La ciudad a través de la historia

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La ciudad: un organismo vivo

Autor: Gabriel Ignacio Olivares Hernández

Curso: 4°C

“La ciudad es la obra más importante del hombre, lo reúne todo y nada que se relacione con el hombre le es ajeno o indiferente.” (Walt Whitman).

Etimológicamente, ciudad proviene del término latín civitatem  <<civis >> que hacía referencia al conjunto de hombres con derechos plenos, los que hoy conocemos como ciudadanos.

Es difícil dar una definición exacta a un término tan complejo como ciudad, pues son muchos los aspectos y factores que inciden en esta, son incontables los elementos que la constituyen y también son muchas las definiciones que se le han dado, por cientos de autores, por lo que sería imposible reunirlas todas. Sin embargo, a modo general, se puede decir que una ciudad corresponde a una organización compleja sometida continuamente a transformaciones, es un término dinámico, y representa un proceso vivo, víctima de cambios y vicisitudes a lo largo del tiempo. Quizás se puede dudar de su exacta definición, pero de lo que no se puede dudar es de esto último, de que las ciudades han sufrido cambios a lo largo de toda nuestra historia. Por ejemplo, no es lo mismo referirse a una polis griega, a que si hablamos de lo que es Santiago de Chile actualmente. Son muchas las diferencias, pero la pregunta que se formula respecto a estas mismas es, ¿han sido estos cambios favorables o desfavorables para la sociedad en sí?

Se puede afirmar que las transformaciones en las ciudades y en la sociedad, a través de las distintas épocas de nuestra historia, han afectado todo aspecto, incluyendo el político, religioso, económico, social, y entre muchos otros. Sin embargo, me enfocaré en estos cuatros aspectos nombrados anteriormente. Considero que estos cambios han influenciado positivamente en cada uno de estos, y reforzándome en una mirada rápida a la historia, daré a conocer los principales cambios favorables que existen actualmente, en contraste con los tiempos pasados.

En un principio, si nos referimos al aspecto político a lo largo de la historia, volviendo a la Antigüedad, en las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, China e India, la política no se desarrolló de manera muy particular, principalmente estaba ligada a la visión religiosa, y a los mitos y costumbres de cada civilización. Con Grecia surge la política en sí, el término de las polis o ciudad-estado y la monarquía, mientras que en Roma surge la República y el Imperio. Posteriormente, en la Edad Media, el sistema político preponderante fue el feudalismo, mientras en la Edad Moderna lo fue la monarquía: centralización del poder en manos del monarca. Por último, en la Edad Contemporánea encontramos un concepto clave predominante en las ciudades y en la sociedad en sí: la democracia. “Que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca nunca de la Tierra.”^[1] La democracia permite a todos dar a conocer su opinión, de luchar por sus ideas y de esa manera tomar decisiones. Comparado con los sistemas políticos anteriores, considero que este tiene mayores ventajas, y, por lo tanto, los cambios fueron favorables, ya que actualmente en la mayor parte del mundo, cada uno puede hacerse partícipe de lo que ocurre en su comunidad, y elegir a sus propios líderes. “El pueblo quiere saber de qué se trata.” ^[2]

Ahora bien, respecto al aspecto religioso, encontramos que a través de la historia la religión cada vez ha ido perdiendo más poder, mas nunca sin perder su importancia. No obstante, pasó de un control casi absoluto en las ciudades de la Antigüedad, siempre presente y ligado a la política y sociedad, a un papel menos absoluto, pero también protagónico y fundamental en la Edad Media, especialmente del catolicismo, para posteriormente, en la Edad Moderna y con la aparición del humanismo, a verse fragmentado. La sociedad comienza a cuestionarse y a cambiar su modo de pensar, lo que también significa, poco a poco, una pérdida de poder por parte de la Iglesia, la formación de una sociedad antropocéntrica. Surgieron críticas y crisis, con movimientos importantes, por ejemplo, la Reforma Protestante iniciada por Martín Lutero, que representó una división por parte de la Iglesia Católica, y que trajo profundas consecuencias tanto en las ciudades como en la sociedad en general. Por último, en la Edad Contemporánea, la religión se ve aún más debilitada, siendo separada del estado en varias partes del mundo y con muchas personas disidentes que no se ven identificadas con ninguna religión, lo cual es absolutamente aceptable, y favorable comparado con la imposibilidad de libertad de culto que caracterizaba las épocas anteriores. “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.”^[3]

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