría conciliación pero se muestra negativo a la negociación con los liberales y continua con la guerra que confluye con la situación en panamá donde se pide la intervención Norteamericana, la cual es aprovechada por los imperialistas para robar y separarla del país.

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